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enric gardiner
MADRID
Viernes, 2 de octubre 2020, 00:28
Para Stefano Travaglia solamente el hecho de estar en la pista Philippe Chatrier es un regalo. Aunque tenga enfrente a Rafa Nadal y prácticamente salga derrotado desde el vestuario. Travaglia, de 28 años y número 74 del mundo, nació dos veces. Una el 28 de ... diciembre de 1991 y otra en julio de 2011, cuando sobrevivió a un accidente que casi le cuesta la vida. Por eso caer derrotado contra Nadal, en su torneo fetiche, nunca se puede considerar un fracaso. Ni aunque sea una paliza como la que le infligió el balear (6-1, 6-4 y 6-0).
En apenas hora y 35 minutos, Nadal despachó su pase a los octavos de final de Roland Garros ante un jugador que esconde, a duras penas, bajo su muñequera la marca de aquella tarde de 2011.
Cuando Travaglia estaba jugando ITFs y Challengers en el verano de 2011 hizo una parada en Ascoli, la ciudad en la que nació. Tenía 19 años y rondaba el puesto 300 del mundo. Acababa de perder en cuartos de final de un pequeño torneo italiano, uno de los tantos que se disputan en arcilla y que pueblan el calendario veraniego.
En la casa de sus padres, se cayó por unas escaleras, con tan mala suerte que aterrizó contra un cristal. El italiano se protegió la cara con los brazos y los cristales atravesaron su brazo derecho. Su cuerpo, lleno de sangre, se lo encontraron sus padres, quienes le socorrieron evitando una desgracia aún mayor.
Tras una complicada operación y tiempo hospitalizado, recuperó poco a poco la sensibilidad en la mano. Pese a los pronósticos de los médicos, que auguraban una imposible vuelta a las pistas por los desgarros en los tendones, Travaglia retornó al tenis en septiembre de 2012, sin ranking.
No fue hasta siete años después y tras una ardua escalada por los niveles más bajos del tenis que consiguió romper la barrera del top 100. Y eso le coloca aquí. En la Philippe Chatrier, una de las pistas más impresionantes del mundo, contra el doce veces campeón de París.
Nadal le maniata como ante sus dos anteriores rivales, contra los que solo cedió un total de catorce juegos. El primer parcial denota un 'dejá vu' para el español y se lo lleva por 6-1. Travaglia cae en el error que tantos otros cometieron antaño. Intenta jugar al rey de tú a tú y pierde. En el segundo set se desata un poco más. Toma riesgos. Pierde también. 6-4 esta vez, pero muestra carácter e intenciones.
Ahí ya no hubo manera de remontar su rumbo. La nueva táctica no le había reportado resultados y se quedó sin ganas de seguir buscando nuevas rutas. El manacorense certificó el triunfo con un duro 6-0.
En octavos, Nadal se medirá a Sebastian Korda, hijo de Petr Korda, ganador del Abierto de Australia en 1998. El estadounidense se deshizo de Pedro Martínez (6-4, 6-3 y 6-1) y se declaró gran fan de Nadal antes del que será su primer enfrentamiento. «Es mi gran ídolo. Incluso llamé a mi gato Nadal en su honor», explicó Korda.
En el resto de la jornada, Dominic Thiem continuó avanzando en el torneo al derrotar al noruego Casper Ruud por 6-4, 6-3 y 6-1, mientras que Stan Wawrinka, campeón aquí en 2015, cedió en cinco sets contra el local Hugo Gaston, número 239 y que no contaba con victorias profesionales antes de este Roland Garros.
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