Fernando Alonso. Reuters

Fernando Alonso ya tiene la mirada puesta en 2024

El gran arranque del piloto asturiano hizo pensar que podría ser una temporada de gloria, pero el sueño de la '33' se ha esfumado hasta verse incluso peleando por las Q3

David Sánchez de Castro

Sábado, 28 de octubre 2023, 18:29

Quien visite el museo y circuito de Fernando Alonso en la Llanera, en Asturias, se encuentra muy poco material de Aston Martin. Es normal: aún no hay mucho porque todavía es su primer año en el equipo y no ha dado tiempo a que se ... lleve mucho para allá. Los empleados de la tienda y los de seguridad visten con la equipación oficial del equipo británico, lo que ya habla por sí mismo, pero lo cierto es que no hay mucho más. Eso sí, uno de los detalles es muy simbólico: un trofeo. Es lo primero que se ve: una foto a buen tamaño de Alonso en el podio y la copa que logró el asturiano en Arabia Saudí, en ese arranque totalmente inesperado (¿o no?) y que llevó a soñar con la 33ª victoria en su carrera deportiva en Fórmula 1.

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Había motivos para soñar, obviamente. Los fans de Alonso llevan muchos años sin ver a su piloto en condiciones de luchar por una victoria esquiva, merecida muchas veces y sin suerte la mayoría. Los movimientos de las olas de la Fórmula 1 le llevaron de Ferrari a la peor escudería McLaren de su historia y de ahí a una Alpine de la que le escupieron hasta que encontró su hogar en Aston Martin, un equipo que llegaba de ser penúltimo en la temporada anterior. Como para no emocionarse al verle sumar cinco podios en las seis primeras carreras. El problema es que ese viaje al paraíso se cortó de manera abrupta en verano.

Hay muchas teorías al respecto. La directriz de la FIA sobre la flexibilidad de los alerones delanteros, el cambio de la construcción de los neumáticos, los movimientos internos en la parte técnica del propio equipo, la mudanza a la nueva sede… Hay tantas excusas útiles que explican el contundente bajón del equipo verde que la realidad incluso parece demasiado fácil. Y es que Aston Martin tiene un serio problema de evoluciones. Simplemente, no sabe exprimir la normativa.

Este es un error de base que ya desde hace años padecen, antes de ser incluso Aston Martin. En los tiempos de Force India ya padecían este traspiés campaña a campaña: era llegar junio o julio y en cuanto el resto de equipos grandes mejoraban su primera versión de cada monoplaza, ellos se quedaban atrás. Este año el bajón ha sido clamoroso, en el caso de Alonso al menos porque en el de Stroll no sorprende nada. El asturiano pasó de pensar en el subcampeonato (incluso en el título en ciertos momentos de euforia) a cruzar los dedos para acabar entre los cinco primeros. A día de hoy, es más probable que acabe 6º.

Alonso y la venta de jumentos

Entre la afición ha empezado a decaer la confianza en Aston Martin. No faltan las bromas en torno a los que aún creen que Alonso puede ganar alguna carrera en las cuatro ocasiones que tiene (este domingo lo tendrá difícil, pero no tanto como en Interlagos, Las Vegas o Abu Dabi), y también las sonrisas socarronas de los que creen que esto ha sido solo un preludio a lo que puede llegar en 2024.

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Ya desde hace varios fines de semana, la labor de Fernando Alonso, Lance Stroll y sobre todo de los técnicos está absolutamente centrada en el coche del año que viene. Aston Martin ya ha demostrado que puede construir una máquina competitiva, lo que a su vez ha puesto en alerta a otros equipos. Aunque Ferrari, McLaren, Mercedes ya les han superado, y era lo más lógico, no tanto que también Alpine incluso se vea con fortaleza para poder estar por encima. Es por eso que muchos miran con suspicacia el hecho de que los de verde admitan a las claras que ya no están centrados en este coche.

En este sentido, muchos sospechan también de Fernando Alonso. El mejor ejemplo es que el viernes, antes de la clasificación y en una jornada de ensayos en los que les hubiera venido bien pensar en el sábado, ante eventuales problemas en clasificación decidieron centrarse en la carrera del domingo. Ya no piensan en entrar en la Q3, una constante que Alonso perdió en Austin, sino en la carrera, donde saben que pueden exprimir al máximo su coche.

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«Nos hemos centrado mucho en el ritmo de carrera, con mucho combustible y cosas así. Fue difícil leer los tiempos, pero el coche se sentía bien y hemos entendido más sobre el paquete aerodinámico», confesaba ante los medios de comunicación. Ese es el reto ahora: mirar hacia 2024 con pequeñas pruebas ya en este 2023. Y es que, pese al final de temporada, en Aston Martin están satisfechos. Lo resumía un Alonso que, como siempre, es un gran vendedor de ilusión y sabe muy bien dónde está este equipo con respecto a dónde viene. «Hace dos años, esta escudería tenía 250 personas, y ahora estamos a pocos puntos de equipos muy punteros en el campeonato de constructores. Hemos subido al podio unas cuantas veces ya este año. También tenemos la nueva fábrica, mucha gente nueva que ha llegado y unos 200 puntos más que el año pasado», llamó la atención. El objetivo a corto plazo no importa, porque la vista está puesta en el horizonte y un poco más allá. Mientras Alonso siga compitiendo, y le quedan como poco dos años, la posibilidad de ganar existe ahí. ¿O es que alguien aún no se cree que Aston Martin puede darle las herramientas que necesita?

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