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Enric Gardiner
Sábado, 7 de septiembre 2019
Serena Williams lo pasa fatal en las finales de Grand Slam. Suena osado decirlo de la segunda jugadora en la historia que más títulos de esta categoría ha conquistado, pero es que Serena no puede con el peso de Margaret Court. Los 24 grandes de ... la australiana, la marca que le persigue desde aquel ya lejano Abierto de Australia en 2017, volvieron a atenazar a Serena, a sumirla en un mar de dudas y nervios y a distanciarle otra vez del maldito récord. Una debutante con hechuras de campeona, Bianca Andreescu, derrocó a Serena (6-3 y 7-5) y sumó su primer Grand Slam. 23 frente a 1. El peso de la historia contra la bravura de la joven de 19 años. En Nueva York, Serena volvió a sucumbir ante Court.
La estadounidense venía en tensión. Lo advertía su entrenador, Patrick Mouratoglou. «Está presionada». Ha tenido tres oportunidades de igualar a Court. Wimbledon 2018, US Open 2018 y Wimbledon 2019. Todas ellas tras ser madre. Todas ellas se saldaron con duras derrotas, sin apenas tener la ocasión de avistar el título. Especialmente dolorosa fue la de hace un par de meses en Wimbledon. Completamente perdida, Serena se desmoronó aquella tarde ante Simona Halep. Algo hacía presagiar que los nervios que mostró entonces podrían florecer otra vez en Nueva York, pero los pronósticos también advertían de que Andreescu era solo una novata, esa chiquilla que aspiraba a ganar el torneo en su primera participación.
.@Bandreescu_ se proclama campeona del #USOpen 2019 🏆
WTA Español (@WTA_Espanol) September 7, 2019
Se convierte en la primera canadiense 🇨🇦en la Era Abierta en ganar un título de individuales de Grand Slam pic.twitter.com/ZgvmIHmUGV
Sería una lucha de nervios y Serena se encargó, desde el primer momento en llevar esa iniciativa negativa. Con sendas dobles faltas regaló sus saques en el primer set. Ahí comenzó el derrumbe de la norteamericana, con su madre, Oracene, y su hermana, Venus, en la grada, asistiendo a otra desintegración de la que otrora era una fortaleza en esto.
Aquellos días en los que Serena era inabordable pasaron. Cuando está centrada sigue siendo dominadora. Le vale para llegar a la final de los grandes, pero a la hora de la verdad se deshace cual azucarillo. Ni siquiera el amago de ansiedad de Andreescu fue suficiente para devolverle al partido. El guion del partido guardaba un giro final que se truncó. La canadiense, con 6-3, 5-1 y bola de partido, se vino abajo. Le golpearon las más de 20.000 almas en la Arthur Ashe que querían más emoción. Se tapaba los oídos para espantar los ánimos a Serena, pero vio cómo la estadounidense remontó hasta el 5-5 y le puso contra las cuerdas. La campeona en Miami y Montreal, la chica que hace un año estaba más allá del puesto 200 resurgió. Una derecha ganadora en el tercer punto de partido la coronó como campeona del Abierto de los Estados Unidos. Una final fea en cuanto a juego, pero trepidante en emociones y que nunca olvidará, al igual que Serena, que lleva ya cuatro espinas en forma de títulos perdidos en el costado.
Pure bliss 😍
US Open Tennis (@usopen) September 7, 2019
Let the moment soak in, @Bandreescu_...#USOpen | #WomenWorthWatching pic.twitter.com/pxGAy9AlTx
Mientras Bianca escaló las gradas de la pista para abrazarse con sus padres, Serena murmulla para sí misma si habrá más oportunidades. La ganadora de 23 Grand Slam cumplirá próximamente 38 años. Sus opciones cada vez son más escasas. Margaret Court sigue a la misma distancia, pero cada día, más lejos.
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