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david sánchez de castro
Madrid
Domingo, 5 de septiembre 2021, 14:59
Para alegría de los miles de aficionados que convirtieron este domingo las gradas del veterano circuito de Zandvoort en una suerte de discoteca multitudinaria (incluidos los reyes Guillermo y Máxima y la princesa Ariadna), Max Verstappen se convirtió en el primer vencedor del Gran Premio ... de Países Bajos en 36 años. El ídolo local vuelve a ser líder del Campeonato del Mundo tras un domingo que fue mucho más tranquilo de lo que dejaron entrever las sesiones de libres y clasificación.
Después de al menos una bandera roja por tanda disputada, el temor de un accidente hizo que todos los pilotos se tomasen con mucha precaución la disputa de esta carrera. Desde la salida se vio a las claras que nadie iba a arriesgar lo más mínimo, dado que el error en un circuito tan estrecho y sinuoso como este se iba a pagar muy caro. Prueba de ello es que solo un piloto ganó más de una posición en la arrancada, y con algo de fortuna: Fernando Alonso.
El profesor Alonso dio otra clase magistral de cómo se debe salir en un gran premio de Fórmula 1. 'Solo' ganó dos posiciones, pero lo hizo demostrando que tenía muy claro cuál era el punto óptimo donde se debía trazar. Primero fue su compañero Esteban Ocon, luego George Russell y por último Antonio Giovinazzi con quienes tuvo contacto en los primeros metros de la carrera, arriesgándose a un abandono. Especialmente crítico fue el golpe por detrás que le dio el italiano, que por el ansia de convalidar su séptimo puesto en parrilla acabó embistiendo al asturiano. El peor parado fue él, que pinchó.
Mientras por delante Verstappen se escapaba con Hamilton intentando echarle el anzuelo y Bottas viéndolas venir de lejos, como casi siempre, Alonso tiró de mente fría. Consciente enseguida de que iba a ser una carrera estratégica ya desde los primeros giros, bajó el ritmo para conservar sus neumáticos en ese primer tercio del gran premio. Con Esteban Ocon desquiciado pidiendo que le dejara pasar porque venía más rápido (y así era), Alonso tiró de galones de nuevo: quería estirar al máximo su primera parada en boxes e intentar ir solo a una y no a dos.
Esta estrategia le dio rédito al final de la prueba, cuando se encontró con Carlos Sainz. El madrileño cuajó una carrera gris, como casi todos, pero en su caso mirando más por los retrovisores que hacia adelante. Mientras Pierre Gasly culminaba un gran cuarto puesto con el AlphaTauri y Charles Leclerc se encaminaba a un óptimo quinto con el Ferrari, Sainz tuvo que verse en el papelón de tener que aguantar a Alonso, que exprimió al máximo en las últimas quince vueltas para recortarle toda la diferencia y llegar a falta de cinco para el final en condiciones de quitarle el sexto puesto. No fue sencillo, pero Alonso ya había olido sangre y atacó en el momento justo para que no hubiera defensa posible. Justo en la última vuelta, Sainz vio cómo su amigo, con el DRS, le quitaba la posición final. Poco pudo hacer.
Aunque no fue una carrera fácil para Red Bull, el equipo de las bebidas energéticas supo controlar a la perfección los dos ataques estratégicos de Mercedes. Tanto en la primera como en la segunda rondas de paradas, Hamilton intentó tirarle el anzuelo a Verstappen, que respondió igualando su estrategia inmediatamente. Ahí el papel de Bottas fue clave, especialmente en la segunda tanda de cambios de neumáticos, cuando tuvo que aguantar unas cuantas vueltas al imparable neerlandés para que Hamilton se colocase en posición de atacarle. El problema es que para ello el heptacampeón llegó a la recta final de carrera sin neumáticos y se vio forzado a conformarse con el segundo puesto.
Para minimizar daños necesitaba lograr la vuelta rápida, y aquí es donde entró en juego el estatus de Bottas. El finlandés está más fuera que dentro del equipo Mercedes, así que cuando le dijeron que le iban a colocar neumáticos blandos (por seguridad ante un eventual pinchazo) pero que no podía ir a mejorar tiempo (y lograr así el punto extra), se negó. En la siguiente vuelta hizo récord de los dos primeros sectores, hasta que en el tercero le advirtió el responsable de la estrategia que levantase. El objetivo era que Hamilton le mejorase el crono a continuación… y Bottas obedeció. Sin embargo, no lo hizo con gusto.
La Fórmula 1 culmina su triplete europeo la próxima semana en Italia, donde vuelve el formato de clasificación al sprint. El templo de la velocidad volverá a poner orden… o desorden, como ocurrió en 2020.
Fernando Alonso tuvo que tirar de inteligencia para sacar un buen resultado del difícil Gran Premio de Países Bajos, y lo logró. El sexto puesto le permitió volver a puntuar, su objetivo desde el sábado en la clasificación. «Como siempre decimos, los sábados están muy bien para salir lo más adelante posible, porque te facilita mucho las cosas, pero de momento no dan ningún punto el sábado. Nos hemos centrado bien en ejecutar una buena carrera, siempre cuidando mucho los neumáticos: al principio de la carrera, siempre tirando antes de la primera parada, y un poco la misma técnica con los amarillos al final», explicó. En Zandvoort revivió viejas glorias, no tanto por su resultado, sino por el ambiente que se vivió en torno a Max Verstappen. La grada teñida de naranja y convertida en una fiesta le recordó a lo que él vivió en sus años en lo más alto. «Después de la gente y el ambiente que vimos aquí hoy con Verstappen, para mí es de los mejores grandes premios que recuerdo junto con Barcelona 2006», señaló.
Carlos Sainz, sin embargo, acabó cansado y algo decepcionado su participación en el GP de Países Bajos. Sin buenas sensaciones durante todo el fin de semana, admitió que fue toda la carrera a la defensiva, ya que el coche no estaba a tono. «Ha sido una carrera muy rara. Desde la segunda o tercera vuelta he visto que no tenía ritmo, que estaba deslizando mucho más que en los libres, mucho más que en la 'qualy', que el coche no iba como el resto del fin de semana», analizó. A partir de ahí, dejó de verse en la lucha por el 'top 5'. «Ha sido muy raro. Poco a poco me he ido yendo hacia atrás, he desgastado mucho el neumático para intentar aguantar el ritmo de los de delante y al final he pagado las dos cosas: un ritmo malo y el desgaste. Ha pasado de ser una carrera que esperaba que fuese al ataque, para intentar atacar a Pierre (Gasly) y a Charles (Leclerc), a pasar toda la carrera mirando los espejos porque no iba nada», remató, de manera muy escueta, antes de centrar todos sus esfuerzos en la carrera de la próxima semana: el GP de Italia.
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