El sufrimiento de Nadal, palpable en su rostro. ÁLEX SÁNCHEZ

Nadal, una carrera a base de sangre, sudor y lágrimas

Con 22 Grand Slams en su haber, el balear ha sufrido multitud de lesiones que le han impedido agrandar aún más su leyenda

Antonio Garrido | Ignacio Tylko | Álex Sánchez

Madrid

Domingo, 22 de enero 2023

Doctores, fisioterapeutas, recuperadores, preparadores físicos, entrenadores y, sobre todo, los propios profesionales, siempre han defendido la tesis de que el deporte de élite no es sano porque tarde o temprano pasa factura y suele dejar secuelas incluso cuando el deportista se retira. El caso de ... Rafa Nadal, que lleva nada menos que 21 compitiendo entre los mejores, es un ejemplo palmario. El balear era un portento físico, capaz de disputar cada bola hasta la extenuación y de ganar puntos increíbles por su constancia y porque llegaba a todo. Incluso sus pocos detractores decían que fundamentaba sus triunfos más en una capacidad física y mental sublime que aburría y despesperaba a sus rivales que en la calidad de sus golpes.

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Como reveló durante su comparecencia de este jueves en la academia de Manacor que lleva su nombre, Nadal lleva años sufriendo un calvario de lesiones que se han ido enmascarando a base incluso de excelentes resultados. Dolencias de mayor o menor importancia, en algún caso crónicas, en rodilla, pie, abdomen, hombro, codo, muñeca y la última en la cadera, en ese maldito psoas ilíaco izquierdo que le trae a mal traer desde el pasado enero. Problemas que le han lastrado porque le han imposibilitado competir en plenas facultades hasta que ha dicho basta.

El detonante de esta retirada temporal que será definitiva en 2024 si es que Nadal recupera en los próximos meses el buen tono físico y la ilusión por seguir compitiendo en los grandes torneos sin ser un comparsa, se produjo en la segunda ronda del Abierto de Australia. Fue una tarde complicada para Nadal. Mackenzie McDonald le estaba superando. Le habia ganado el primer set por 6-4 y en el segundo disfrutaba de un break de ventaja. Pero lo peor estaba por llegar. Cuando el estadounidense tenía que confirmar la rotura y el zurdo trataba de igualar a cuatro juegos esa manga, el manacorense tuvo que estirarse para dar devolver un tiro paralelo y llegó el gesto de dolor, la cara de sufrimiento del tenista y de todo su equipo. En otra carrera, frenó y cojeó. Pidió tiempo médico por un dolor agudo en la parte alta de la pierna izquierda, a la altura de la cadera. Le trataron en el vestuario, volvió a la pista, fue recibido como un héroe siguió jugando sin apenas movilidad y, obviamente, perdió.

«He notado algo en la cadera y se acabó. No puedo decir que no estoy destrozado porque estaría mintiendo. Estoy cansado de este tema de las lesiones todo el rato. Es muy duro a nivel mental pasar otra vez por el proceso y el trabajo que se necesita para la recuperación», sentenciaba Nadal ese maldito 18 de enero. Y eso que ni imaginaba que cuatro meses después seguiría de baja, sin fecha concreta para el regreso.

El balance es estremecedor. Nadal suma 23 lesiones, con una media de más de una lesión grave por curso. Incluso siendo el jugador con más Grand Slams de la historia, igualado a 22 con Novak Djokovic, Nadal ha causado baja en doce de ellos, sin contar los próximos Roland Garros, Wimbledon y US Open, en los que tampoco estará, y en otros trece jugó mermado, llegando incluso a retirarse en cuatro de ellos. Comparándolo con su rival por el trono del tenis, el serbio, ha tenido una trayectoria más benévola con las lesiones. Llegó a disputar 51 grandes de forma consecutiva, desde 2005 hasta 2017, algo impensable para el balear.

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«Esta situación para mí pierde el sentido. Primero empezó el pie, que parecía que iba mejor. Ahora que estaba controlado y me dejaba disfrutar jugando al tenis, me llega esto, con lo que pongo el riesgo mi futuro inmediato y mi futuro a largo plazo, y no quiero asumir riesgos», concluía Nadal aquella jornada negra en Melbourne, madrugada fatídica en España. Como dijo este jueves, »no merece retirarse así« sino en la pista.

A continuación, repasamos las lesiones más importantes que ha sufrido Nadal durante su carrera y que le han privado de cosechar más triunfos de los que tiene en su haber:

Síndrome de Müller-Weiss en el pie izquierdo (2005)

El mejor año de la carrera de Nadal, en el que consiguió hasta 11 títulos, tuvo un final desagradable. Tras vencer en Madrid mermado por una tendinitis, el balear estuvo de baja más de cuatro meses tras ser diagnosticado con el síndrome de Müller-Weiss en su pie izquierdo, una enfermedad degenerativa del escafoides que le ha lastrado durante toda su carrera hasta hoy. Se perdió el Master 1000 de París, la Copa de Maestros y el Open de Australia de la temporada siguiente.

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Rafa Nadal, en noviembre de 2005.

Las rodillas le empiezan a dar guerra (2009)

Esa temporada, Nadal sufrió uno de sus mayores varapalos, la final de Roland Garros ante Robin Soderling, la que fue su primera derrota sobre la arcilla parisina y con la que perdió el número uno del ranking. Tras este golpe vino otro en forma de tendinitis en la rodilla, uno de sus quebraderos de cabeza constantes durante su carrera, que le mantuvo fuera de las pistas casi tres meses, siendo baja en los torneos veraniegos y en Wimbledon.

Una imagen de Rafa Nadal en el Roland Garros de 2009.

Rotura del tendón rotuliano izquierdo y hoffitis (2012)

La lesión más grave en la carrera de Nadal llegó en 2012, tras caer en segunda ronda de Wimbledon ante Lukas Rosol. Rotura del tendón rotuliano de la rodilla izquierda y una hoffitis en la misma, que le mantuvo fuera de las pistas siete meses. No disputó los Juegos Olímpicos de Londres, ni los torneos de Canadá, Cincinnati, US Open, Shanghai, París, la Copa de Maestros y el Open de Australia de 2013. «Quizás parar ahora me sirva para alargar mi carrera», explicaba el propio Nadal ese mismo año tras su lesión en la rodilla.

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Nadal se seca el sudor en Wimbledon 2012.

La maldita muñeca (2016)

Nadal anunció por sorpresa que se retiraba de Roland Garros antes de disputar la tercera ronda del torneo, por una lesión de muñeca que le tiene tres meses en el dique seco: «Sé que no puedo terminar el torneo. Es parte de la vida y espero volver muchos años más a Roland Garros. La de hoy es una de las ruedas de prensa más duras de mi carrera, teniendo que dejar el torneo más importante de mi trayectoria profesional». No pudo disputar tampoco el torneo de Wimbledon. Nadal forzó en los Juegos Olímpicos, pero renunció al Masters 1000 de París y a la Copa de Maestros.

Nadal, durante los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro de 2016.

Lesión en el psoas ilíaco, tendinitis y rotura abdominal (2018)

Tras un 2017 sin apenas sobresaltos físicos, Nadal sufrió en 2018 un popurrí de percances. En los cuartos de final del Abierto de Australia ante Marin Cilic se vio obligado a retirarse por una lesión en el psoas ilíaco, que le mantuvo alejado de las pistas dos meses y medio.

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Se retiró también en las semifinales del US Open ante Juan Martin Del Potro, aquejado de una nueva tendinitis en su rodilla izquierda, que le tuvo fuera otros dos meses, en los que se perdió la gira asiática. Finalmente, una rotura abdominal en el último tramo de la temporada le imposibilitó jugar el Masters 1000 de París y la Copa de Maestros.

Rafa Nadal tuvo que ser atendido en el partido ante Cilic en el Open de Australia de 2018.

Fisura costal y rotura abdominal (2021-2022)

Estas últimas dos temporadas de Nadal han sido titánicas. «No estoy lesionado, vivo con una lesión», eran las declaraciones del balear tras caer en el Masters 1000 de Roma ante Denis Shapovalov. Ha jugado con dolor constante y ha sufrido hasta tres lesiones de gravedad. Y aun así, ha ganado dos Grand Slams. La lesión degenerativa en su escafoides volvía a aparecer a finales de 2021. Estuvo cuatro meses de baja y no pudo disputar Wimbledon ni US Open, y llegó al Open de Australia entre algodones.

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En el torneo de Indian Wells, Nadal sufrió una fisura del tercer arco costal, obligándole a parar por unas semanas. Cayó en Roma aquejado de nuevo del escafoides, y con su presencia en Roland Garros en serias dudas, aunque consiguió llegar, no exento de dolor, para levantar su vigésimo segundo Grand Slam. Finalmente, se retiró en las semifinales de Wimbledon antes de enfrentarse a Nick Kyrgios, tras sufrir una rotura de siete milímetros en el abdomen.

Nadal se duele del pie derecho en el partido ante Shapovalov en Roland garros 2021.

«Esta situación para mi pierde el sentido. Primero empezó el pie, que parecía que iba mejor. Ahora está controlado y me deja disfrutar jugando al tenis. Y ahora esto, con lo que pongo el riesgo mi futuro inmediato y mi futuro a largo plazo, y no quiero asumir riesgos», concluía Nadal, que pese a estar a un solo paso de otra final de un grande, se veía obligado a retirarse de nuevo

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