Hamilton se aferra al Mundial con uñas, dientes y carácter de campeón

El británico tardó apenas siete vueltas en ponerse en posiciones de podio. Por el camino se quitó de encima a sus rivales más débiles, pero le quedaban los más complicados: los hombres de Red Bull. Tanto Max Verstappen como Sergio Pérez dejaron en nada la pole de Valtteri Bottas, que enseguida se vio fuera de la lucha por la victoria, lo que unido a una dubitativa arrancada de Carlos Sainz -que, además, sufrió un golpe de Lando Norris en los primeros metros que le afectó al rendimiento- convirtió la lucha por la victoria en cosa de dos o tres. El madrileño acabó la carrera en una gris sexta plaza.

Red Bull intentó demostrar que en boxes siguen siendo los líderes y planteó una estrategia al ataque. Para evitar que Hamilton o Bottas le hiciese un 'undercut' -un adelantamiento en boxes- adelantaron notablemente el segundo cambio de neumáticos de Verstappen. Mercedes, en lugar de mantener la idea inicial -parar al final de carrera- picó el anzuelo y respondió con una doble parada de sus pilotos. Casi les sale bien, pero Hamilton se encontró a Ricciardo en medio y Verstappen mantuvo el liderato momentáneo por unos segundos. Al heptacampeón le tocaba pasar al ataque, pero en el cuerpo a cuerpo pocos hay más difíciles de batir que Max Verstappen. El neerlandés demostró, una vez más, que está dispuesto a pasar sobre quien haga falta para proclamarse campeón. Otro asunto es que para ello goce de la connivencia de la FIA.

Corría la vuelta 48 cuando sucedió la imagen del domingo en Interlagos. Hamilton había demostrado un ritmo muy superior -esta vez con un DRS legal- al de Verstappen, y se puso a su rueda. Cuando parecía que le iba a poder adelantar después de la segunda zona de DRS, el de Red Bull estiró la frenada de la curva 4 al máximo. hasta el punto de que se salió de pista, echando por el camino al Mercedes del británico.

Inmediatamente, comenzó el juego de las radios con Michael Masi, el director de carrera. Desde Red Bull pidieron que dejaran competir a los pilotos, aunque fuese de una manera tan agresiva; desde Mercedes se preguntaban que si sacar a un piloto de pista no requería ni siquiera una investigación. Masi, que hace dos carreras había ordenado devolver la posición a Fernando Alonso en una refriega muy similar con Kimi Raikkonen y Antonio Giovinazzi, demostró una vez más que los comisarios de la FIA son incapaces de mantener una coherencia constante en sus decisiones.

¿Que Verstappen iba por delante de Hamilton cuando le echa de pista? Sí. ¿Que Hamilton podría haber levantado mínimamente y así el neerlandés se hubiera salido solo de pista? Sin duda. ¿Que podrían haberse accidentado los dos y, por tanto, la acción de Verstappen fue en contra de los principios básicos de seguridad? Está más que claro.

Pero ayer nadie podía con Hamilton. La competitividad del británico le hizo apretar los dientes ante la enésima dificultad de este fin de semana y unas vueltas después volvió a dar caza a un Verstappen que, tras resistir mínimamente, acabó claudicando. Toto Wolff reaccionó con un gesto -en sus palabras, «un caluroso saludo»- dirigido a la cámara y, en concreto, a Michael Masi, que le sirve para alimentar el relato de que la FIA va contra ellos. Una vez adelantado, Verstappen ni siquiera hizo amago de volver a pelear con Hamilton y se conformó con el segundo puesto que le permite mantenerse líder de la general con 14 puntos de ventaja a falta de tres carreras. Bottas fue el tercer integrante del podio.

Fernando Alonso no tuvo una carrera brillante, pero no fue mala. Saliendo undécimo acabó noveno, después de demostrar una vez más que es un piloto de equipo. Durante la carrera, Esteban Ocon le cedió la posición para defenderse del ataque de Pierre Gasly. En la última vuelta, el asturiano le devolvió el puesto a su compañero y cumplió con el pacto de caballeros planeado.

El Mundial se dirige a Catar ahora. El circuito de Doha que ya es un clásico moderno del motociclismo se estrenará en el calendario de Fórmula 1 con todo por decidir y las armas en todo lo alto.