El tercer Dakar de Sainz y su ausencia del Príncipe de Asturias

Los valores que transmite Carlos Sainz (padre, pero hijo también) a las generaciones que le han visto competir y ganar rebosan cada vez que sale a la palestra. Concentración, esfuerzo, gallardía, deportividad, preparación. Virtudes que ha llevado cada año al Dakar, lo gane o no, y que le ha hecho conquistarlo ya tres veces con otros tantos fabricantes (Volkswagen, Peugeot y Mini). Sainz es un ejemplo de deportista de élite, cuya trascendencia va mucho más allá de su disciplina y cuya figura puede servir de espejo para una sociedad cada vez más convulsa.

Todos estos argumentos no son suficientes para que el jurado de los Premios Príncipe de Asturias (hoy Princesa de Asturias) le hayan reconocido. Desde ese 1987 en el que el atleta y hoy presidente de la IAAF Sebastian Coe inaugurara el palmarés de este galardón, 15 deportistas o equipos españoles han sido reconocidos. Sainz no está entre ellos, mientras que sí lo están Sito Pons, que fue bicampeón del mundo de motociclismo en 250cc y no en la máxima categoría, o Iker Casillas y Xavi Hernández, sólo dos años después de la selección española de fútbol y únicamente por representar una amistad entre un madridista y un barcelonista. Entre los premiados internacionales está Lance Armstrong, desposeído de sus siete Tours de Francia por haberse dopado de manera sistemática. Cae por su propio peso que Sainz es una ofensiva ausencia en el listado de ganadores, como tantos otros (el clásico es Ángel Nieto), nacionales e internacionales, cuya aportación al deporte mundial merecería ser reconocido.

Carlos Sainz aterriza este domingo a las 12:30 horas en el aeropuerto de Barajas, el mismo donde hace sólo dos años llegó enfundado en la bandera de España celebrando su segundo Dakar. Como ese día, también estará su hijo Carlos esperándole, orgulloso de tener el nombre y el apellido de una de las mayores leyendas del deporte de todos los tiempos.

Después, Sainz comparecerá ante la prensa junto a su inseparable Lucas Cruz para hacer balance de lo conseguido, y a buen seguro aparecerá la pregunta que se le hace desde hace prácticamente 20 años: ¿cuándo se va a retirar?

Sainz no tiene prisa. La respuesta es la misma desde entonces: mientras su cuerpo aguante y se sienta competitivo, seguirá volviendo al Dakar, para demostrar que lo que pone en su carnet de identidad no tiene nada que ver con la edad que tiene. En Mini y en X-Raid, el preparador del equipo, están encantados con él, por lo que no van a presionar para que lo deje, ni mucho menos. Contar con la experiencia, método y cualidades de Sainz es un valor que muy pocos dejarían escapar. Habida cuenta del éxito de este 2020 y que ambas partes están encantadas de seguir juntos, ¿por qué va a tener que retirarse? ¿El único argumento son sus 57 años?