Secciones
Servicios
Destacamos
DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO
MADRID
Domingo, 13 de marzo 2022, 00:23
Llevado al absurdo y reduciendo a la máxima expresión, la Fórmula 1 no es más que un grupo de coches dando vueltas sobre un mismo circuito en el que el primero es el que complete la distancia de carrera en el menor tiempo posible. Sobre ... el papel, los 20 componentes de la parrilla parten con opciones, pero la realidad es radicalmente distinta: apenas dos o tres son firmes candidatos a victoria. Conforme ha avanzado el desarrollo tecnológico de los coches se ha ido acortando la posibilidad de ver a más pilotos pugnando por el éxito, hasta el punto de que tuvieron que inventarse hace años el sistema DRS para posibilitar los adelantamientos.
La entrada de Liberty Media en la propiedad de la competición tuvo claro desde un principio que eso debía cambiar. El riesgo de perder el grueso de sus fans porque las carreras eran aburridas y se había perdido el viejo carisma de las pruebas se hizo patente con una pérdida preocupante de espectadores, por lo que entre otras decisiones (como asociarse con Netflix para descubrir la competición a una población que no la conocía), estuvieron estudiando una nueva normativa técnica que potenciase el gran circo. Ya no es vital que los Fórmula 1 sean rápidos, sino que puedan competir entre sí. Comenzó entonces un proceso largo de desarrollo que iba a entrar en 2021 y que, por el estallido de la pandemia, se retrasó un año entero.
Pocos esperaban que justo en la última campaña de la normativa en la que Mercedes había destrozado la paciencia de los fans con un dominio férreo como pocos se recuerdan se iba a vivir la mejor temporada de las últimas décadas. Max Verstappen y Lewis Hamilton protagonizaron una lucha sin cuartel que culminó en la última vuelta del último gran premio, tras llegar empatados a puntos. Ni en el mejor de los guiones se hubiera soñado una resolución así.
Esos ingredientes se han metido en una coctelera para que la nueva era de la Fórmula 1 llegue en un momento crítico para que este deporte entre en la modernidad absoluta. Los nuevos monoplazas, como se vio en los test de pretemporada, han dado rienda suelta a los ingenieros para que solventen lo que la aerodinámica quitaba: ahora se podrá ver peleas rueda a rueda (de 18 pulgadas y no de 13 como hasta ahora) y, presumiblemente, más espectáculo. Cada una de las 23 carreras (a falta de confirmar cuál va a sustituir a Rusia, porque también aquí ha tocado el conflicto bélico) va a ser una pelea a cara de perro entre el candidato Hamilton y el campeón Verstappen. Aún se hace extraño de escribir.
Noticia Relacionada
Hamilton, que durante estos meses estuvo tonteando con la retirada después de lo vivido en Abu Dabi, parte herido en una campaña en la que Mercedes va a echar toda la carne en el asador. Tras llevarse por delante a Michael Masi como director de carrera, la escuadra alemana tratará de recuperar el trono para su rey caído. Para ello han creado un audaz W13 que, si cumple las previsiones que más temen sus rivales, arrasará. Enfrente, sin embargo, tendrán a un Max Verstappen que lucirá el número 1 en su monoplaza. Red Bull sabe gestionar el rol de equipo reinante y demostraron hace años que cuentan con una capacidad técnica sin igual para adaptarse a los cambios normativos, por lo que ahora en la madurez de su líder tratarán de confirmar el cambio de ciclo que comenzaron un año antes.
En este sentido, la entrada en vigor de la nueva normativa puede dar pie a que se vean invitados sorpresa o incluso candidatos que no se esperaban a priori. Y es que en la pretemporada se ha demostrado que Ferrari está ahí. La Scuderia lleva inmersa en un proceso de reestructuración casi desde sus raíces desde hace años, y tanto Carlos Sainz como Charles Leclerc parten como serios candidatos a dar el susto. La beligerancia entre Red Bull y Mercedes benefició a los de Maranello, que dedicaron buena parte de su tiempo a desarrollar el F1-75 que, ahora, mete miedo.
¿Y 'El Plan'? Alpine llega con menos opciones de las que parecía. Fernando Alonso será el piloto de más edad en la parrilla 2022 y se convertirá en otoño en el que más grandes premios ha disputado en la historia de la competición, pero las expectativas no son demasiado halagüeñas. La sensación de que el A522 (que empezará el año con una vistosa decoración rosa, pagada por el nuevo patrocinador principal) no es tan bueno como se esperaba ha quedado patente en una pretemporada con dudas y más averías de las deseadas. Que nadie se lleve a equívoco: descartar a Alonso de la pelea sería demasiado arriesgado y la capacidad de desarrollo que permiten estos monoplazas debería darles alas. O eso es lo que dice el plan.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.