Alcaraz aplasta a Rune e irrumpe en semifinales de Wimbledon

Superado Rune, el gran rival de su infancia y adolescencia, viene Daniil Medvedev, el último obstáculo en el camino a una final de Wimbledon que hace no tanto parecía poco más que una quimera y ahora es casi una realidad con la que hasta el propio Alcaraz sueña.

Porque su nivel, como el de los mejores, ha ido de menos a más. De sufrir con rivales de menos pedigrí a arrollar a los más grandes del ranking. Rune, sexto del mundo y conocedor como nadie de los golpes del español, era un oponente más que propicio para crearle un problema y para poner en entredicho su favoritismo en esta parte del cuadro, la contraria a la por la que se pasea Novak Djokovic.

El danés ya le venció en París-Bercy el año pasado, cuando sufrió una lesión abdominal, y ha crecido a su lado, por lo que pocos secretos podía esconder Alcaraz, que se dio de frente con un Rune combativo desde el fondo y respondón.

El murciano, que finalmente se impuso por 7-6 (3), 6-4 y 6-4, estuvo al borde del colapso en tres ocasiones en el primer set, con bola de rotura en contra, y con dos 0-30, con 4-4 y 5-5. En los momentos de máxima igualdad, de tensión total, Alcaraz siempre encontraba un recoveco por el que escaparse y a Rune siempre le temblaba la mano. Los nervios florecían en el danés, que se descompuso en el 'tie break', cuando cometió una doble falta otra vez con equilibrio en el marcador. Con 6-6 y 3-3, Rune estrelló un segundo saque en la red y entregó un set que hizo rugir a Alcaraz. «Significaba mucho para mí», expresó el murciano, al tiempo que recordó una máxima. «En cuanto entras a la pista, no hay amigos».

Por eso, con el colmillo clavado, no soltó a la presa hasta tenerla completamente domada. Y en cuanto apareció una oportunidad de hincar aún más el diente, no la desaprovechó. Las dos primeras ocasiones de rotura que emergieron en cada set se fueron a su casillero y finiquitaron a un Rune enfadado con su box y consigo mismo. Sin excesivos aspavientos y confiando hasta el final, salvando un punto de partido por el camino, Rune se marchó como un digno competidor, sin ser muy inferior a Alcaraz, pero con la sensación de que aún está varios pasos por detrás del español, que ya ha logrado semifinales en tres de los cuatro Grand Slams, con menos de 21 años.

El murciano, con 35 golpes ganadores y tan solo trece no forzados, es el séptimo español en semifinales de Wimbledon, tras Rafa Nadal, que lo hizo en ocho ocasiones, Manolo Santana (dos), Manuel Alonso-Areyzaga, Roberto Bautista, Andrés Gimeno y Manuel Orantes (uno cada uno). Es, además, el más joven en llegar a semifinales desde que lo consiguiera Djokovic en 2007.

Su rival en la penúltima ronda del torneo será el ruso Medvedev, que pudo con el sorprendente Christopher Eubanks, por 6-4, 1-6, 4-6, 7-6 (4) y 6-1. El moscovita le ganó aquí en 2021, en segunda ronda, mientras que Alcaraz se quedó su precedente más reciente, en Indian Wells este año.

«Esto es una locura, es algo increíble», sentenció el español a pie de pista. «Siempre ha sido un sueño hacer un buen resultado aquí», añadió Alcaraz, que volverá a saltar a la pista este viernes para buscar su primera final en Wimbledon.