El factor lluvia irrumpe en el Mundial imprevisible

Michelin en MotoGP dio un material competitivo a sus 'clientes', lo que dejó una jornada extraña solo por la presencia del agua, no exagerada por su potencial peligrosidad. Dunlop, por el contrario, convirtió en una lotería sobre todo la primera sesión matinal de Moto2 y Moto3, en las que las caídas fueron las protagonistas. Y en parte los dos libres de la tarde, sobre todo por el accidente que hizo que tuviese que detenerse el segundo libre de la clase intermedia, incidente de importancia al verse implicado el líder de la categoría, Luca Marini. El italiano tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario en Le Mans tras impactar con fuerza sobre el asfalto, aunque por fortuna para sus aspiraciones como líder sólido de Moto2 (20 puntos de ventaja sobre el segundo, Enea Bastianini) se descartó la sospecha de que sufriese una fractura en el maléolo de su pierna izquierda.

«Era solo la segunda vuelta y creo que en la parte izquierda el neumático no estaba aún en temperatura, así que ha sido un error que ha provocado una caída muy fea», analizaba su hermano, Valentino Rossi, sobre un golpe que le puede afectar a la hora de competir, al ser el pie del cambio. A última hora de la tarde en Le Mans estaban trabajando en ampliarle la bota para minimizar el daño físico.

El de Marini fue uno de los incidentes más reseñables de los más de 40 con los que terminó la jornada (por la mañana entre Moto2 y Moto3 sumaron 29), en un día en el que no se vio ninguna caída en MotoGP en el primer libre, y apenas cuatro en el segundo, este ya con la pista secándose y en el que Jack Miller volvió a sacar su arte cuando las condiciones se complican. El australiano fue el primero en atreverse a montar los neumáticos de seco con la pista aún con agua, y fue el que terminó liderando una tabla de tiempos que debe ser más provisional de lo que suele ser habitual si se cumplen las previsiones de un sábado frío pero en seco.

«Hoy ha sido un día útil para ver cómo se desenvuelve la nueva moto en agua, porque no habíamos hecho ningún entrenamiento en estas condiciones todavía», explicaba al terminar la jornada Maverick Viñales, segundo y el mejor de los españoles en Le Mans. «En principio mañana cambiarán las condiciones, pero sabiendo que la moto ha funcionado en estas condiciones mixtas creo que no debería de haber problemas en seco», apuntaba el de Roses (Girona) en un fin de semana importante para sus aspiraciones al título y en el que deberá recortar parte de la ventaja que le llevan los dos primeros de la general, Fabio Quartararo, que terminó undécimo, y Joan Mir, noveno y dentro de los diez mejores.

«Estas condiciones son complicadas y es un poco una lotería», comentó el de Suzuki acerca de una primera jornada en la que también Álex Márquez (sexto, con las otras dos Honda por delante, en el mejor día en mucho tiempo para la casa japonesa) y Pol Espargaró se colaron entre esos diez más rápidos. «Está claro que hay que tener cabeza, pero no porque nos estemos jugando algo, sino porque mañana debería de ser en seco y estos tiempos de hoy no servirían para nada», añadió Mir. En cualquier caso, los problemas con la climatología pueden ser una constante en el fin de la temporada 2020, todo provocado por un calendario excepcional que se alargará casi hasta finales de noviembre (la última prueba se disputará el 22 de ese mes en Portimao, Portugal) y en el que la prueba gala se ha tenido que ubicar cinco meses más tarde de lo habitual.

«Normalmente hay un límite del asfalto en los 20 grados. Cuando tiene 20 o más puedes pilotar al máximo y apretar, y es más fácil para el piloto. Pero cuando vas por debajo de esos 20 grados empieza a ser peligroso porque resulta difícil poner el neumático liso de MotoGP, que es bastante duro, en la temperatura correcta para correr», analizaba Rossi sobre el factor que puede determinar el devenir de este Gran Premio de Francia.