david sánchez de castro
Madrid
Sábado, 28 de noviembre 2020, 17:26
Publicidad
«Para estas últimas tres carreras de la temporada, tenemos la suerte de no tener más presión sobre nosotros, pero eso no significa que podamos quitar el pie del acelerador», escribía Lewis Hamilton en Twitter después de conquistar su décima 'pole' de la temporada, ... que supone la 98ª en su carrera deportiva. El británico tiene tal dominio sobre los sábados que casi le caen las 'poles' por pura inercia.
La de este sábado fue una clásica 'pole' de Hamilton: Valtteri Bottas absolutamente impotente, Max Verstappen como alternativa más soñada que real y él sumando una muesca más -¿qué hará con los minineumáticos de Pirelli? ¿Los tendrá en una nave gigantesca?- en su particular contador. Esta vez ni siquiera tuvo que luchar con su compañero, ya que en la Q3, el momento clave, no le apretó nadie. Ni Bottas ni Verstappen, que repitieron con el orden previsible detrás de él, llegaron a hacer temblar ni lo más mínimo los cimientos de una nueva primera posición en la parrilla.
El reto de Hamilton es llegar a las 100 'poles' este año. Que caerá esa cifra es algo que nadie duda, bien sea esta temporada, bien la siguiente, pero es indiscutible que está en condiciones de hacerlo. Este sábado demostró que el circuito de Baréin se adapta perfectamente a sus características y que no solo puede conseguir la 'pole', como hizo, sino que la victoria será con total probabilidad suya. Si salva la salida y ese cuello de botella que se puede formar en la primera curva, la mecánica le acompaña y su compañero sujeta a Verstappen en las primeras vueltas (y más le vale, ya que es su rival por el subcampeonato), Hamilton ganará. Otra vez.
En el caso de Carlos Sainz, en los años que lleva el piloto madrileño en Fórmula 1 hay un circuito que se le ha atragantado desde siempre: el de Baréin. Nunca ha puntuado y siempre tiene problemas, bien mecánicos, bien propios, que le han privado de sumar siquiera un punto. Por eso tenía tantas esperanzas para este sábado. Después de demostrar que el rendimiento del MCL35 era bueno y que podía consumar un buen 'top 10' para la clasificación, y con ello aumentar exponencialmente sus opciones a llevarse botín el domingo, un 'gremlin' mecánico le dejó KO.
Publicidad
Sainz solo dio una vuelta cronometrada este sábado en la clasificación. Fue en la Q3, cuando logró un más que sobrado séptimo tiempo que le permitió cumplir el trámite hasta la Q2. Los datos eran buenos, las sensaciones más que positivas. y por eso la decepción fue mayúscula.
Había dado apenas una vuelta de formación cuando, al frenar para tomar el vértice de la primera curva en el primer giro cronometrado de la segunda tanda, el tren trasero le bloqueó. Sainz no se esperaba que el McLaren se le revolviese hasta trompear y quedara mirando hacia el muro, y mucho menos que le fuera imposible volver a arrancar. Enfadado, frustrado y triste, regresó a boxes mientras la grúa retiraba el monoplaza averiado.
Publicidad
Bien sea por un bloqueo de frenos, por una rotura en el sistema 'brake-by-wire', una avería en el motor o, lo que es peor, un fallo catastrófico en la caja de cambios -que obligaría a poner una nueva y con ello penalizar cinco plazas-, las opciones de Sainz de puntuar han caído notablemente. Su decepción le duró varias horas después de completar la clasificación así, consciente de que este era un fin de semana en el que, de salirle las cosas bien, podía haber brillado en condiciones.
«Los fallos mecánicos no son mala suerte. Al final es algo que pasa en la competición, en la Fórmula 1, pero si hay un día que no podía pasar era hoy», se lamentaba Sainz. El piloto español de McLaren aseguró que estaban en condiciones para haber luchado por estar cuarto o quinto en la Q3, una posición más que óptima para sus aspiraciones.
Publicidad
Además de este fallo, cuyas consecuencias se verán en carrera, Sainz no cuenta ya con neumáticos medios nuevos, ya que los que iba a usar para el primer 'stint' de carrera quedaron inutilizados en ese incidente. Tocará jugársela a estrategia (bien empezar con blandos y aguantar hasta poner duros, bien al revés). y cruzar los dedos. Después de cinco años y cinco ceros, quizá la suerte le devuelva algo. En Brasil el año pasado salía último y acabó tercero.
.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.