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Jesús Gutiérrez
Domingo, 12 de noviembre 2023, 10:03
Cuando Pedro Acosta (Mazarrón, Murcia. 25/05/2004) entró en los libros de historia del motociclismo conquistando el Mundial de Moto3 en su temporada de debut, la sensación que había en el paddock es que no se trataba de un título más, sino que era ... el primero del murciano. Solo dos años después ha sumado el de la categoría intermedia a su palmarés y la próxima temporada se estrenará en la clase reina sin haber cumplido aún veinte años. La percepción ahora es que tampoco será éste el último alirón del Tiburón, ya que el techo está por descubrir.
El primer campeón de 2023 ha sumado en lo que llevamos de temporada siete victorias y catorce podios, y a falta de dos grandes premios por disputarse, los últimos que correrá en Moto2, ya ha culminado una temporada excelsa. Pedro Acosta se ha mostrado muy superior a sus rivales este año. Solo pudo plantarle cara al inicio de año un inspirado Tony Arbolino, que llegó líder al parón del verano pero que después fue incapaz de seguir el ritmo arrollador del murciano. En las diez carreras que se han disputado desde el mes de agosto, Acosta ha quedado por delante de Arbolino en nueve y ya en la pasada cita de Tailandia gozó de su primera bola de título. Un campeonato que ha podido certificar en el podio de Malasia, con dos carreras de margen y con la autoridad de los grandes campeones.
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Si en su primer año mundialista asombró al mundo entero con un estreno estratosférico, logrando tres victorias y un segundo puesto en las cuatro primeras carreras, y un título que llegó casi por inercia y de manera inesperada. La temporada pasada, ya con todos los focos apuntando sobre él, tocó sufrir. Llegaron las lesiones, como esa fractura en el fémur a mediados de año que le obligó a parar justo cuando empezaba a sentirse cómodo con la Moto2. Pero en el tramo final de la temporada pasada ya se vio a un potencial dominador de la categoría. Y ese 'mal' año (fue quinto siendo rookie en Moto2) le hizo aprender muchas cosas. «Sobre todo aprender a perdonarme a mí mismo por los errores. Siempre pienso que si Pedro Acosta está al 100 % las 22 carreras, puede ganar las 22 carreras. Pero no se pueden ganar todas las carreras en una temporada. El objetivo tiene debe ser intentar ser competitivo en todas y no fallar. Y este año hemos fallado poco».
A estas alturas está claro que Pedro Acosta no es un piloto más. Ni siquiera es un campeón más. En tres temporadas en el Mundial ya ha ganado dos títulos, algo que no lograron pilotos como Valentino Rossi, que necesitó de cuatro años, o Marc Márquez que lo hizo en cinco. Pese a que odia las comparaciones, con su precocidad se ha ido apuntando a los clubs donde aparecen los nombres más exclusivos del motociclismo.
En 2021, cuando conquistó el título de Moto3 en el circuito de Portimao, se quedó a un día se ser el campeón más joven de la historia en un campeonato que acaba de celebrar su 75 aniversario. Entonces Acosta tenía 17 años y 166 días, solo uno más que Loris Capirossi. Y en esta ocasión se ha quedado de nuevo a las puertas de ser el más joven en triunfar en la categoría intermedia. Dani Pedrosa lo fue con 19 años y 18 días, mientras que Acosta lo ha conseguido con 19 años y 171 días, siete días menos que otra leyenda del motociclismo español, Jorge Lorenzo. Y el récord que sí arrebató a Marc Márquez en su primer año de Moto2 fue el del ganador más joven de una carrera en la clase intermedia.
Es inevitable comparar a Acosta con los grandes mitos de las dos ruedas, aunque será a partir de 2024 cuando se aterrice a la cumbre del motociclismo y se enfrente a los mejores pilotos del mundo. Su llegada a MotoGP supondrá un soplo de aire fresco para un campeonato necesitado de héroes, tras la retirada de algunos de los más grandes en las últimas temporadas y cuando el gran referente actual, Marc Márquez, que ya pasa de la treintena, lleva años fuera de combate por culpa de las lesiones y de la falta de competitividad mecánica de su Honda.
En 2024 Acosta pilotará una KTM, marca a la que ha sido fiel desde su debut en el campeonato, aunque vestirá los colores de la firma española GasGas en el equipo satélite de la fábrica austriaca. No se le exigirán resultados en su primer año en MotoGP, como tiene que ser, aunque seguro que mira de reojo algunos hitos que en su día logró el propio Márquez. Uno plausible, el de convertirse en el ganador más joven de un Gran Premio en la clase reina, que ahora ostenta el de Cervera con 20 años y 63 días. Tendrá diez intentos hasta que llegue a esa edad. El otro, ganar el título de la clase reina a la primera, ya le situaría en el Olimpo del motociclismo. Aunque si hay alguien destinado a entrar en los próximos años, ese es Pedro Acosta Sánchez, el Tiburón de Mazarrón.
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