Paula Badosa: «El instante de levantar un trofeo lo compensa todo»

-¿Ha asimilado ya todo lo que ha pasado en las últimas semanas?

Sí, más que nada porque voy en muy buena línea, en pensar en mejorar cada día y eso ayuda a asimilarlo al momento. No está siendo algo que sea sorprendente, porque venimos trabajando muy bien. Está claro que no me esperaba hacer una gira de tierra así, pero también sabía que tarde o temprano iban a salir las cosas.

-¿Se completa un sueño con el título de Belgrado?

Sí, no te voy a engañar, porque llevaba mucho tiempo persiguiéndolo. Siempre he soñado con ganar títulos, me gusta mucho, ¿a quién no?, el instante de levantar la copa. Todos los momentos que has trabajado en tu vida, que has luchado por ello. Ese segundo de verte con la copa es lo que te compensa. Este año llevaba muchas semifinales, era una barrera para superar, y poder ver que esos retos los voy superando es una alegría.

-¿Qué le ha aportado Javier para esta progresión?

Yo con Javi tengo muy buena relación. Conectamos muy bien y eso es muy importante en el tenis. Tener una conexión muy fuerte con tu entrenador. El tenis tiene mucha presión como para estar centrado en quiero tener un ranking mejor o quiero ganar este torneo. Siempre quieres ganar cuando vas a un torneo, pero focalizar en otras cosas, como mejorar día a día, ayuda a alcanzar esos objetivos.

-¿Es casualidad que esto haya llegado en año de pandemia? Un año en el que ha podido estar más centrada en el tenis.

No creo que me haya influido para bien o para mal. La pandemia estaba ahí y tras el confinamiento jugué el US Open, la gira de Estados Unidos y no estaba bien. No puedo achacar a la pandemia que me haya ayudado a mejorar, porque no ha sido así. Justo después del confinamiento no estaba ganando partidos y no estaba bien física, tenística y mentalmente. Lo achaco más al cambio de equipo.

-¿Cómo de necesarios fueron los malos momentos que pasó para estar ahora aquí?

Me gusta mirar las cosas positivamente. Creo que lo que pasó en su momento fue duro, lo he pasado muy joven y no estaba preparada para asimilar todo lo que vino. Eso me ayudó a ser más fuerte, a madurar y también a que, quizás los errores que cometes con esas edades, 18, 19 o 20 años, pues que desde ahora hasta que termine mi carrera, no los cometa.

-Todo esto explica su emoción en Madrid, cuando lloró después de cada victoria.

O lo mismo en Roland Garros, que pasé a octavos y la gente puede pensar 'son solo octavos'. Que aun así no hay muchos tenistas que lo consiguen, pero quizás no sea para tanto de cara a la gente. Ya sabemos que o ganas el torneo o no es lo mejor.

Me emociono porque lo he pasado muy mal. He pasado cinco años muy malos, con un entorno que no era el mejor, toda la presión que pasé, la depresión, ansiedad, expectativas... Es muy duro y lo pasa más gente de lo que pensamos. Rehacerse de eso y conseguir ser la jugadora que he soñado... Llegar a rondas finales y jugar contra las mejores del mundo. Ver eso cumplido, con todo el esfuerzo que he hecho, significa mucho para mí.

-¿Cómo de diferente es llevar la fama cuando era más joven, basada en expectativas, a la de ahora, basada en una realidad palpable?

No tiene nada que ver. La gente puede pensar que ahora tengo más presión, pero la presión y los nervios siempre están. Si no estuvieran es que no me importa este deporte. Pero es diferente porque yo en su momento tenía tantas expectativas. Mi entorno me empujaba tanto, esperando que fuera la siguiente estrella, a mí me bloqueaba y era incapaz de jugar. Ahora también hay nervios, pero al tener un buen equipo se gestiona mejor. Es de lo que estoy más orgullosa y más contenta.

-Es incluso más bonita.

Es más bonita porque es una realidad. La de entonces era un 'y si...?', 'puede llegar a ser'. Ahora es como que a mí mismo que está ahí, es una realidad, no es un pronóstico.

-Hace dos años dijo que tenía miedo de no valer para esto. ¿Ha desaparecido ese miedo?

Es un proceso. El secreto es trabajar mucho. Tienes que tener talento también, pero si lo juntas con trabajo y un buen entorno las cosas van saliendo. Y luego es el día a día. Juegas un torneo y te va mejor, ganas partidos y la autoestima sube, ves que el trabajo en el entrenamiento mejora. Ganas seguridad en ti misma. Yo como persona y jugadora he ido creyendo más en mí.

-¿Le hubiera ayudado que hace cinco años, por ejemplo, se hablara con más naturalidad de los trastornos mentales que sufrió?

Puede ser, porque al final cuando tienes una emoción tan fuerte y la intentas tapar de otra manera, con una coraza, o la intentas disimular, es peor. Estás guardando una emoción muy fuerte y la estás llevando por dentro. Cuando tienes momentos malos tienes que hablarlo con tu gente, abrirte y que eso no sea nada raro. No es que estés loco ni es nada alarmante.

-¿Qué consejo le puede dar a otra joven promesa como Carlos Alcaraz?

Mi consejo es que se rodee de un buen entorno, que escuche muy poco a la gente de fuera que no sabe su vida. Si te guías de la prensa, de las redes sociales o de lo que puede ser, inconscientemente eso es una presión. Para un chico tan talentoso y joven como él lo mejor es que se rodee muy bien, que trabaje cada día y que lo externo no le desconcentre.