El sprint de Austria, un GP de oro

En este sentido, Fernando Alonso ha sido uno de los que más ha calentado el ambiente. El piloto asturiano ha sumado seis podios en ocho carreras, dos de ellos en el segundo puesto del cajón, lo que le convierte en el piloto más regular de la temporada… si no se cuenta con Verstappen. Y ese es el gran elefante en medio de la habitación: no habrá 33 salvo que pase algo.

El ansiado triunfo de Alonso con el que quiere acabar con una década sin subir a lo más alto del cajón tiene en medio una roca casi insalvable. Alonso puede ser un Sísifo con casco que una y otra vez llegue hasta donde su Aston Martin, el mejor monoplaza que ha tenido desde 2014 al menos, le deje. Si no falla Red Bull o Verstappen (o ambos) no va a poder cambiar las tornas.

El corto Red Bull Ring se presenta como un escenario perfecto para que pasen cosas. Es lo que necesita Alonso, como también Lewis Hamilton o George Russell, que son los candidatos a ese puesto de alternativa frente a la dictadura de Verstappen. Carlos Sainz y Charles Leclerc, más que una carrera movida, necesitan poco menos que un huracán.

O que frenen el desarrollo de Red Bull. No deja de ser irónico que sea Hamilton el que haya elevado la voz para pedir que la FIA establezca unos límites a los equipos, bien por tiempo (que todos empiecen a desarrollar sus próximos monoplazas en la misma fecha y hasta el mismo día), bien por recursos económicos o de personal. Hamilton, el mismo que gozó de un Mercedes inmensamente superior, ahora se queja de que es incapaz ya no de alcanzar a Verstappen, sino siquiera de soñar con lograr una victoria salvo que pase algo.

Mientras se define lo que pueda ser el futuro, este fin de semana habrá una nueva oportunidad para esos formatos alternativos que están ensayando desde el año pasado. Los fines de semana sprint que pretendían dar con la tecla para revolucionar los grandes premios de Fórmula 1 siguen en proceso de modificación. Para quien no lo tenga claro aún: este viernes habrá una sesión de libres antes de la clasificación con Q1, Q2 y Q3 que conformará la parrilla de la carrera del domingo. El sábado se quedará como el día sprint, como el 'shootout' a media mañana para la carrera corta de media tarde. Será una oportunidad para Alonso y para el resto de meterle mano a Verstappen, ya que este asumirá los riesgos justos para ganar si el viernes logra la pole, pero que nadie se lleve a equívoco: si el asturiano gana, esta no será la 33.

En las últimas semanas y meses se hizo patente que los piques en pista entre Carlos Sainz y Fernando Alonso podrían haber afectado a su relación de amistad. Ambos han salido al paso de esas frases con cierta retranca y mucha crítica hacia la actitud de la prensa española, no tanto la que va a los circuitos, que también, sino hacia la que los ve desde fuera.

«Nos conocemos desde hace muchísimo tiempo, somos buenos amigos dentro y fuera de la pista. Hay muchas tonterías. Como este año tengo un coche competitivo luchamos más cerca en la pista. En España… somos así. Desafortunadamente, el nivel del periodismo en España es bajo. No por vosotros, sino en general. Por eso intentamos evitar algunas cosas allí, desafortunadamente», admitía el asturiano.

Más allá de ese dardo hacia los plumillas, la labor de Sainz y Alonso este fin de semana estará marcada por el momento que pasan sus equipos. En Ferrari aspiran a un resultado decente si las evoluciones que han llevado, como un nuevo suelo, dan sus resultados. En Aston Martin, por su lado, quieren que lo mostrado en Canadá no se quede en un espejismo, sino que tenga su continuidad en la pista.