Sainz y Alonso, un paso adelante en sus carreras

El orden en el que cayeron las piezas varía en función de a quién se le pregunte. Alonso asegura que antes de viajar a Arabia Saudí para disputar el Dakar ya habían contactado con él desde el equipo que le hizo leyenda. Sainz, que en los primeros días del confinamiento le llamaron para informarle de que le guardaban un sitio en Ferrari. Ricciardo, que él ya llevaba tiempo para irse de Renault, porque entre lo prometido y lo obtenido, nada que ver. Da igual el orden de factores, porque al final todos quedaron cuadrados, incluido Sebastian Vettel, que liderará la entrada del nombre Aston Martin en lugar de Racing Point.

Antes de afrontar el reto de llegar a una Ferrari que no pasa su mejor época, y donde se encontrará a Charles Leclerc herido, Carlos Sainz cogió con ganas el reto de despedirse de McLaren en lo más alto. No fue sencillo, dado que si en la parte alta estaba claro quién iba a ganar, en la zona media hubo refriegas prácticamente en cada carrera. Ora Albon, ora Ricciardo, ora Pérez, ora Sainz. Acertar quién iba a estar en la zona de puntos era casi un ejercicio de adivinación.

Pero en todos estuvo Sainz. En función del circuito, el madrileño estuvo más o menos arriba, con el hito en el GP de Italia en el que incluso le peleó la victoria a Pierre Gasly, en una de las victorias más inesperadas del año con permiso de la de Sakhir que se llevó un Sergio Pérez que llega a Red Bull para 2021.

Al final, Sainz acabó el año con un podio como mejor resultado, un sexto puesto personal y una aportación clave para que McLaren acabase tercero en el Mundial de constructores. Tras dos años siendo el líder dentro y fuera de McLaren, apenas una semana después de haber acabado el Mundial, ya había viajado a Italia, a su nueva patria, para visitar Maranello. Riccardo Adami, su nuevo ingeniero de pista (heredado de Sebastian Vettel), ejerció de anfitrión de Sainz, muy consciente de que si el reto de ayudar a la resurrección de McLaren fue titánico, el de levantar a una Ferrari hundida es épico. Sus luchas con Charles Leclerc, a quien la Scuderia no se atreve a darle el papel de nº1 consciente del potencial del español, auguran un 2021 muy intenso para él. Porque en Ferrari todo lo que le ocurra no será nuevo (excepto esa ansiada primera victoria en Fórmula 1), pero sí mucho más efervescente.

El regreso a la F1 de Alonso se produce desde el Dakar a Abu Dabi pasando por Indianápolis. Uno de los deportistas que más han dado que hablar en este 2020 ha sido, en términos absolutos incluso por encima del propio automovilismo, el piloto ovetense. Arrancó el año en los titulares y lo acaba en el mismo lugar, pero con un coche bien distinto en sus manos.

Su participación en el rally Dakar en Arabia Saudí llegó a opacar, ligeramente, la tercera victoria del histórico Carlos Sainz (padre), máxime porque su rendimiento ni mucho menos desentonó. Aquel vuelco con el Toyota Hilux dio paso a uno mucho más radical meses después: en plena preparación para su tercer intento de ganar las 500 millas de Indianápolis, segundas en las que llegó a carrera (objetivo no cumplido, pero ni mucho menos abandonado), se anunció el ansiado regreso de Alonso a la F1.

Lo demás, historia. Meses de preparación para estar al 100% físicamente, mucho trabajo de simulación y, no sin polémica, participación en unos test de jóvenes pilotos que acabó dominando. Alonso vuelve a sentirse un recién llegado a un campeonato que dejó en 2018 con un sabor amargo y la certeza de que puede volver a lo más alto. Sus vueltas con el histórico R25 o su participación en esos test finalizaron con una sonrisa de oreja a oreja en Alonso. ¿Hasta dónde llegará en este 2021? Si Ricciardo y Ocon han logrado tres podios, a poco que le acompañe la suerte…