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borja gonzález
Misano
Domingo, 24 de octubre 2021, 10:56
En un abrir y cerrar de ojos lo que parecía que iba a ser otra exhibición de Pecco Bagnaia en Misano terminó convirtiéndose en la tercera victoria en 2021 de Marc Márquez, en la primera en un circuito con dominio de curvas de derechas, en ... el primer doblete del Repsol Honda desde Aragón en 2017 y, por encima de todo, en la confirmación de Fabio Quartararo como campeón del mundo de MotoGP. Los números eran bastante factibles antes del inicio del antepenúltimo gran premio del año, aunque fueron complicándose a medida que avanzaba el fin de semana. Quartararo se veía relegado el sábado a la quinta línea de la parrilla, con Bagnaia en la pole; y este domingo, ya con la pista seca, el italiano tomaba desde el inicio la delantera de la carrera, con el francés encerrado en la zona intermedia.
Pese a esta incómoda situación, Quartararo dio un ejemplo de por qué ha llegado hasta donde ha llegado en el presente curso. En los días buenos se ha mostrado intratable y en los menos buenos ha sido capaz de exprimir su máximo, como sucedió en esta ocasión. Fue capaz de imponer su propio ritmo y de ir quitándose poco a poco a sus rivales, con la idea de minimizar la pérdida de ventaja con respecto a un Bagnaia que contó a partir del cuarto giro solo con la oposición de Marc Márquez, una vez que Jack Miller se iba al suelo cuando estaba haciendo las veces de escudero de su compañero en Ducati.
Este era el panorama vuelta tras vuelta, con Pol Espargaró aguantando la presión de Miguel Oliveira en la pelea por el tercer puesto, los dos muy pronto sin oposición, aunque el portugués empezó a flojear a partir de mitad de carrera. Ello dejó al de Granollers ante la oportunidad de estrenarse en un podio de MotoGP con los colores del Repsol Honda, aunque lo que parecía que iba a ser un tercer puesto terminó derivando en un segundo.
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«Hemos gestionado muy bien la carrera, aunque reconozco que Pecco era más rápido que nosotros», explicaba Márquez sobre una prueba marcada por el error de Bagnaia a cinco giros para el final. «Justo en la vuelta en la que yo había tirado la toalla, en la que él estaba empujando a tope, se ha caído, aunque es algo que puede suceder en las carreras. Lo importante es que fuimos capaces de mostrarnos rápidos y competitivos en un circuito a derechas y, además, empujando con unos tiempos de récord. Es importante para mí, para mi equipo y para preparar 2022», apuntó Márquez sobre el hecho de brillar en un trazado mucho menos favorable que Sachsenring o Austin, en el que también aprovechó el menor desgaste físico en un fin de semana marcado por la lluvia.
La caída del italiano cambió al previsible ganador, también subió un puesto a Espargaró y dio ese doblete a su equipo, pero por encima de todo convirtió a Quartararo en campeón antes de que cayese la bandera a cuadros. Daba ya igual que se hubiese colocado tercero, aunque finalmente perdiese ese puesto en su pelea contra Enea Bastianini, que a mitad de carrera no estaba entre los diez primeros y que cazó su segundo podio en MotoGP, en el mismo escenario en el que se había estrenado.
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Borja González
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«Este fin de semana quería que fuese normal, no quería pensar en el campeonato, y partiendo decimoquinto sabía que tenía que dar el máximo porque esperaba que Pecco ganase», comentaba radiante el primer francés campeón del mundo de la clase reina. «He terminado cuarto y si él no se hubiera caído solo habría perdido 10 puntos, y eso me hace estar satisfecho con mi carrera. Sabía que después de Misano tendría otras dos oportunidades, así que no estaba muy estresado con la posibilidad de perder el campeonato. El sábado me quité de la cabeza lo de ser campeón hoy, pero él ha cometido un error. No es la forma en la que me gustaría haber ganado el campeonato, pero soy campeón y me siento supercontento», reconocía el de Niza, que devuelve un título a Yamaha después del logrado por Jorge Lorenzo en 2015.
«He llorado un montón, he gritado y me siento maravilloso, porque cuando he cruzado la línea de meta me han venido los recuerdos de los momentos malos que he pasado. Proclamarme campeón de MotoGP es algo que no podía esperar cuando solo hace unos pocos años estaba sufriendo mucho», concluía un piloto de 22 años que llegó con 15 al Mundial con todos los focos puestos sobre él y que no ha sido hasta su salto a MotoGP cuando ha confirmado lo que de él se esperaba. Y lo ha demostrado a lo grande.
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