Quartararo y Rins dan aire a Mir, que saldrá duodécimo

Mir superó su primera prueba de tensión y firmó el séptimo mejor tiempo, en un entrenamiento dominado por el italiano Franco Morbidelli y en el que se quedaron fuera de esos diez mejores sus dos rivales más directos en la pelea por el título, Quartararo undécimo (en la Q1 por dos milésimas de segundo) y Rins decimoquinto. Aire para el líder, algo que suele faltar en estos momentos de alta tensión, aunque en en el caso del líder de Suzuki sorprenda por su capacidad de no verse superado por las circunstancias.

 Y de nuevo la lluvia apareció, justo en el momento clave del día, no como para que la pista se mojase, aunque sí para generar un nerviosismo extra y complicaciones a pilotos y equipos. Rins, el mejor del cuarto entrenamiento libre, se quedó cortado en la Q1. El barcelonés tuvo que abortar su último intento de hacer un buen crono cuando empezó a chispear, lo que le dejó en la parrilla de este domingo en el puesto 14. Quartararo, segundo, sí que logró su plaza en la Q2, en la que se definen las primeras cuatro líneas de la parrilla de salida; y es una buena posición de partida evita muchos problemas de embudos o incidentes en el inicio, o que el piloto se vea obligado a un esfuerzo extra al tener que remontar en una cilindrada en la que la igualdad es máxima.

 En ese momento crucial de nuevo brilló Morbidelli, uno de los claros aspirantes a ganar en la segunda cita en el Ricardo Tormo; a su lado estará la Ducati de Jack Miller y en la tercera casilla la Honda de Takaaki Nakagami, otro de los favoritos al triunfo. Muchos más problemas tuvieron Quartararo, undécimo, en su peor resultado del año en un oficial junto al undécimo también de una semana antes, y Mir, que sorprendentemente no aprovechó los problemas de los rivales y que finalizó duodécimo. El líder en el puesto doce, el segundo en el once, el tercero en el catorce. Una situación poco habitual ante la que puede ser la carrera más importante del año.

«Estoy disgustado por cómo ha ido la Q2, pero no podemos decir que el día ha sido negativo porque me he encontrado muy bien en el FP3 y FP4», explicaba desde un punto de vista optimista Mir. «Hay que ver por qué ha pasado esto en la Q2 y hay que entender cuál ha sido el problema y a partir de ahí, hacer borrón y cuenta nueva para la carrera de mañana. Tenemos un buen ritmo y veremos hasta dónde podemos llegar». Si es hasta el podio, sería automáticamente campeón del mundo, hagan lo que hagan los demás; si Quartararo o Rins no ganasen, le valdría con ser sexto; si tampoco gana Maverick Viñales, cuarto de la general y sexto en la parrilla, podría servirle un séptimo. «No creo que me cueste dormir más de la cuenta, seguramente me levante con más nervios. La posición de hoy no me bastaría, pero es normal, porque soy el 12º. Pero es verdad que me tranquiliza un poco más el ritmo y ver dónde están los rivales. Si consigo sacar mi ritmo en carrera creo que podemos estar cerquita del podio o en el cajón. Siendo realistas y sin soñar», añadía Mir, que reconocía que el nivel de tensión que siente es menor gracias a los resultados de sus dos contrincantes, en un circuito en el que logró hace pocos días su primera victoria en MotoGP. Aunque eso de poco le servirá una vez que se apague el semáforo. Y menos en esta temporada en la que cada domingo sucede algo que la hace más especial; especial como sería que Mir y Suzuki se proclamasen campeones del mundo.