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dAVID SÁNCHEZ DE CASTRO
Jueves, 17 de junio 2021, 19:27
Llegar al circuito de casa suele suponer un arma de doble filo para los pilotos y para los equipos. La presencia de más público significaba un aumento de la motivación, pero también de la presión. Ahora con las limitaciones de la covid no habrá una ... grada llena, pero sí estarán puestas muchas más miradas en los franceses que pueblan el 'paddock'.
Uno de ellos será Alpine, por varias razones de peso. La primera y fundamental es por la clara línea ascendente que mostraron tanto en Mónaco como especialmente en Bakú gracias al sexto puesto de Fernando Alonso. La escuadra gala salió más que dignamente de las dos citas en los trazados urbanos y con su mejor resultado del año hasta el momento en Azerbaiyán. La moral está alta, especialmente porque con este fin de semana arranca el primer triplete de Grandes Premios de esta temporada, lo que para un equipo con parte de su dinero estatal (a través de Renault), es vital dar buena imagen y repetir buenos resultados.
También lo será, obviamente, para Esteban Ocon. Alpine acaba de renovarle en un momento crítico de la temporada, justo después de un abandono (no achacable a él) y cuando ya empezaban a sobrevolar sobre su cabeza los rumores de un posible asiento en otros equipos. Lejos de asumirlo como una obligación, la escuadra gala ha mostrado su confianza en su piloto de casa con un contrato a largo plazo, lo que a su vez implica que será uno de los pilares para el futuro inmediato. Obviamente, querrá hacerlo bien en el mar de dunas que es este circuito.
Para Alonso será una carrera de confirmación. Hace tiempo le prometieron que las novedades técnicas que iban a llevar aquí iban a suponer el fin de las dificultades que había tenido en las carreras anteriores. Tanto en Mónaco como especialmente en Bakú demostró una ligera mejoría, al menos en sensaciones, pero el ritmo de carrera (sobre todo con ese compuesto duro que está siendo una pesadilla para el español) aún es muy pobre con respecto al resto. En un trazado que no penaliza prácticamente los errores, las manos del piloto pierden cierta relevancia en favor de las capacidades del coche. Y eso juega en contra de los hombres de Alpine, para su desgracia.
Además, en este Gran Premio habrá un factor a tener en cuenta: los nuevos alerones traseros. Alpine es uno de los equipos advertidos por la FIA de que tendrán que presentar unos alerones mucho más rígidos, que no flexionen como se vio en otras carreras. Las miradas están puestas más en Red Bull, como es lógico para un equipo que aspira seriamente a la victoria, pero también atrás han recibido el toque de los comisarios técnicos.
Alonso, en cualquier caso, es optimista. «Soy positivo en cuanto a la competitividad aquí. Creo que Mónaco y Bakú, al ser circuitos urbanos, fueron una preparación y una sensación diferente con los coches, para todos. Si tomamos Portimao y Barcelona como la última referencia real, creo que estábamos en una tendencia positiva. No veo ninguna razón por la que no podamos volver a ser competitivos aquí», admitió.
La lucha por el primer puesto tanto el sábado como el domingo estará entre Red Bull (Verstappen seguro, Pérez probablemente) y Mercedes (Hamilton, porque Bottas ni está ni se le espera), aunque otros quieren dar el susto aquí.
Entre ellos está Ferrari. La adaptación de Carlos Sainz es plena, y pese a las malas sensaciones con las que acabó la cita de Azerbaiyán, afronta con optimismo cauto esta carrera en tierras francesas. Y es que, de pasar a estar en la zona del podio, probablemente vuelvan a zonas más cercanas al cuarto o quinto en Le Castellet. «Este fin de semana volveremos a las posiciones en las que esperamos estar cada fin de semana, quizá estemos más o menos como en Barcelona. Sabemos que somos competitivos, pero no al nivel de las dos últimas carreras», advirtió el madrileño.
Sainz llega a esta séptima carrera del año en esa posición de la general, con 42 puntos, a cinco de Valtteri Bottas y diez de su compañero Charles Leclerc. Al monegasco le tiene lejos, pero poder acabar el fin de semana por delante del defenestrado piloto de Mercedes tendría su gracia.
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