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David Sánchez de Castro
Jueves, 21 de noviembre 2024, 19:33
Desde mediados del ya lejano verano hay una pregunta que se ha repetido de manera constante entre los aficionados a la Fórmula 1: ¿hay Mundial? La neta mejoría de McLaren ha ido en paralelo al bajón de Red Bull, algo que no es casual, pues a los del equipo de Max Verstappen y de Sergio Pérez (sí, sigue en Red Bull) les cazaron con la trampa de la frenada asimétrica y desde entonces no han levantado cabeza.
Sin embargo, el rédito obtenido hasta el momento y la desidia de la FIA y la Fórmula 1 para excluir a un equipo que había empleado una argucia técnica, cuando menos, alegal, han permitido que Verstappen llegue a estas alturas de Mundial con su primera bola de partido. Las cuentas son relativamente sencillas: tiene que ganar, haga lo que haga Norris, o al menos quedar por delante de él y sumar dos puntos más en el circuito de Las Vegas. Sobre el papel es relativamente fácil, ya que pese a que Norris ha sumado más que Verstappen en seis de las últimas diez carreras, no ha sabido o no ha podido dar un golpe de gracia a la ilusión.
Norris, y él mismo lo ha admitido, no ha estado a la altura de las expectativas. En demasiadas ocasiones ha sido 'blando' Norris, y en cada cuerpo a cuerpo que ha tenido con Verstappen ha salido perdiendo. No es casual que lo ocurrido en México acabara con el tricampeón por delante, ya que es de los que no tiene miedo. La diferencia con Norris es que Verstappen sabe que en la Fórmula 1 no se puede andar con melindres a la hora de luchar por el título. Y el propio piloto británico, tan carismático fuera de la pista como decepcionante en este 2024, lo ha admitido sin tapujos. «Probablemente no estaba preparado para enfrentarme a Red Bull y Max. Creo que ahora lo estoy, aunque probablemente sea demasiado tarde para hacerlo. Tal vez haya otros pilotos en el pasado que estuvieron preparados para una ocasión así, pero nadie se ha enfrentado a Max tan pronto en su carrera, a mitad de temporada, y ha dado una lucha bastante razonable», admitía en la rueda de prensa del jueves. No se puede decir más alto: Norris ha claudicado. Si con más opciones matemáticas no había mostrado suficiente fortaleza, ahora que encima Verstappen está venido arriba y con opciones a título, aún menos.
Con este panorama, el interés de las tres carreras que quedan para que finalice este largo campeonato recaerá en ver qué equipo se hace con el título de constructores. No es un asunto menor, ya que aquí es donde se juega el reparto de dinero, y está el asunto mucho más emocionante. McLaren ha adelantado con solvencia a Red Bull ya hace varias carreras, toda vez que los paupérrimos resultados de Sergio Pérez han sido un ancla demasiado pesada ante el bajón de Verstappen antes citado, lo que a su vez también ha permitido a Ferrari adelantarles. A falta de tres carreras, los de Woking lideran, los de Maranello les siguen y los de Milton Keynes les persiguen.
La previsible resolución del campeonato de 2024 será en la segunda edición del GP de Las Vegas, donde todos los pilotos han vuelto a sentirse los 'payasos' del gran circo. Muchos de ellos han aceptado que estos días van a vivir momentos entre embarazosos, divertidos e inolvidables. Como Yuki Tsunoda, al que confundieron con un espía norcoreano en el aeropuerto por su aspecto (iba vestido con una especie de pijama) y le tuvieron retenido unas horas, o Carlos Sainz, al que en un evento publicitario casi hacen tocar el saxofón. Cosas de Las Vegas.
Precisamente, el español es uno de los favoritos del fin de semana. Tiene un mal recuerdo del año pasado por una injusta sanción que le impusieron tras verse obligado a cambiar casi todo su coche por un accidente que le provocaron las alcantarillas mal selladas en el 'strip', la recta flanqueada por casinos que recorre buena parte del trazado. Sainz quiere olvidar aquel agridulce fin de semana, que remató con un tercer puesto después de la descalificación de Hamilton, y dar a Ferrari otra victoria antes de pensar en Williams.
No tiene muchas expectativas Fernando Alonso, consciente de que en Aston Martin ya poco o nada pueden hacer, máxime en un circuito como este y con las bajas temperaturas que se esperan, en ningún caso de más de 15 grados. Lo mejor es que esta será la antepenúltima carrera del año y que, por obra y gracia del calendario, solo quedan tres para acabar la más que olvidable temporada 2024 para el equipo verde.
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