Vuelve Alonso a la F1, vuelve la ilusión a Renault

Alonso correrá para Renault en las temporadas 2021 y 2022, al menos, con opción de un año más. Entre las cientos de cláusulas se encuentra una que permite a ambas partes separar sus caminos antes, si bien no es la intención inicial. Tanto el piloto como el equipo pretenden llegar lejos juntos.

La Renault que se va a encontrar Alonso se parece más a la de 2008 que a la de 2001, cuando comenzó en la Fórmula 1. El equipo francés tiene lo que, sobre el papel, son ventajas: es fabricante (no depende de compras externas), cuenta con un buen equipo técnico (el regreso de Pat Fry como ingeniero jefe es una garantía, al menos, de trabajo duro) y cuenta con experiencia como equipo campeón.

En la balanza, por el contrario, hay muchos peros. El primero es la dirección. La volatilidad de Cyril Abiteboul al frente del equipo le han colocado al borde del despido en muchas ocasiones, aunque siempre ha salvado el cargo 'in extremis'. No sería de extrañar que su cabeza volase antes de que Alonso se suba al futuro RS21 de la próxima temporada.

Pero sobre todo vuelve a un equipo que ya no es ganador. Este es el principal hándicap y reto que tiene por delante. Renault ha ido dando bandazos en los últimos años, presentándose de inicio siempre como una alternativa y constantemente fuera de las opciones de podio. Superados ya de manera clara por McLaren en 2019, no es casual que hayan apostado por un piloto potencialmente ganador y que impone un respeto reverencial en la parrilla en lugar de ir a por un joven talento de su ahora muy discutida escuela de jóvenes talentos.

Alonso siempre dijo que volvería a la Fórmula 1 sólo si podían darle un coche potencialmente ganador y competitivo. Esto choca con la actual situación de Renault, claramente, por lo que muchos se preguntan: ¿por qué Renault? En primer lugar, porque no hay mucho margen. Ferrari ha olvidado ya la posibilidad de reconstruir los puentes rotos a finales de 2014, y en McLaren la dirección prefiere mirar más hacia el futuro que hacia el pasado, dado que les ha dado resultado. Aunque no contaban con la marcha de Carlos Sainz, les surgió la oportunidad de colocar en su asiento a Daniel Ricciardo y no la desaprovecharon.

Uno de los que más ha presionado para recuperar a Alonso es, ni más ni menos, Alain Prost. El tetracampeón del mundo ejerce de asesor, mentor y director en la sombra del equipo Renault, a imagen de lo que hacía el fallecido (y viejo rival) Niki Lauda. Él ha sido quien ha ido susurrándole al oído de los responsables de la casa francesa, muy por encima de Abiteboul, que merecía la pena apostar por un talento como Alonso.

Prost es uno de los pilotos que estuvo fuera de la F1, un año, y volvió para triunfar y alzarse con su cuarta corona mundial, en 1993. Su caso no fue único: el citado Lauda también estuvo unos años lejos del 'gran circo', regresó y acabó ganando su tercer título en la frenética temporada de 1984 cuando le ganó por medio punto el campeonato a 'Le Professeur'. No todos los regresos fueron tan exitosos. Los casos de Alain Jones, Kimi Räikkönen o el evidente de Michael Schumacher también forman parte de vueltas sonadas, que acabaron como pobres últimos capítulos de campeones del mundo.

¿Conseguirá Alonso volver a ganar? Es la gran incógnita. Con una reglamentación estable en 2021, Alonso no se encontrará un Renault ganador de entrada en su primera campaña de regreso a la F1. Otro asunto es 2022. La gran revolución prevista abre la oportunidad a que los equipos que hoy son secundarios puedan convertirse en protagonistas. La apuesta de Renault en Alonso es, precisamente, porque confían en su capacidad no solo competitiva a corto plazo, sino de desarrollo a medio y largo.