Fernando Alonso y Alpine, juntos en 2022 a por el Mundial

Y vaya si los ha cumplido. En todas sus renovaciones ha superado con creces las expectativas que se habían escrito negro sobre blanco, y en su vuelta a la Fórmula 1 con Alpine no ha sido menos. En apenas seis meses y después de dos años fuera del gran circo, Alonso volvió en un estado de forma excepcional y tras superar unos pequeños problemas de adaptación con los neumáticos ha encontrado el camino y la regularidad. Lleva seis carreras consecutivas entre los puntos, con la guinda del cuarto puesto en Hungría en una carrera histórica para el equipo gracias a la victoria de Esteban Ocon.

Alonso firma hasta 2022 y no más allá no solo porque quiere tener la sartén por el mango, sino porque la próxima campaña es toda una incógnita. A sus 40 años es consciente de que su carrera deportiva ha entrado en su última parte, no solo en la Fórmula 1 sino en el automovilismo en general, y debe ser más selectivo a la hora de decidir con quién va a estar atado a partir de ahora. El cambio normativo que va a emprender la competición en 2022 invita al optimismo, sobre todo después de ver el trabajo y la progresión de Alpine en las fábricas de Viry-Chatillon y Enstone, sedes de Renault Sport desde los tiempos en los que Alonso era el rey de la Fórmula 1.

Ese es su objetivo: volver a ser campeón del mundo. Pelear por ser quinto o sexto está bien, y gozar del respeto unánime de la parrilla (desde veteranos rivales como Lewis Hamilton hasta noveles recién aterrizados como Mick Schumacher) siempre ayuda a que esos buenos resultados se perciban como excelentes, pero Alonso es un ganador nato y quiere verse ahí arriba en el podio de nuevo. El camino creciente que ha tomado el equipo le gusta, y es consciente de que quien dé con la tecla del avance técnico en la próxima temporada puede reinar durante años, como ocurrió en el pasado reciente con Red Bull y actualmente con Mercedes.

Salvo contadas excepciones, a los 40 años es raro ver a un deportista en la élite de su deporte. Casos como el de Fernando Alonso, en el que además es competitivo, son aún más infrecuentes, dado que además tiene a su lado a un piloto del potencial de Esteban Ocon.

El francés, ya renovado previamente hasta 2024, tiene en su haber la victoria de Hungría gracias a la cual pudo superar en la clasificación a Alonso. La regularidad del asturiano sirve de eje de coordenadas para el proyecto, y a su vez de estímulo para todos. Más allá de carreras locas como la última hasta este regreso en Spa, Alpine es consciente de que necesitan un listón mínimo. Y ese lo pone Alonso.

«Fernando nos ha impresionado a todos desde su regreso a principios de año. Su rendimiento en Hungría fue un ejemplo más de su experiencia y recordó a todo el mundo hasta qué punto tiene talento. Estoy convencido de que podemos beneficiarnos mucho de su perspicacia y experiencia al entrar en la fase final de desarrollo y optimización del chasis y del motor para 2022. Comparte nuestra sed de victoria y hace todo lo posible para traducirla en resultados», elogia Laurent Rossi, CEO de Alpine y uno de sus principales valedores.

Alonso, por su parte, pone en valor no solo el trabajo que ha visto en el equipo, sino también la apuesta que pueden llevarse, quizá la última. «Queremos vivir más momentos positivos esta temporada, pero también el año que viene con los cambios reglamentarios previstos en Fórmula 1. Soy muy partidario de las reglas más equitativas y de las novedades en la disciplina, así que la temporada 2022 representa una oportunidad de oro», recordó.

Alpine, con sus dos pilotos renovados ya (Ocon hasta 2024), se centrará en completar con éxito esta temporada 2021, y Alonso podrá dedicarse a pensar solo en la F1 antes de plantearse volver a otras competiciones. En 2023 se van a celebrar unas 24 Horas de Le Mans históricas, las del centenario, y puede ser una edición memorable con la entrada de marcas como Peugeot, Alpine, BMW o Ferrari a la máxima categoría ya confirmadas. Alonso, que por entonces estará a las puertas de los 42, no se las querrá perder. Además de que su sueño de las 500 Millas de Indianápolis, aunque aparcado, no está ni mucho menos guardado.