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Rafa Nadal, rodeado por el capitán y el resto de jugadores del equipo español tras conquistar la Copa Davis.

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Rafa Nadal, rodeado por el capitán y el resto de jugadores del equipo español tras conquistar la Copa Davis. Arturo Baldasano
Sexta ensaladera de España

Nadal, el 'hombre 10' del deporte español

El balear protagonizó la enésima hazaña de su carrera llevando a España a su sexta Davis y además mostró su lado más humano con Bautista

Lunes, 25 de noviembre 2019, 17:11

Se agotan los calificativos para Rafa Nadal. Su compañero Feliciano López fue el último en intentarlo y habló de él como de un «superhéroe» tras la conquista de la sexta Copa Davis por parte del equipo español. Más allá de la enésima ... hazaña del balear sobre una pista de tenis, pues disputó ocho partidos, cinco individuales y dos dobles, en seis días para conducir a España al trono del tenis mundial ocho años después, quedarán para el recuerdo sus lágrimas mientras Roberto Bautista, que había ganado el primer partido de la serie final tres días después del fallecimiento de su padre, hablaba al público de la Caja Mágica.

 «Roberto (Bautista) nos ha dado un ejemplo inolvidable. Yo he ganado los ocho partidos, pero aquí la persona que ha sido vital en esta Davis ha sido Roberto, que lo que ha hecho ha sido casi inhumano. Jugó, perdió a su padre, volvió, entrenó ayer (por el sábado) por la tarde, y hoy (domingo) ha estado a un nivel altísimo», recordó después de alzar la quinta ensaladera de su carrera. Su palmarés es inigualable, ha conquistado el mundo entero con 19 grandes, 35 Masters 1000 y dos oros olímpicos en individual y por parejas en 16 años de carrera profesional, pero su ilusión sigue siendo la de un niño.

Más allá de una calidad incuestionable, esa ambición infinita propia del debutante y no del deportista consagrado es el factor diferencial. El que hace que los partidos se decanten de su lado cuando llegan los momentos más complejos. Bien se podría llamar la 'zona Nadal'. El tenista de Manacor es un hombre diferente cuando tiene la posibilidad de jugar representando a España. Se ha visto a lo largo de toda su trayectoria en la Copa Davis, donde acumula 29 victorias consecutivas en individuales, todas las posibles desde su debut con derrota en 2004, y se vio también en los Juegos Olímpicos, la única paliza similar a la que se ha dado a lo largo de esta semana de tenis concentrado en Madrid. Una especie de trabajos de Hércules que en Río completó con el oro en dobles y que en la Caja Mágica llevó a España a la conquista de la ensaladera, esa vieja conocida que no tocaba desde 2011.

«Es una competición singular por el hecho de representar a tu país y hacerlo en equipo. Es verdad que a veces los sentimientos te pueden hacer pasar malos momentos, pero yo empecé muy jovencito, a los 17 años, y eso ayuda. También el hecho de que he vivido a lo largo de mi carrera profesional muchos momentos de máxima tensión. Jugar para tu país y ante tu gente hay dos formas de entenderlo: puedes sentir un poco más la presión por la sensación de que no sólo juegas por ti o tener la habilidad de transformar toda esa presión en algo positivo y congeniar con el equipo y con el público, que es lo que yo he hecho siempre para tratar de apoyarme en las sensaciones positivas que me aporta jugar junto a otros tenistas y ante mi afición», explica Nadal. Parece sencillo escuchándolo de su boca, pero son mayoría los jugadores a los que les tiembla el pulso cuando llega la hora de la verdad en un deporte de la precisión del tenis.

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El valor del equipo

«Para mí es el mejor deportista de la historia de España y le empezaría a colocar como uno de los mejores a nivel mundial. Por todo lo que conlleva Rafa, por todo lo que consigue, por cómo lo gestiona, creo que como él hay pocos», señala Álex Corretja, excapitán del equipo español de Copa Davis.

«Siempre es el líder, es un súper humano casi, pero es una competición de equipo. Él ha aportado su trozo de pastel, pero ha sido trabajo de todos», recuerda Garbiñe Muguruza, ganadora en Roland Garros y Wimbledon. Sin Nadal hubiera sido imposible conquistar la Davis, pero este torneo de nuevo formato y máxima exigencia también puso de relieve el valor del equipo, que se sobrepuso a un sinfín de problemas a lo largo de la semana. A la peor de las noticias, la muerte del padre de Bautista, se unieron los problemas físicos de Pablo Carreño y de Marcel Granollers, que supusieron que los cinco jugadores españoles seleccionados por el capitán, Sergi Bruguera, disputasen al menos un partido, con hasta tres números dos diferentes abriendo las eliminatorias y con tres parejas diferentes en el dobles, decisivo en la jornada inaugural ante Rusia y en cuartos de final y semifinales frente a Argentina y Gran Bretaña.

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