jesús gutiérrez
Jueves, 18 de agosto 2022, 20:19
«Mi intención es hacer alguna carrera este año, pero la respuesta la tendré la semana que viene cuando me harán un TAC y ahí entenderemos si puedo volver». Con este esperanzador mensaje reaparecía Marc Márquez en un gran premio, después de casi cuatro meses ... sin pisar un circuito una vez que decidió operarse por cuarta vez su húmero derecho. La última intervención, realizada por el doctor Joaquín Sánchez Sotelo en la exclusivísima Clínica Mayo de Rochester (Minnesota), fue la más compleja y con la que pretende, esta vez sí, poner fin a una pesadilla que le ha acompañado los dos últimos años y que amenazó con retirarle. Así de crudo lo expresaba con palabras: «Pasar por el quirófano era la única opción. Era eso o terminaba mi carrera».
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Gracias a las redes sociales hemos ido conociendo los avances de Márquez en su recuperación, como cuando se despedía del cabestrillo o empezaba a nadar por primera vez. En esas fotos también pudimos comprobar la tremenda cicatriz que le ha dejado esta última operación. Unas heridas que no han borrado su eterna sonrisa, marca de la casa, y que no le han restado un ápice del optimismo que siempre le ha acompañado. El de Cervera tiene un objetivo claro, volver a subirse en su Honda en este 2022, pero no sin antes recibir el permiso médico, y en esta ocasión se está siendo más conservador que nunca. Esa revisión que pasará la semana que viene determinará el grado de consolidación del hueso y si puede aumentar las cargas en sus entrenamientos. Aunque, y lo sabe por experiencia, hasta que no se suba a su MotoGP no entenderá exactamente si podrá volver a ser el mismo de antes de la lesión.
Pero el verdadero motivo de la reaparición de Marc Márquez en Red Bull Ring no era para informar sobre su estado físico, ni siquiera para quitarse el gusanillo de vivir otra vez un Gran Premio desde dentro. «Evidentemente me hacía ilusión estar aquí, pero no he venido a ver motos. He venido para estar con el equipo, para reunirme con Honda y para estar involucrado en el proyecto 2023», explicó. Y es que, en el contexto actual de MotoGP, Honda atraviesa el peor momento de su historia, sin ningún piloto en el top 10 de la clasificación (el mejor a día de hoy sigue siendo Márquez, 14º), última en el campeonato de constructores y habiendo sumado un único podio en lo que llevamos de año. Unos números impensables para la marca más laureada y prestigiosa del Mundial.
Por eso, además de hacer piña dentro de su box y conocer de primera mano sus novedades, la presencia de Márquez en Austria sirve para poner las pilas a Honda. De hecho, no dudó en lanzar algún recado a su marca, alguno tan contundente como el siguiente: «Para mí, el problema de Honda no es la moto, es el proyecto». Y es que en los últimos años las fábricas europeas (Ducati, Aprilia y KTM), con una filosofía mucho más abierta y ágil a la hora de afrontar cambios, le han ido comiendo terreno a las japonesas (Honda, Yamaha y Suzuki), tradicionales dominadoras del campeonato. «Yo no soy quién decide qué hacer pero sí quiero estar involucrado al máximo en un proyecto en el que creo y para el que tenemos que remar todos en el mismo sentido», añadió.
Como era de esperar, la presencia de Márquez lo eclipsó todo en Austria. Y eso que la tradicional rueda de prensa de los jueves contó con la presencia de los tres pilotos que están en la pelea por el campeonato de MotoGP. Fabio Quartararo mantiene todavía una cómoda ventaja de 22 puntos sobre Aleix Espargaró y 49 sobre Pecco Bagnaia, que es tercero pero al que el francés considera su máximo rival. Ha ganado las dos últimas carreras y las cuatro últimas que ha finalizado (entre medias, eso sí, tres ceros lastran su clasificación). Además, el Red Bull Ring es el circuito Ducati por excelencia y aquí las motos rojas han ganado 6 de las 8 carreras que se han disputado en MotoGP.
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Por su parte, a Aleix Espargaró le espera otro fin de semana de dolor. Tras la brutal caída de Silverstone, donde corrió con una fractura en el talón derecho, ha pasado la última semana recuperándose y tratando de hacer todo el ejercicio que su físico le permitía. Eso sí, el catalán no buscará excusas en su talón. «Gracias a dios voy en moto y no tengo que correr», dijo. Algo que comprobará hoy, cuando comiencen los primeros entrenamientos libres en el trazado austriaco.
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