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Mick Schumacher, en el circuito de Nürburgring. EFE
GP de Eifel

Schumacher, en la mente de todos para el regreso a Nürburgring

El segundo intento de Hamilton para igualar las 91 victorias del heptacampeón se produce en un fin de semana que arrancará con su hijo subiéndose al Alfa Romeo

david sánchez de castro

Madrid

Jueves, 8 de octubre 2020, 20:07

Basta con querer conmemorar un récord para que las circunstancias no sean propicias, como le ocurrió a Lewis Hamilton en Rusia. La historia, sin embargo, le tenía un destino mucho más apto para alcanzar la marca, en un circuito mucho más acorde a semejante hito: ... Nürburgring. Aunque no es, ni mucho menos, el viejo 'Infierno Verde', el legendario trazado alemán donde este fin de semana se celebra el GP de Eifel (que no de Alemania) se presenta como la segunda y más clara oportunidad para que esas 91 victorias luzcan en el palmarés del piloto británico. Hamilton aún está escocido por la sanción impuesta por los comisarios en Rusia, que finalmente no se atrevieron a algo tan grande como parecía en un inicio. Hamilton será el protagonista del domingo en un circuito que vuelve al calendario por primera vez desde 2013, y donde él ya sabe lo que es ganar, tras lograrlo en una ocasión.

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Sin embargo, en Alemania no será el único protagonista. Este mismo viernes se producirá un día histórico para un apellido que es sinónimo de historia, leyenda y mito. Mick Schumacher, hijo del 'kaiser' y líder destacado de la F2, disputará su primera sesión de entrenamientos libres al volante de un Fórmula 1. Lo hará en el Alfa Romeo de Antonio Giovinazzi, formando equipo con Kimi Räikkönen. El finlandés y su padre se subieron al podio juntos en varias ocasiones, la última, en Monza 2006, instantes antes de que Ferrari confirmase que 'Iceman' iba a subirse al F2007 del siguiente año para sustituir al retirado en primera instancia Schumacher.

Será una jornada en la que los jóvenes talentos coparán el protagonismo. Además de Mick, Calum Illot, otro de las grandes promesas de la Ferrari Drivers Academy, estará al volante de un Haas, en medio de muchas especulaciones acerca de la alineación de los equipos en 2021. Si el hijo de Schumacher tiene muchas papeletas, no muchas menos tiene Illot, cuya candidatura para sustituir a los prescindibles Grosjean o Magnussen, entre otros, ha crecido conforme sus grandes carreras brindaban emoción en la categoría de plata de la F1. En la puja por ver a Schumacher en la parrilla del próximo año hay muchos más intereses, por motivos obvios, y no solo por el hecho de que sea de sangre imperial dentro de la aristocracia del automovilismo. Con un Räikkönen que, como confesó este mismo jueves, no tiene ni mucho menos cerrada su continuidad y un Giovinazzi que ni aporta ni resta, sino que es de lo más irrelevante de la parrilla, Alfa Romeo se presenta como un hogar perfecto para curtirse mientras demuestra si merece un asiento en Ferrari.

De momento, en ese asiento estarán Charles Leclerc y Carlos Sainz. El madrileño, antes, tendrá que mejorar los últimos resultados obtenidos con su McLaren. Dos abandonos por accidente consecutivos tras su podio en Monza se antoja un bache algo amargo antes de llegar a Maranello. Al volante de un MCL35 con todas las evoluciones posibles, o eso le han asegurado al español, el equipo de Woking tendrá que mejorar lo obtenido previamente en unas condiciones muy adversas. El frío que va a azotar durante todo el fin de semana en Nürburgring pondrá a prueba las capacidades técnicas de los coches, la resistencia de los pilotos y, sobre todo, de los neumáticos. Será harto complicado ponerles en temperatura óptima cuando en la pista se llegue con dificultad a los 10ºC.

«Será un fin de semana interesante para la F1 tener condiciones invernales, acostumbrados siempre a ir a países con buen tiempo, con calor y en verano. Será un fin de semana especial. Eso puede traer un poco más de incertidumbre», señalaba Sainz antes de subirse al coche este fin de semana. Aunque no rodará en el viejo Nordschliefe, el trazado largo que se convirtió en uno de los más temidos por los pilotos y añorados por los aficionados, Sainz tuvo la oportunidad de rodar con un coche de calle que le dejó alucinado, como él mismo confesó con una sonrisa. Quién sabe, quizá en unos años la F1 se atreva a darle una nueva oportunidad a ese viejo trazado donde sí compiten otras categorías en las que no reina el anodino diseñador Hermann Tilke.

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