Marc Márquez busca emular la salvajada de Lorenzo en 2013

Este jueves, a las 11 de la mañana, el piloto español desembarcaba de un avión privado en el aeropuerto de Jerez junto a los miembros de su equipo, que ya habían regresado a sus casas. Un par de horas antes, los mecánicos de su hermano habían vuelto a montar su lado del 'box', que se había vaciado en la tarde del domingo. A la una y media de la tarde Márquez recibía el visto bueno de los médicos del circuito, tras las pruebas pertinentes de fuerza (minutos antes también pasaba el control con éxito Cal Crutchlow, y poco después con el mismo resultado Alex Rins).

«Marc ha venido hoy, se le ha sometido a un estricto control mecánico y de sujeción muy rígido y muy potente, y debo decir que la exploración ha sido perfecta», aseguraba Ángel Charte, responsable de los servicios médicos del campeonato. «A pesar de lo que la gente pueda opinar, es lo que marca el código médico y lo que debemos hacer con ese código médico», agregaba.

«Originalmente, la posición de Honda fue cancelar la carrera e intentarlo en Brno, pero después de que lo vimos, del deseo de Marc, después de lo que el doctor ha dicho hoy, que le ha declarado apto, hemos llegado a una situación en la que él lo intentará el sábado, y después de cómo se sienta decidirá si corre o no», explicaba este jueves Alberto Puig, team manager del Repsol Honda, sobre un plan que implica que el piloto se saltará los entrenamientos libres del viernes, una vez que tras los cuatro días de trabajo en pista de la pasada semana en su 'box' consideran que tienen suficiente información como para no necesitarlos. «Pero todo depende de lo que sienta el sábado y si entendemos que es capaz de completar la distancia de carrera o no. Si es arriesgado, Marc también ha entendido que nuestra idea será cancelar la carrera. Desde el pasado domingo hasta ahora las cosas han ido tan rápido que estamos sorprendidos», agregaba Puig. Será dentro de dos días cuando, en función de sus sensaciones físicas y del ritmo que sea capaz de plasmar en pista, se decidirá si merece la pena afrontar un reto que se asemeja a aquel de Jorge Lorenzo en 2013.

El mallorquín se fracturó una clavícula el jueves en los entrenamientos del Gran Premio de los Países Bajos, se operó esa misma noche en Barcelona, regresó al Circuito de Assen el viernes, y corrió la carrera el sábado (día en que tradicionalmente se disputaba la prueba neerlandesa), sólo 35 horas después de la cirugía, para terminar quinto. Eso sí, dos semanas después, en Sachsenring, volvía a caerse, lo que hizo que se fracturase de nuevo esa clavícula izquierda.

Pero volviendo en sí al hecho del regreso exprés del mallorquín, si bien es cierto que Márquez contaría esta vez casi con cinco días completos, en estos momentos la competencia en cuanto a motos es mucho mayor que la de aquel año, y las condiciones de temperatura que se esperan para el domingo mucho más extremas que las de aquel sábado de hace siete años.

«No le puedes pedir que no vaya al límite. Si está aquí es porque piensa que puede estar aquí, por lo menos a priori, no hace falta decirle que vaya con cuidado, ya sabe el riesgo que comporta y lo peligroso que es esto», añadía Puig, que reconocía que en Honda han priorizado respetar los deseos de su piloto, en un año en el que ha empezado con un cero en su casillero, y en un fin de semana del que pretende sacar algo positivo teniendo en cuenta que por delante, contando con la del domingo, quedan sólo doce carreras.