Enric Gardiner
Martes, 2 de enero 2024, 11:45
Tras 350 días en el dique seco, volvió Rafa Nadal. Y volvió como si nunca se hubiera ido, porque el esperado retorno del ganador de 22 Grand Slams estuvo acompañado de los ingredientes que siempre le han acompañado durante su carrera.
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Las dudas respecto a ... su estado, tras casi un año sin competir -su último partido fue el pasado 18 de enero- las mandó al garete el propio Nadal en el primer punto de su triunfo ante Dominic Thiem (7-5 y 6-1). Tras apenas un intercambio de dos golpes, Nadal colocó una derecha paralela a la línea. Un golpe ganador que hizo resoplar al austríaco y borró la incertidumbre respecto al hombre que luce ahora el 672 en su ranking, pero al que su tenis pondrá mucho más arriba en poco tiempo.
Porque Nadal está de vuelta. Ha vuelto su derecha, con un grado mayor de agresividad para acortar los puntos, ha vuelto ese revés que actúa de pincel y el servicio, con el que ganó el 88% de puntos con el primer servicio y el 80% con el segundo. Solo perdió seis puntos con su saque en todo el partido ante un tenista contra el que disputó dos finales de Roland Garros en 2018 y 2019, y que hasta no hace mucho estaba considerado su sucesor en la tierra batida.
Thiem, ya muy lejos de ese nivel al que persigue volver, fue un rival digno para el retorno de Nadal y durante el primer set le aguantó el pulso. El austríaco se sostuvo ante la agresividad del español durante doce juegos y solo decayó cuando la presión sobre su servicio y el barranco de perder el primer set le derrumbó.
El balear necesitó de cuatro puntos de set, pero abrochó una primera manga que decidió el partido por el manotazo que supuso a la moral de Thiem, que ya había sufrido horrores para pasar la fase previa del torneo, y porque evitó a Nadal un duelo físico que desconoce desde hace un año. Con ese 7-5 en el bolsillo, el segundo parcial fue un paseo para el de Manacor, que aprovechó las dos opciones de rotura que tuvo para sentenciar al pobre Thiem, mermado desde que la muñeca comenzara a darle problemas en 2021.
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«Hasta hoy no había tenido un test de cuál era mi nivel. Cualquier cosa puede ocurrir después de mucho tiempo sin jugar un partido. Saltas a la pista y te esperas cualquier cosa, cosas increíbles o desastres. Hoy tenía esa duda en mi interior y eso me preocupaba. Creo que hoy he tenido un buen día. He jugado muy sólido, sin cometer errores y sin tomar malas decisiones. Es algo con lo que estoy muy contento», dijo Nadal tras el encuentro. «Sé que Dominic ha pasado por muchas lesiones duras y me alegro de poder verle en la pista y le deseo lo mejor para el futuro», añadió en relación a su rival, el que un día estuvo llamado a heredar su reinado sobre la tierra batida.
Esta victoria es un rayo de esperanza para Nadal, que por el camino desempató con Ivan Lendl como el cuarto tenista con más triunfos en la historia (1.069), solo superado por Jimmy Connors (1.274), Roger Federer (1.251) y Novak Djokovic (1.089). El triunfo supone una inyección de optimismo, ya que eran muchas las dudas sobre su estado físico y su competitividad en un año en el que cumplirá 38, edad con la que nadie ha ganado un Grand Slam en la Era Abierta. Los primeros 25 puntos del año le permiten escalar más de un centenar de posiciones en ese ranking que le situaba en un inaudito puesto 672 antes del comienzo del torneo.
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La preparación del balear desde la operación por la lesión en el psoas ilíaco, incluida una estancia en la sede de su academia en Kuwait, y su tiempo de reposo han dado sus frutos. En Brisbane tendrá al menos otra oportunidad para calentar de cara al Abierto de Australia que comienza el próximo 14 de enero.
Por ahora, Nadal prefiere ser cauto en cuanto a objetivos competitivos y fija su meta en recuperar sensaciones de juego sobre la pista. «Necesito estar en la pista y no pensar en los movimientos, sino que todo me venga automático. Mi objetivo a medio plazo es, en un par de meses, ser competitivo de nuevo. Si lo soy, fantástico. Si eso ocurre será una gran sorpresa para mí. Vayamos día a día. Hoy es positivo, mañana ya veremos. No digo esto para protegerme, no lo necesito», explicó.
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«Hoy es un día muy emotivo y muy importante. El año pasado fue el más duro de mi carrera y he tenido la oportunidad de volver. He podido jugar a un nivel muy positivo para ser el primer día. Estoy muy orgulloso por mí y por los míos», concluyó Nadal, que se enfrentará en la siguiente ronda en Brisbane al australiano Jason Kubler, un rival desconocido para él que se plantó en octavos tras el abandono de su rival en primera ronda, el ruso Aslán Karátsev, y que ocupa actualmente el puesto 102 en el ranking ATP.
Novak Djokovic, que debió recibir tratamiento por un problema en la muñeca derecha durante su partido de individuales de la United Cup contra el checo Jiri Lehecka, a quien se impuso por 6-1, 6-7 (3) y 6-1, tuvo que renunciar al dobles mixto para intentar recuperarse para los cuartos de final de este miércoles contra la anfitriona Australia. El número uno del mundo dio este martes el primer punto a su país en la eliminatoria contra la República Checa, pero sufrió una lesión en el calentamiento y necesitó atención médica durante y después del encuentro.
«No es la primera vez que me enfrento a este tipo de circunstancias… Estas cosas suceden. Solo hay que gestionarlas y encontrar una solución. Creo que no es una gran preocupación, porque aún así logré terminar el partido y jugar bien, aunque no estuve al 100%», reconoció Djokovic tras su victoria ante Lehecka en el torneo que se disputa en Perth. El tenista balcánico tuvo que ser atendido tras el primer set y antes del inicio de la tercera manga, ya desde ese momento salió disparado hacia el triunfo, logrando una ventaja de 5-0 antes de sentenciar al checo e igualar la eliminatoria.
Posteriormente cedió su puesto en el dobles mixto a Hamad Medjedovic, que junto a Olga Danilovic puso el 2-1 definitivo para alcanzar los cuartos de final en el torneo por equipos que sirve de preparación para el Open de Australia. «Veremos a ver qué pasa ahora», añadió Djokovic respecto a las dudas sobre su estado físico y la posibilidad de jugar o no contra Australia en la eliminatoria previa a semifinales de la United Cup. Con 36 años, Djokovic comenzó su semana número 406 como número uno mundial, con el objetivo de revalidar el título en el Open de Australia, el primer Grand Slam de la temporada que se disputará en Melbourne a partir del 14 de enero. El balcánico ya ha ganado el 'major' australiano en diez ocasiones.
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