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enric gardiner
Madrid
Martes, 1 de septiembre 2020, 19:23
Hubo amago de susto, pero Garbiñe Muguruza se quitó las telarañas después de mucho tiempo fuera de las pistas y apagó el incendio que hubiera sido una derrota en la primera ronda del Abierto de los Estados Unidos. La española se deshizo de la japonesa ... Nao Hibino por 6-4 y 6-4 y selló su presencia en la siguiente etapa del torneo.
Más de seis meses después de su último encuentro, en el torneo de Doha en febrero, Muguruza demostró que ha dejado atrás los problemas de tobillo que le hicieron quedarse fuera de Lexington y Cincinnati. Esa falta de ritmo le pasó factura a la española en los compases iniciales del encuentro. En el primer punto subió a la red sin ton ni son y lo pagó. Lo perdió. En su primer turno de saque cometió dos dobles faltas y lo perdió también. Se puso 0-3 abajo y necesitó tranquilizarse y que la nipona bajase el ritmo para tomarle el pulso al partido y comenzar la remontada.
Su precisión aumentó, de modo que en dos o tres golpes tenía ya el punto hecho, y poco a poco se fue comiendo a una Hibino que echó en falta la calidad que sí atesora Muguruza. Del 0-3 se pasó rápidamente al 6-4 en una pista techada que escuchaba, ante la ausencia de público, cómo la lluvia golpeaba las instalaciones de Flushing Meadows. Y es que este era el único partido que se estaba jugando en una Nueva York bajo la amenaza de las precipitaciones.
Con solo el sonido de las gotas de fondo y con las gradas vacías cubiertas con lonas de publicidad, Muguruza consiguió una rotura rápida en la segunda manga y solo necesitó mantenerla para que el encuentro no se torciera. Con ello evitaba una batalla en el plano físico, que apunta a ser una de las claves de este torneo, donde los jugadores pueden no estar preparados para aguantar encuentros largos por el enorme parón a sus espaldas.
En apenas una hora y 31 minutos, Muguruza, que acabó exhausta, liquidó a Hibino y una primera ronda que siempre es peligrosa y más aún cuando acumulas medio año sin jugar. Solo con este triunfo, además, ya mejora el resultado del año pasado, cuando cedió en su debut ante Alison Riske.
Queda lejos aún la posibilidad de repetir el éxito que fue la final del Abierto de Australia, pero para ser su primer partido en varios meses, Muguruza puso con firmeza la primera piedra para avanzar en el Grand Slam que históricamente peor se le da.
En Nueva York nunca ha pasado de los octavos de final y la última vez que alcanzó esa ronda fue en 2017. En el resto de participaciones ha perdido en primera o en segunda ronda. Para romper esta maldición, ahora se tendrá que medir a la ganadora del duelo entre la búlgara Tsvetana Pironkova y la rusa Liudmila Samsonova.
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