Un peligroso final al sprint

Marc Márquez, el defensor del título, comparte sus nuevas rutinas con su hermano Álex, en Cervera, y tratando de mantener una pauta de entrenamiento con las herramientas a su alcance y, claro, sin moto. Herramientas privilegiadas, una vez que dispone de gimnasio propio (como muchos otros pilotos de la clase reina), lo que le permite trabajar en mantener la forma física y, en su caso, en seguir mejorando el hombro operado en noviembre. Ahora ya sin la intervención de su fisioterapeuta y con el objetivo de mejorar la movilidad y la fuerza, un hándicap con el que creía que le iba a tocar lidiar en el inicio de curso. Unas rutinas de trabajo que se repiten en otros mundialistas.

 «Como se va a hacer muy largo y duro el final de temporada hemos decidido levantar un poquito el pie, sobre todo a nivel de volumen de trabajo durante este próximo mes», explica Aleix Espargaró, piloto de Aprilia. «Como calculamos que aún nos quedarán un par de meses hasta que corramos, este primero no es que vaya a ser de vacaciones, pero sí de tranquilidad, de entrenar más para mantener y divertirse. Y luego hacer una minipretemporada en el mes anterior al inicio para tratar de llegar lo más fresco posible a ese arranque, porque luego será muy muy duro. Así que no tiene mucho sentido seguir entrenando como un loco ahora porque lo puedes pagar en octubre, ya que el calendario será la bomba», reconoce Espargaró.

O sea, se trata dar un paso hacia detrás para volver a tomar carrerilla cuando toque. «Nos planteamos este parón como si iniciáramos de nuevo la pretemporada», explica Marc Rovira, preparador de su hermano Pol (KTM), y ex de Jorge Lorenzo. «Ahora a nivel de resistencia estamos trabajando de manera muy light, porque psicológicamente, al entrenar cada día en un sitio cerrado la fatiga mental es mucho mayor. Para mantener la motivación de Pol yo hago un trabajo más extenso de fuerza y uno más light a niveles de resistencia, para que mantenga la forma y, muy importante, para que no colapse mentalmente», destaca. Todo ante un Mundial que debería comenzar el fin de semana del 17 de mayo en Le Mans (después de que se pospusiese aún sin fecha Jerez), aunque viendo cómo marchan las cosas lo lógico es calcular un inicio más tardío.

«En condiciones normales se termina destrozando el triplete Japón-Malasia-Australia, y esto lo multiplica casi por tres», apunta sobre el final de año Carlos García, fisioterapeuta del Mundial, que en estos dos últimos inviernos ha estado tratando los hombros de Marc Márquez. «Como se llegue a Aragón en lucha por los títulos, que sería lo más normal, por todo lo que quedará, va a ser un Mundial de a ver quién está mejor preparado física y mentalmente, y quién gestiona mejor todos estos cambios horarios, vuelos, etc. El hándicap es que los pilotos no podrán entrenar la condición física más allá de subirse a la moto, excepto quizás la semana entre Tailandia y Japón, y entre Malasia y Austin. Y es muy poco. El que mejor llegue, el que menos sufra en la moto y más por la mano la tenga tendrá ventaja sobre el que esté más al límite», aventura Carlos García.

Un análisis al que le añade el factor imprevisible de una lesión: «Con una típica, una fractura de clavícula, que se opera y vuelves más o menos en dos o tres semanas, te puedes perder tres o cuatro carreras, que sería un 20% del campeonato. Y te lo puedes arruinar. Así que el que menos tenga que arriesgar para buscar el límite también tendrá una ventaja, porque asumirá menos riesgos». Algo en lo que coinciden los preparadores físicos de los pilotos. «Esto va a generar un buen estrés tanto físico como mental del piloto porque casi no tendrá tiempo de recuperar», detalla Tomás Comas, al cargo de Joan Mir (Suzuki).

«Habrá que trabajar más las recuperaciones, combatir mejor el jet lag. En competiciones tan seguidas hay que tener capacidad de leer las situaciones, porque será un campeonato diferente. El que lea bien eso, que el día que esté para dar gas lo esté, que el día en que tenga que ser cuarto lo sea, el que entienda bien la situación, puede recibir el premio al final. No te puede poder el ansia, porque una lesión te mandaría a casa y te destrozaría el campeonato», advierte Comas.