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Nadal posa en el vestuario con la Copa de los Mosqueteros. Julien Crosnier (Afp)
Un maratón para ascender a un trono imposible
Análisis

Un maratón para ascender a un trono imposible

El balear iguala el récord de 20 Grand Slam del suizo, tras conquistar su decimotercer Roland Garros

ENRIC GARDINER

MADRID

Domingo, 11 de octubre 2020, 21:30

Hace un par de años, tras una rueda de prensa de Rafa Nadal en Wimbledon, los periodistas españoles se sorprendían. «Creo que es la primera vez que Rafa admite que quiere igualar a Federer». Hasta ese momento el balear, que se encontraba a tres ... Grand Slams del suizo, siempre esquivaba la pregunta, mostrando poco interés por un criterio que siempre se ha utilizado para elevar a un tenista u otro como el mejor de todos los tiempos.

Poco a poco su discurso fue variando y abrió la puerta a igualar e incluso superar el récord que parecía insuperable cuando Federer lo plantó en 17 y que escaló hasta 20 con los últimos dos Abiertos de Australia y el Wimbledon con el que ha cerrado, por ahora su palmarés. «Claro que quiero ser el que más Grand Slams tiene, pero no es algo que me quite el sueño. Estoy muy feliz con mi carrera», explicó hace tiempo.

Y su tónica no se ha movido mucho de esa línea. Ni siquiera tras batir a Novak Djokovic este domingo y convertirse en el segundo tenista masculino que llega los 20 grandes. «Mi felicidad no va a cambiar si tengo uno más o menos que Roger», apostilló en sala de prensa nada más agarrar la Copa de los Mosqueteros.

Lo cierto es que esa barrera por fin se ha roto. Federer siempre ha contado con la ventaja de la edad y siendo cinco años más viejo que el español, comenzó a conquistarlos antes. Cuando Nadal ganó su primera corona en Roland Garros 2005, Federer ya acumulaba cuatro entorchados en su mansión de Suiza. Dos Wimbledon, un Abierto de Australia y un US Open adornaban su colección, que fue añadiendo adeptos con el paso de los años. En 2005 ganó Wimbledon y Nueva York, en 2006 repitió ese doblete sumando Australia y en 2007 también se apuntó el triplete de pista rápida.

Nadal se tenía que conformar con sumar Roland Garros tres años seguidos (2005, 2006 y 2007) y empezar a labrarse un camino cuando la superficie cogía velocidad. Perdió las finales de Wimbledon en 2006 y 2007 y empezó a presentarse en rondas avanzadas de Melbourne y Nueva York.

2008 fue el año del cambio. Djokovic entró en escena y se llevó Australia, Nadal aplastó a Federer en París y le arrebató el trono de la hierba en la famosa final de la noche londinense. El suizo se tuvo que conformar con su quinto US Open. El último que ganaría. Al final de aquel año 2008. El conteo ponía a Federer con trece, uno por detrás de Pete Sampras, y a Nadal con cinco, igualado con Frank Sedgam y Tony Trabert, jugadores de las antípodas del tenis.

Pese a que Nadal cedió terreno en 2009, con solo el Open de Australia cosechado y acosado por las lesiones (Federer ganó su único Roland Garros y reconquistó Wimbledon), a partir de ahí, el español comenzó la caza. Logró su primer y único triplete en 2010, con triunfos en Roland Garros, Wimbledon y Nueva York, donde completó el Grand Slam de carrera. Federer solo sumó en Melbourne y vio cómo el cerco se estrechó. 16 a 9. En 2011 Federer se quedó en blanco por primera vez desde 2003 y para finales de 2012, Nadal había remontado hasta el 17 a 11.

En busca del 'sorpasso'

Poco a poco la diferencia se iba limando, más aún con el lapso de cinco años en los que Federer no ganó nada. En la antesala del Abierto de Australia en 2017, Nadal había escalado hasta el 17-14, su diferencia más escasa de siempre. Aquel magnífico 2017 se saldó con dos títulos para cada uno (19-16) y mientras que Federer solo ha podido añadir uno más a su palmarés (Australia 2018), Nadal ha metido cuatro en el zurrón igualando la cuenta.

En menos de tres meses tendrá la primera opción en su vida de superarle, con la incógnita además del estado de un Federer que no compite desde principios de año y que ha sido operado de la rodilla.

Estará también sobre la mesa la posibilidad de que Nadal se convierta en el primer tenista en la historia que gana todos los Grand Slam al menos dos veces. Le falta Australia, mientras que a Federer y Djokovic necesitan un Roland Garros más.

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