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borja gonzález
Cheste
Viernes, 15 de noviembre 2019, 15:50
Álex Márquez estrenó su título de Moto2 en Valencia con un discreto decimotercer puesto en la jornada inaugural, a casi un segundo del más rápido, Brad Binder. «Sólo ha costado más porque estoy resfriado desde hace tres o cuatro días. Cuando ... estás encima de la moto resfriado sufres un pelín más pero no, todo lo demás es hablar por hablar, de verdad, no hay nada. Me halaga que Alberto -Puig- haya dicho que soy una opción más, pero ya está, no puedo decir nada más, sólo centrarme en lo mío, hacerlo lo mejor que pueda y ya se verá».
Con todo lo importante cerrado, el resultado del campeón de la clase intermedia fue lo de menos, en el día en que tuvo que dar la cara después de que su nombre entrase en la lista de los posibles candidatos a cubrir la inesperada baja de Jorge Lorenzo en MotoGP. Un hecho que cambia el panorama de futuro del menor de los Márquez, con contrato cerrado para continuar en Moto2 en su actual estructura. Una posibilidad, la del salto de categoría, sobre la que Marc no se cansa de hablar, como si buscase dejar meridianamente claro que considera que la etapa en la clase de la que se proclamó Álex campeón en Malasia estuviese ya superada.
«Él está haciendo su camino, se tiene que ganar las cosas por méritos propios, se lo está ganando, porque es el campeón del mundo de Moto2. Está claro que él era el primero hace dos años que no se veía piloto de MotoGP, y él es el primero ahora que se ve piloto de MotoGP, pero tiene que esperar, seguir trabajando. Está claro que le tocaba un fin de semana para disfrutar porque ya es campeón, y lógicamente estas cosas como piloto afectan, porque estás a otras cosas, oyes comentarios», señalaba después del primer día de entrenamientos y contradiciendo en parte la versión de Álex en la que achacaba su gris posición del viernes a su estado físico. Y es que el que tenía que ser el gran premio de la celebración de lo sellado hace menos de dos semanas en Sepang, ha pasado a ser para el de Cervera y su entorno un momento crucial para su futuro profesional.
«Bueno, está claro que sea quien sea el año que viene mi compañero de equipo sabe que llega a un box en el que el piloto de al lado tiene la moto por la mano, tiene mucha experiencia con esta moto, es el vigente campeón, y tiene una buena referencia allí», analizaba Marc Márquez, a dos días de que termine el Mundial, y a cuatro de que comience la pretemporada 2020, algo importante porque para Honda sería deseable tener la vacante actual cubierta y no perder así la opción de que el ocupante, sea quien sea, pueda aprovechar el primero de los diez días de entrenamientos de los que dispondrán los pilotos de la clase reina antes de que arranque la próxima temporada.
«Siempre te comparan con el compañero de equipo. En el caso de que sea mi hermano, siempre le han comparado, esté donde esté siempre le compararán, y al final es un aspecto que en mi posición es delicado, porque si me guío por corazón está claro que digo unas cosas, pero soy de las personas que piensa fríamente y nunca he forzado situaciones, y menos ahora. Y las dos partes lo tienen que ver desde el punto de vista deportivo, tanto el equipo como mi hermano. Al final es una decisión muy personal pero como dijo él ayer, y lo hemos hablado, lógicamente, ya es todo un honor que equipos de MotoGP, y más HRC, se interesen por él. Luego si sale o no sale depende de otros factores que no están en mis manos», aclaró Marc Márquez.
En lo puramente deportivo, Marc Márquez finalizó tercero tras las dos primeras sesiones libres, por detrás de los dos pilotos con los que comparte el mejor ritmo, y que desde hace unos grandes premios son con los que suele compartir la zona alta de la tabla: Fabio Quartararo, otra vez liderando un entrenamiento, y Maverick Viñales, este más peligroso que el francés, en un grupo en el que el campeón también incluye a Alex Rins.
Esto en el primer día de la despedida de Lorenzo, y en el primero de la carrera en la clase reina del vasco-valenciano Iker Lecuona. «En la primera salida he flipado», reconocía Lecuona emocionado. «No llegaba a ver las luces del dashboard y yo ya estaba cambiando porque pensaba que las luces no iban. En la tercera vuelta he pensado 'no me creo que no funcione' y he mantenido el acelerador y eso ha empezado a soltar caballos y estaba alucinando. Creo que la primera impresión ha sido alucinante y la siguiente palabra no la digo pero ha sido un poco como que tenía que tomarlo con calma por decirlo de alguna manera. Y la última, muy positiva, controlo más la moto, ya no me controla y, como bien he dicho, controlo los frenos, que para mí ha sido lo más difícil y por ese lado estoy contento», concluyó después de terminar último a 2,3 segundos de Quartararo, aunque sólo a dos décimas de su compañero de equipo.
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