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Enric Gardiner
Madrid
Domingo, 26 de mayo 2024, 14:13
Tras unas semanas de impás, en las que Carlos Alcaraz optó por recuperarse y por no forzar el brazo derecho, el murciano volvió a la pista con exhibición ante JJ Wolf y el pase a la segunda ronda de Roland Garros (6-1, 6-2 y 6-1).
Con una protección en el antebrazo, la misma que ha lucido desde que los problemas en el músculo pronador redondo empezaron a aparecer en Montecarlo, Alcaraz se desquitó de los pensamientos negativos que tiene al pegar la derecha ante un rival muy flojo e irregular y que apenas fue una comparsa en este debut en París.
Wolf, estadounidense, lleva una temporada infernal en la que solo ha ganado un partido a nivel ATP y ha caído en los ránkings fuera de los 100 primeros del mundo. Es un tenista ortodoxo y con uno de los saques más fácilmente reconocibles, siendo capaz de dar un efecto cortado pocas veces visto en el circuito. Esto, unido a una agresividad que le hace buscar el golpe ganador en cada tiro, le convierte en un jugador de cierto peligro en pistas rápidas, pero muy indoloro en arcilla, una superficie a la que no se acostumbra y con la que incluso tuvo problemas en varios puntos para mantener el equilibrio.
Su inicio, rompiendo el saque de Alcaraz, fue una mentira, y no tardó el español en llevárselo por delante y en imprimir un ritmo de golpes y de variaciones que el estadounidense no puede replicar más que a ráfagas.
El 0-1 a su favor, con el que comenzó el partido, fue barrido de la mesa de un plumazo por Alcaraz, que antes de que el reloj marcara una hora de partido ya se había llevado los ocho juegos siguientes y puesto un implacable 6-1 y 2-0.
Wolf, que estaba perdiendo en el fondo y cada vez que Alcaraz le atraía a la red, dispuso de cuatro bolas de 'break' para nivelar el segundo set, pero las perdió todas, y arrancó la ovación más grande de la tarde cuando frenó la sangría con su primer saque ganado.
No fue suficiente, ni mucho menos, para hacer partido a un Alcaraz que podrá sacar pocas conclusiones de este duelo, más allá de que físicamente está bien y puede competir sin impedimentos.
Tras ganar el segundo set, el estadounidense tomó el camino de los vestuarios y se ausentó durante diez minutos, sin tratamiento físico, solo para acudir al baño y tratar de cortar el ritmo de partido. A esta interrupción se unió la lluvia en París, que obligó a cerrar el techo, circunstancia con la que, a diferencia de Wimbledon, se puede seguir jugando.
Pese al cuarto de hora de parón, Alcaraz no perdió el rumbo y estampó un 3-0 en el inicio de set que Wolf puso en peligro al recortar al arrebatar al murciano su segundo saque del partido. Reaccionó rápido el español, con una nueva rotura y con la conquista de los tres últimos juegos.
La contienda apenas se alargó una hora y 50 minutos, casi un entrenamiento para Alcaraz, que saca con nota el debut y aparca a un lado los problemas físicos que le han lastrado en esta temporada de tierra batida.
Con Wolf superado, Alcaraz buscará un puesto en tercera ronda contra el ganador del partido entre Jack Draper y Jesper de Jong, que se suspendió por la lluvia cuando el holandés dominaba dos sets a uno.
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