Hamilton no deja lugar a la sorpresa, con Sainz séptimo

En Montmeló, esa dictadura es aún mayor. Desde 2013, en ocho ocasiones ha salido un Mercedes primero. De ellas, cinco ha sido Lewis Hamilton, que ya ni siquiera se sorprende por llevarse el mejor tiempo por delante de su compañero y de Max Verstappen, condenado a ser el tercero en discordia pero a mucha distancia de lo que le gustaría. El Gran Premio de España, cuyo futuro está en el aire, está bajo el yugo de los hombres de Mercedes, que están dispuestos a dejar sin una miga a sus rivales en una cita que se antoja demasiado previsible.

El intenso calor -se superaron los 50ºC en el asfalto- fue uno de los factores determinantes de la clasificación. Las condiciones cambiantes de la pista y su progresiva mejoría conforme avanzaban los minutos hizo que los tiempos de la zona media se apretasen mucho, hasta el punto de que entre algunos pilotos apenas había centésimas de diferencia pero varias posiciones de margen. Así, Sebastian Vettel no pasó a la Q3 por solo dos milésimas y no lo hizo con el noveno mejor tiempo de la Q2 por cinco. El alemán, otra vez, se vio fuera del 'top 10' de la clasificación, en una sesión en la que no se sintió cómodo y que mantiene esa sensación de que lleva puestos unos zapatos que le están haciendo daño.

Carlos Sainz, por su parte, mejoró no solo las prestaciones, sino sobre todo el rendimiento. En McLaren tiraron por la calle de en medio y tras comprobar el viernes en los libres que los problemas de sobrecalentamiento no se disipaban, decidieron cortar el problema de raíz y le cambiaron el motor prácticamente al completo. La mejoría fue inmediata, tanto en los libres de la mañana como en las tres tandas de clasificación. Después de sufrir en las dos citas de Silverstone, el madrileño ha sabido encontrar el ritmo y, sobre todo, el equipo ha visto cómo los datos del MCL35 del español daban unas cifras más normales o previsibles en términos de temperatura.

La certeza de que Sainz necesita dar un paso adelante era algo que el propio piloto se planteó desde antes de llegar a Montmeló. Las decepcionantes actuaciones en Silverstone, donde no solo acabó fuera de los puntos por situaciones ajenas (pinchazo y problema de boxes), sino también por mal rendimiento técnico, eran dos recuerdos a olvidar inmediatamente, máxime en un circuito como el de Barcelona en el que el piloto español siempre ha acabado entre los puntos.

Con los Racing Point-Mercedes rosas un paso por delante, el séptimo puesto era lo máximo a lo que podía aspirar Sainz, por detrás de estos, los Mercedes y los Red Bull (Albon le superó por escasas centésimas). «Es la posición que merecemos», afirmaba el madrileño, menos tenso que en los sábados anteriores. «Me he sentido muy cómodo, sobre todo al principio de la clasificación. Luego ha sido una pena que en la Q3 no hayamos podido mejorar mucho en comparación con los demás, pero salimos séptimos y es la posición que merecemos», insistió.

Las altas temperaturas previstas para este domingo convertirán los neumáticos, de nuevo, en protagonistas. Sainz deberá gestionar bien la salida y no quemar demasiado sus opciones buscando remontar en un circuito donde prácticamente todo se decide en boxes. Vistos los precedentes, confiar en el buen hacer en el garaje no invita al optimismo, si bien en algún momento tendrán que demostrar las horas y horas de ensayos a la hora de hacer los cambios de neumáticos.