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DAVID SANCHEZ DE CASTRO
Madrid
Jueves, 10 de diciembre 2020, 17:12
Vista la chapuza del GP de Australia en marzo, pocos confiaban en que la temporada 2020 de Fórmula 1 llegase a las 17 carreras, que cerrarán este fin de semana un año convulso, con infinidad de dificultades que han ido superando todos poco a poco. ... El GP de Abu Dabi pondrá el broche a una campaña muy distinta a lo planeado, que ha acabado con una resolución razonablemente previsible con Lewis Hamilton como gran campeón y algunas incógnitas aún por despejar.
La primera es si Valtteri Bottas será subcampeón o consumará el ridículo de verse superado por Max Verstappen en la última carrera. El finlandés ha sido incapaz no solo de seguir el ritmo de su compañero, que le ha arrasado, sino incluso de demostrar que en ese Mercedes podría ganar el 90% de la parrilla, como acusaba el neerlandés para menospreciar sus capacidades. El de Red Bull se ha confirmado todo el año como el único en poder seguir la estela de las flechas negras, y de no ser por verse embestido en la cita de Sakhir, posiblemente partiría como gran favorito para alzarse con la plata de este año por encima de Bottas.
Lo único que tiene que hacer el finlandés es no pifiarla. Tiene 205 puntos por 189 de Verstappen, una diferencia de 16 puntos que es conjugable para el de Red Bull si acaba por delante del de Mercedes y mete algunos rivales entre medias. En buena medida, dependerá de cómo vuelva Lewis Hamilton. Hasta mediada la tarde de este jueves no se confirmó que iba a estar disponible.
Entre este jueves y este viernes tenía que dar negativo en dos test PCR consecutivos en Baréin, viajar a Abu Dabi, dar negativo otra vez y poder acceder al 'paddock'. Así lo hizo, si bien George Russell estaba listo para volver a subirse al W11. «No sabía qué camiseta ponerme para venir, así que me puse la de la última vez», bromeaba el joven británico al llegar a la rueda de prensa, que después de brillar demasiado cerca del sol el pasado fin de semana quería resarcirse. Tendrá que regresar al Williams y pelear por no ser último.
Este será un fin de semana de muchas despedidas. De atrás adelante, los hombres de Haas dejarán sus asientos para que Michael Schumacher y el ya polémico Nikita Mazepin debuten en Fórmula 1. El alemán se sube este mismo viernes en el monoplaza de Kevin Magnussen, en el que será de facto su debut en un fin de semana de gran premio, mientras que el ruso, después de salir a la luz un polémico vídeo en que mostraba el machismo (y racismo, homofobia y soberbia) que ya conocían quienes seguían su carrera previa, está en una cierta tierra de nadie.
A falta de saber lo que pase en el mundo Red Bull, de los cuatro pilotos los únicos que tienen garantizado su asiento son Pierre Gasly en AlphaTauri y Max Verstappen en Red Bull. Todo apunta a que Daniil Kvyat se irá por la puerta de atrás, sin pena ni gloria, mientras que Alex Albon se verá defenestrado por su desastroso rendimiento en comparación a su compañero. Sergio Pérez, que se despedirá de una Racing Point reconvertida en Aston Martin para 2021, está a la espera de que se decidan por él o no. En el equipo rosa esperan ya con los brazos abiertos a un Sebastian Vettel que cierra seis años con Ferrari en los que su valor en la Bolsa de pilotos ha caído enteros. El proyecto de la marca de los coches de James Bond le ha atraído lo suficiente -no tenía muchas más opciones- como para intentar liderarlo, aunque sin duda será un fin de semana emotivo para él. En el muro no estará Mattia Binotto, jefe (de momento) del equipo de Maranello por una misteriosa (y sospechosa) «indisposición» y a quien culpan del fracaso rotundo esta temporada.
En la Scuderia esperan a Carlos Sainz, que vivirá una emotiva despedida de McLaren. Él y Lando Norris han formado una pareja de las que marcan, más en lo personal que en lo deportivo, y el buen ambiente que ha reinado entre ellos ha sido clave para los resultados obtenidos. El madrileño tendrá que demostrar lo que vale si quiere superar a Charles Leclerc, su futuro compañero, a quien tiene a solo un punto.
Sainz se despide de McLaren, que a su vez se despide de los motores Renault y que a su vez se despide de Daniel Ricciardo y de su nombre como tal. El australiano sustituye al español, y el equipo se renombrará como Alpine a partir de 2021. Su puesto será ocupado por Fernando Alonso, que este fin de semana dejará una imagen para el recuerdo: se va a volver a subir al ya legendario R25 con el que ganó su primer Mundial y darán paso a una nueva época. No se sabe aún si mejor, pero sin duda distinta.
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