enric gardiner
Lunes, 13 de septiembre 2021, 00:58
En uno de los días más importantes de su carrera, Novak Djokovic se vio superado. La historia que pesaba sobre sus hombros, convertirse en la sexta persona en la historia en lograr el Grand Slam, superar a Rafael Nadal y a Roger Federer, fue demasiado ... para el serbio. Uno de sus peores partidos, ante el 'cyborg' ruso Daniil Medvedev (6-4, 6-4 y 6-4), le devolvió este domingo a la tierra en la final del US Open, le quebró sus esperanzas de lograr un año perfecto y le enseñaron el camino de la derrota el día de su coronación.
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Porque todo estaba preparado para que Djokovic se uniera al club más selecto de todos. Solo Don Budge (1938), Rod Laver (1062 y 1969), Maureen Connolly (1953), Margaret Court (1970) y Steffi Graf (1988) han conseguido conquistar los cuatro Grand Slam en un mismo año, el logro más complicado del tenis. Y el serbio, por primera vez en su carrera, estaba a un encuentro, a una victoria, de hacerlo.
El paso definitivo, que además venía con el asterisco de servirle también para sumar 21 'major' y desempatar con Nadal y Federer en la cúspide de este deporte. Pero la vida tuvo un desenlace inesperado para el número uno del mundo. Una tarde en Nueva York horrible, incómoda, decepcionante y ante el peor rival posible, un Medvedev que estuvo brillante.
El de Moscú, con su tenis rígido, poco ortodoxo y lejos de ser estético, se comportó como un muro, como una pared que Djokovic intentaba derribar a cabezazos. Más concretamente con un mundo de subidas a la red que cavaron su tumba (29 de 44 puntos ganados en la red). El de Belgrado no sabía cómo escapar a la telaraña mental que le agobiaba.
Perdió el primer set, como en los cuatro partidos anteriores, pero esta vez, las sensaciones eran muy diferentes. Era la primera vez desde el US Open en 2013 contra Nadal que Djokovic cedía el primer set en una final sobre cemento. Por eso, cuando no pudo romper el saque de Medvedev en el segundo parcial estrelló la raqueta contra el suelo. Pero no le calmó. Le hizo hundirse aún más.
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Desde que la raqueta estalló en mil pedazos, Djokovic no volvió a levantarse. Se dejó llevar en una de sus peores actuaciones en las finales. Y eso es mucho decir para un hombre que ha jugado 31 de Grand Slam.
La derrota será difícil de olvidar para él, porque la oportunidad de lograr un Grand Slam es única, como ya comprobó Serena Williams en 2015, la última tenista en llegar a Nueva York con opciones de completarlo. Es la tercera vez en su carrera, tras 2011 y 2015, que gana tres de los cuatro Grandes, pero este 2021 ha sido la única opción real de conquistarlos todos.
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Por eso rompió a llorar en el último juego del partido, antes de que Medvedev abrazara su primer gran título. Unas lágrimas que simbolizaban el esfuerzo que Djokovic había puesto para llegar a este último partido y el dolor de ver que se escapó.
Medvedev reclama, tras dos finales perdidas, el título que le coloca como la gran oposición a los últimos coletazos de los tres grandes y, aunque en la clasificación seguirá a más de 2.000 puntos del serbio, su brecha, con esta victoria, es mucho más pequeña.
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Djokovic se une al club más doloroso de todos, el que comprenden Jack Crawford, Lew Hoad y Serena Williams, los tres tenistas que llegaron a Nueva York con opciones del Grand Slam. Crawford y Hoad, como Djokovic, cayeron en la final, Serena, lo hizo en semifinales.
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