La gran incógnita es saber quién es el favorito sin Hamilton

El morbo está servido. Si gana a Bottas, el finlandés quedará en entredicho, dado que Russell es más que firme candidato a subirse al Mercedes, si no el año que viene -Hamilton no ha renovado-, sí el siguiente. Si no es capaz de superarle, podrá decir que es un novato, que no se adaptado bien al coche (mide casi diez centímetros más que Hamilton y eso hace que esté más incómodo que en el Williams) o que sencillamente le ha podido la presión. El riesgo de que se desinfle la burbuja que hay en torno a él es evidente. Incluso un veteranísimo como Fernando Alonso ha dicho de él que es el joven que más le ha sorprendido. Ahí es nada. Russell se lo toma como una oportunidad que le llegó de la manera más inesperada: él mismo ha confesado que le llamó Toto Wolff a las dos de la madrugada del martes para decirle que en Skahir ocuparía el puesto de Hamilton y le pilló en el baño haciendo sus necesidades.

En un circuito con una parte inédita, con un posible ganador nuevo y el cansancio arrastrado de una temporada difícil, para más inri se le añaden dos debutantes: Pietro Fittipaldi en Haas como sustituto del lesionado Grosjean y Jack Aitken en el Williams que hereda de Russell. Ambos tendrán que demostrar que quienes no han apostado por ellos para estar en F1 en 2021, se equivocan.

En medio de toda esta nube de novedades, la lucha en la zona media de la parrilla está al rojo vivo. En medio de la refriega está Carlos Sainz, empatado a 85 puntos con Alex Albon y a solo uno de su compañero Lando Norris en la pelea por el séptimo lugar. Después del magnífico quinto puesto del domingo pasado, el madrileño quiere confirmar sus buenas sensaciones en el trazado largo de Baréin e intentar sumar por segunda semana consecutiva en un circuito que había sido maldito para él hasta ahora. Para ello sería bueno que no tuviera los mismos problemas de la última clasificación aquí.

El terrible accidente de Romain Grosjean aún está en la mente de todos. El piloto galo verá desde el muro la carrera, y de hecho este mismo jueves apareció en el circuito para alegría y sorpresa de todos. Grosjean se acercó a saludar a sus compañeros de Haas, a otros competidores y, sobre todo, a los héroes que le salvaron la vida: el doctor Ian Roberts y el piloto del coche médico, Alan Van der Merwe. Charló con ellos brevemente y les agradeció su gran actuación el pasado domingo.

Los responsables de la pista también han tomado medidas para evitar que, eventualmente, ocurra algo parecido. Dado que se vio que tener ahí un guardarraíl no era, ni mucho menos, la mejor solución, y tras plantearse diferentes alternativas, durante este fin de semana habrá una barrera de neumáticos en el punto donde Grosjean se estrelló y su coche salió ardiendo. Ahora, en caso de que de nuevo un monoplaza salga despedido hacia ahí, como mucho se quedará empotrado contra los neumáticos, algo que tampoco es agradable, pero sí evitaría, al menos, que se quedara encajado entre las láminas del guardarraíl.