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David Sánchez de Castro
Domingo, 16 de marzo 2025, 07:14
La Fórmula 1 regresó con una tormenta, en todos los sentidos. Quienes madrugaron en España fueron testigos de una batalla memorable en el Gran Premio de Australia, donde Lando Norris emergió vencedor tras sortear una carrera impredecible. Max Verstappen y George Russell completaron el podio en una cita donde la lluvia jugó un papel clave, generando dudas incluso sobre la disputa de la carrera. Horas antes, el aguacero había obligado a cancelar las pruebas de F2 y F3.
Los abandonos no tardaron en llegar. Cuatro debutantes y dos veteranos fueron víctimas de las difíciles condiciones, entre ellos los dos españoles. Carlos Sainz, en su estreno con Williams, quedó fuera en la primera vuelta -según él, no solo por la lluvia, sino también por un fallo en la caja de cambios-. Por su parte, Fernando Alonso se estrelló en el último tercio de la carrera.
El primer adiós de la temporada lo protagonizaron los debutantes Isack Hadjar y Jack Doohan. El primero perdió el control de su Racing Bull en la vuelta de formación, mientras que el australiano de Alpine se estrelló en la primera curva. Apenas comenzaba la acción y el caos ya se instalaba en Melbourne.
El coche de seguridad trató de calmar las aguas, pero la pista seguía traicionera. La siguiente víctima fue Sainz, con un error temprano que le dejó fuera de combate. Entre tanto descontrol, Alonso se veía beneficiado sin adelantar. Mientras tanto, en la lucha por la cabeza, Verstappen atacó sin piedad a Piastri. El australiano, más preocupado por defender a Norris, perdió el segundo puesto ante el neerlandés. Sin embargo, el coche de seguridad neutralizó pronto la ventaja del tetracampeón de Red Bull. Alonso, entre otros, coqueteó con la sanción por ceder más de 10 coches de distancia con el coche de seguridad, pero finalmente no hubo penalizaciones.
Cuando la pista comenzaba a secarse, un leve orballo mantuvo la incertidumbre. Nadie se atrevió a montar neumáticos de seco, aunque el asfalto ya mostraba un carril visible. Entre los más damnificados por estas condiciones Verstappen, que perdió el segundo puesto con Piastri tras una leve salida de pista.
Entonces, cuando ya se palpaba la posibilidad de cambiar a neumáticos de seco, la lluvia regresó con más intensidad. Los intermedios empezaban a desgastarse, pero el momento para entrar aún no había llegado. La tensión creció en los equipos, y entre los más frustrados, Lewis Hamilton, que no dudó en expresar su enfado por radio con sus ingenieros de Ferrari.
El carril seco se iba definiendo, pero salir de él significaba arriesgarse a un error fatal. Alonso perdió el control y se estrelló a la salida de la temida curva 6, sumándose a la lista de bajas. El asturiano fue la chispa que desató la última tormenta de la carrera.
El accidente de Alonso provocó un aluvión de entradas a boxes. Casi todos los pilotos apostaron por neumáticos de seco, pero la calma duró poco. Una nueva nube cubrió el circuito y dejó la pista empapada en cuestión de minutos. Los McLaren fueron los primeros en sufrir las consecuencias, ya que un charco en la curva 12 mandó fuera de pista a Norris y Piastri. El británico logró salvar la situación, pero el australiano perdió todas sus opciones tras quedarse atrapado en la escapatoria.
Ferrari intentó una jugada arriesgada al mantener los neumáticos de seco. Como era de esperar, la apuesta resultó desastrosa, y tanto Leclerc como Hamilton tuvieron que entrar de emergencia para montar intermedios.
La repentina locura transformó la clasificación. En apenas cuatro vueltas, la parrilla dio un vuelco inesperado. Norris mantenía el liderato, seguido por Verstappen y Russell, pero detrás de ellos el caos reinaba, con Albon cuarto y Antonelli quinto. Stroll, Hulkenberg y Gasly escalaban posiciones, y Hamilton y Leclerc apenas rascaban puntos.
En la última vuelta Norris perdió el control en la curva 6, pero logró salvar la situación y resistir el embate final de Verstappen, que, aunque frustrado, sabe que aún tiene 23 oportunidades más por delante. Tocaban a su fin 1.089 días consecutivos con el neerlandés como líder en la general.
Otros nombres propios fueron Russell y el novato Antonelli, tercero y cuarto (le sancionaron inicialmente y después le reinstauraron la posición), que reivindicaron las decisiones del cuestionado Toto Wolff. Williams celebró el quinto puesto de Albon, un respiro tras el abandono de Sainz. Hulkenberg sumó más puntos en una carrera que Sauber en toda la temporada pasada e incluso Piastri, pese a perder su podio, se llevó un momento para el recuerdo con su espectacular adelantamiento al mismísimo Hamilton. Ferrari, en cambio, volvió a demostrar que la estrategia sigue siendo su talón de Aquiles.
Aston Martin salvó los muebles pese al abandono de Alonso, con un sólido sexto puesto de Stroll, suficiente para colocarse por delante de Ferrari en la general. Esto no ha hecho más que empezar.
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