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Enric Gardiner
Jueves, 9 de mayo 2024, 16:51
El belga Zizou Bergs se enfrentaba este jueves a una titánica tarea en el Masters 1.000 de Roma. Rafa Nadal nunca ha perdido dos partidos consecutivos sobre tierra batida. De hecho, ha jugado 112 primeras rondas en torneos de arcilla y solo ha perdido ... una, ante Juan Carlos Ferrero en 2008, en un partido marcado por unas ampollas que no le permitieron competir. Bergs, tras ganar el primer set con suficiencia, se asomó a un horizonte inexplorado para cualquier otro tenista en la historia, pero terminó derrotado (4-6, 6-3 y 6-4) ante un Nadal que sigue dando pasos adelante en su puesta a punto para París.
En un Foro Itálico lleno, Nadal completó un partido irregular, muy afectado por el viento, que no le dejaba restar en condiciones, y en el que tampoco sirvió demasiado bien, permitiendo dos roturas en contra y un total de nueve puntos de 'break'. Nadal no estuvo brillante, pero sí pragmático para frenar a Bergs, un tenista con mucho más rodaje y forma después de ganar una final de un Challenger, perder otras y pasar la fase previa de este Masters 1.000 de la capital italiana.
El belga, además de los retos ya mencionados, también pudo ser el primer belga en ganar a Nadal sobre polvo de ladrillo desde que lo lograra Olivier Rochus en la segunda ronda de Mallorca en 2002, cuando el balear apenas tenía 15 años. Dio esa impresión cuando remontó un 'break' en contra a Nadal y se apuntó el primer set, muy malo para el español, que dejó ir doce de los últimos catorce puntos, los últimos cinco juegos y que cerró el parcial con solo tres golpes ganadores y 16 errores no forzados.
Fueron minutos malos, «de muchas dudas», reconoció Nadal después tras clasificarse para la segunda ronda. Con un nivel muy pobre y con una cantidad de errores impropios que desaparecieron en cuanto comenzó el segundo set, accidentado, eso sí. Porque el duelo estuvo parado más de diez minutos por una emergencia médica en la grada que, como ya ocurrió en Madrid, tuvo que comunicar el propio Nadal al juez de silla, con su equipo ayudando a trasladar agua a la persona afectada.
Una vez dejado atrás el susto entre el público, Nadal elevó el nivel en el segundo set, pero no se quitó del todo el sufrimiento. Tuvo que salvar una bola de 'break' para ponerse 4-1 y otra para cerrar la manga, y terminó esta con solo siete errores no forzados y mejorando su cuenta de ganadores hasta nueve. Se habían reducido los fallos, pero aún quedaba trabajo por delante, y más cuando Nadal dio el susto al comenzar el tercer set con una aparatosa caída.
El español pisó sobre la línea tras restar una bola de Bergs y patinó, perdiendo el equilibrio y revolcándose en la tierra. Ágil como un felino, se levantó rápido e incluso ganó el punto con una dejada. Una lección más de resiliencia y un punto pocas veces antes visto en su carrera.
Lejos de la contundencia que le hubiera gustado, el set definitivo no estuvo exento de subidas y bajadas y Nadal tan pronto pasó de tener pelota para el 4-1 a enfrentarse a un 0-40 en contra que le hubiera colocado 3-3. Salvar esa situación y un 0-30 con 4-3 fueron los últimos sustos en el irregular partido de Nadal que, sin embargo, se ganó la oportunidad de volver a la central de Roma en segunda ronda.
«Mi juego es más impredecible que antes por no haber jugado durante los últimos años. Sé que puedo hacerlo mucho mejor que hoy. He jugado tres horas y me siento bien», dijo tras la victoria. Su siguiente rival será el polaco Hubert Hurkacz, con el que no se ha enfrentado nunca.
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