enric gardiner
Madrid
Domingo, 5 de junio 2022, 14:45
El 5 de junio de 2005, contra Mariano Puerta, Rafa Nadal conquistó su primer Grand Slam, su primer Roland Garros. 17 años después, muy pocas cosas han cambiado. Ya no lleva las mangas cortadas, ni el pantalón pirata habitual en su juventud, pero sigue invencible. ... Ahora es un hombre de 36 años con toda la historia del tenis a sus espaldas. Un tenista que ha desafiado a la lógica, a la medicina y a su propio deporte para cada año superar un registro que era imposible de mejorar.
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Era inédito que alguien consiguiera nueve títulos en un mismo Grand Slam. Y diez. Y once. Y doce. Y trece. Y lo será el catorce, hasta que él mismo logre el quince. Y si no lo consigue será insuperable de todos modos, porque lo de Nadal y Roland Garros es la historia más bonita del tenis, el mejor romance nunca escrito. Ese que no tiene final y que vivió un capítulo más este 5 de junio, 17 años después del primero, cuando Nadal venció a Casper Ruud (6-3, 6-3 y 6-0) y logró el decimocuarto título en París y vigésimo segundo Grand Slam en total.
El manacorense mete más ventaja aún a Novak Djokovic y Roger Federer, que se quedan con 20, a dos de distancia de Nadal, y se convierte, además, en el tenista más longevo en conquistar el título en París, superando la marca de su compatriota Andrés Gimeno, que ganó en 1972 con 34 años y diez meses.
Su primer bocado al trofeo llegó minutos antes de que siquiera salieran a la pista los dos contendientes. Mientras el público calentaba, Ruud y Nadal esperaban en el túnel de vestuarios. El noruego, atónito ante la situación, se ajustaba la ropa, los últimos retoques antes de que todas las cámaras le enfrentaran en la tarea que no ha logrado nadie en la historia: Ganar a Nadal una final en Roland Garros. El balear, por su parte, estaba ya como una locomotora. De arriba a abajo del pasillo, pegando saltos, sprints. La mirada del noruego era la misma expresión de terror que la de un aficionado en una plaza de toros al ver al animal desatado.
Y cualquier esperanza que tuviera el noruego de que eso solo fuera fachada desapareció en cuanto empezó el encuentro. Nadal, con un ojo en el cielo, ante la amenaza de una lluvia que nunca llegó, destapó su torrente de tenis contra un Ruud apretado contra el fondo de la pista y constantemente castigado en su revés, su golpe más débil.
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El español, perfecto en la táctica, le empujó hacia ese golpe y apenas le dejó conectar la derecha, donde más habilidoso es el de Oslo. Los juegos empezaron a caer y Ruud solo volvió a engancharse tras un juego de Nadal con dos dobles faltas y otros dos errores groseros.
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Pero en tierra batida los 'breaks' son normales y a Nadal no les despistó ni la rotura que sufrió en el primer set, cerrado por un contundente 6-3, ni la que le colocó 1-3 abajo en el segundo. Ruud, con saque para el 1-4, avistó lo que no ha pasado casi nunca en la historia. Nadal solo había perdido siete sets en las trece finales que ha jugado en París. Y ni con la ventaja de Ruud llegó el octavo.
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Nadal ganó los cinco juegos siguientes, se apuntó el segundo set por 6-3 y no cedió un solo juego más. El tercer set fue la demostración de que si Ruud tenía alguna posibilidad de ganar este partido era mucho más que remota, que ganar a Nadal en Roland Garros está a la altura de muy pocos -solo dos en la historia, de hecho- y que la historia de este domingo iba sobre el decimocuarto título del español, no del primero suyo. «Soy solo una víctima más, muchos otros han sufrido lo que yo antes», admitió Ruud.
Con un revés a la línea, Nadal certificó su tercer 'rosco' en una final de Roland Garros, tras el que le metió a Federer en 2008 y el que le clavó a Djokovic en 2020, y sumó un título más al mejor palmarés en los grandes de la historia de este deporte. Catorce Roland Garros, dos Wimbledon, dos Abiertos de Australia y cuatro Abiertos de los Estados Unidos. Con 22 grandes, no solo se distancia de Federer y Djokovic, también iguala los 22 títulos de Steffi Graf y se queda a uno de Serena Williams, que tiene 23, y a dos de Margaret Court, que sumó 24.
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El registro del mejor deportista de la historia de España, de este deporte y en el olimpo del deporte en general. Con 36 años y cuando hace 20 días se retiraba cojeando de Roma. Es increíble lo de Rafael.
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