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DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO
MADRID
Domingo, 11 de octubre 2020, 13:53
No fue en su primer 'match ball', sino en el segundo, pero estaba claro que iba a llegar tarde o temprano. Lewis Hamilton se llevó la victoria del GP de Eifel, la 91 en su cuenta particular, con lo que igualó la marca del legendario ... Michael Schumacher. Beneficiado por los problemas de su compañero Valtteri Bottas, que duró al frente de la carrera 13 vueltas hasta que abandonó por avería, el aún hexacampeón cuajó una victoria no sin dificultad, en una carrera que tuvo más abandonos por problemas técnicos de lo habitual, pero sin mayores dificultades para él.
De hecho, se puede decir que Hamilton fue prácticamente el único que apenas sufrió. Quitando algunos momentos del temido 'graining', esas líneas de goma que hacen que el comportamiento del agarre sea muy distinto debido a las bajas temperaturas, apenas sufrió para aguantar al frente de la prueba. Ni siquiera una mala parada en boxes, más lenta de lo habitual, dio chance a Max Verstappen, que acabó segundo, a intentar pelearle la victoria.
La lluvia no apareció más que de lejos, y a Hamilton se le puso todo de cara. Irónicamente, así le ocurría a Schumacher en sus tiempos. Cuando necesitaba que su compañero, bien Rubens Barrichello, bien Felipe Massa, se excluyese de la ecuación, así le ocurría. Hamilton afirmaba antes de la carrera que no se fijaba en el récord, pero no podía ser un escenario más propicio: en el lugar donde logró su primera victoria en GP2 igualó a la mayor leyenda de la historia de la máxima categoría de la Fórmula 1.
La carrera en sí tuvo tres momentos clave. El primero, el citado abandono de Bottas, que dejó sin opción de ver un cambio de escenario. Después, el toque entre Kimi Raikkonen (que también batió un récord este fin de semana, este en solitario: el de 323 GPs disputados, más que nadie en toda la historia) y George Russell, que propició un coche de seguridad virtual y con él las paradas en boxes. Por último, fue el abandono de Lando Norris, que rompió el motor de su McLaren, el que propició la salida del coche de seguridad, este sí de verdad, a pista.
El frío en el asfalto durante tres vueltas al trazado alemán hizo que muchos corredores temiesen que con la reanudación se produjesen accidentes. Algunos, empezando por Hamilton y Verstappen, se quejaron con amargura de que podía ser peligroso incluso, dado que sus neumáticos se quedaban helados. El 'sprint' final de quince vueltas propició una buena batalla a tres bandas entre Verstappen, Ricciardo y Pérez, que lucharon como jabatos por acompañar en el podio a Hamilton.
El de Red Bull se quedó con ventaja, mientras por detrás el defenestrado piloto de Racing Point se las veía con el de Renault, en busca de su primer podio con la escuadra francesa, que también buscaba volver al cajón por primera vez en cinco años. Se enseñaron los dientes mutuamente. pero no hubo cambios. Verstappen volvió a rascar un nuevo segundo puesto, y el sonriente Ricciardo regresó al cajón que tantas veces pisó en el equipo de las bebidas energéticas. Ahora le toca a su jefe y próximo jefe de Fernando Alonso, Cyril Abiteboul, cumplir con la promesa de hacerse un tatuaje.
A esta pelea asistió como espectador y poco más Carlos Sainz. Las novedades del McLaren MCL35 no acaban de cuajar, y de hecho él mismo señalaba estar algo decepcionado de ver en el podio o en la lucha por él a pilotos con los que otras veces había podido bregarse codo con codo. El quinto puesto final del español se cocinó con una estrategia sin riesgos innecesarios, buen ojo para las paradas y la gestión de los neumáticos. La mejor noticia para él es que, después de dos abandonos por sendos accidentes, volvía a estar ahí.
Una de las escenas que deja este GP de Eifel ocurrió con todos fuera del coche. Lewis Hamilton estaba hablando con los medios cuando, de repente, Mick Schumacher, el príncipe de la Fórmula 1, se acercó a él con un regalo que puso a todos la piel de gallina y una lágrima al borde del ojo: un casco de su padre.
«Enhorabuena. Esto es de parte de todos nosotros (su familia). Me siento muy honrado de poder dártelo», dijo el piloto alemán, líder de la F2 y más que probable habitante del paddock de la F1 en 2021 a un emocionado Hamilton. Mientras levantaba el casco, el hexacampeón admitía estar sin palabras. «Cuando creces viendo a alguien y lo idolatras por cómo pilotaba, y lo que consiguió hacer año a año y carrera a carrera... Recuerdo jugar como Michael en un juego, ver aquella etapa tan dominadora... No podía imaginar acercarme a él en términos de récords. Me llevará un tiempo acostumbrarme. No podría haberlo logrado sin este increíble equipo», resumió, casi sin poder reaccionar.
Ahora que le ha igualado, el siguiente reto de Hamilton es superar a Schumacher y elevar el techo de victorias de la F1 a un lugar inconcebible hasta hace bien poco. ¿Quién será capaz de llegar a semejante cota?
Tras dos carreras abandonando por accidente, cualquiera pensaría que a Carlos Sainz le habría tranquilizado acabar 5º el GP de Eifel en Nurburgring. Sin embargo, la sensación del madrileño era agridulce. «Con el coche de hace dos carreras, habría luchado por el podio», se lamentaba el de McLaren.
Las novedades aerodinámicas del equipo de Woking no acaban de cuajar y Sainz se ha sentido incómodo durante todo el fin de semana. «Cuando ves a Ricciardo y a Pérez por delante, en el podio, y ves que se nos ha escapado una oportunidad de luchar por ese podio.», se quejaba.
En resumen, fue una carrera incómoda para él. «Teníamos mucho más graining que los otros equipos. El coche se iba de morro muchísimo, abres más y eso te cuesta bastante más degradación. Espero que por lo menos esto sirva, hay 60 vueltas de análisis y datos para que volvamos a la fábrica e investiguemos qué hay en este nuevo paquete. No acaba de darme buen feeling ni las sensaciones o el rendimiento que esperábamos», dijo al respecto.
Pese a todo, el resultado es el que es, y no puede dejarlo de lado. «Sí, es un quinto puesto que son 10 puntitos que saben bien, pero que también. no sé, cuando lo pasas no mal, pero lo vas sufriendo en carrera 60 vueltas. acabas la carrera un poco desubicado», dejó al final.
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