'Checo' Pérez se lleva una victoria de locos que reivindica su continuidad

El primero que no la olvidará será el ganador. Sergio Pérez logró, después de 190 GPs disputados (nadie había tardado tanto), convertirse en un nuevo vencedor en la Fórmula 1 en una carrera épica, en la que no sólo aprovechó que el destino se la puso en bandeja, sino en la que demostró una vez más que no tener contrato para 2021 es una de las mayores injusticias que puede haber en el actual 'paddock'. Los responsables de Red Bull habrán tomado buena nota, como en carreras anteriores, de cómo 'Checo' supo cuándo parar y cuándo no, cómo gestionar los neumáticos en un momento crítico de la prueba para estirar su rendimiento e intentar ahorrarse una parada en 'boxes' y, sobre todo, cómo rehacerse tras haber sido víctima de un accidente en la primera vuelta de la carrera. Y es que el vencedor del penúltimo GP del año estaba saliendo de la puzolana de la curva 3 del circuito en la primera vuelta, cuando Charles Leclerc le embistió a él y a Max Verstappen.

El piloto mexicano se llevó la victoria que estaba destinada para Mercedes, pero el equipo campeón cometió uno de esos fallos que abochornan e incluso cuestan puestos de trabajo. Una pifia de las que dejan huella, especialmente en los que han sido sus víctimas. Todo estaba escrito para que George Russell demostrase que se merece un asiento en ese coche, que está totalmente desaprovechado en Williams y que Valtteri Bottas es un piloto mediocre ante el compañero que le pongan. El finlandés es el gran derrotado de este fin de semana, dado que pese a acabar por delante del británico, no fue hasta que este tuvo la malísima suerte de pinchar cuando pudo con él.

Desde la salida, se vio a un Russell con muchas ganas. Mientras Bottas volvía a quedarse clavado, el británico se ponía primero. El accidente de Verstappen con Leclerc propiciaba que Carlos Sainz se pusiera tercero, lo que añadió un plus de interés a una carrera que parecía que iba a ser un paseo de Mercedes. Sin embargo, como un aleteo de mariposa, dos fallos de los pilotos de Williams acabaron derivando en motivos clave para determinar el podio.

Primero fue Nicholas Latifi. Su Williams roto se quedó tirado en un lateral del circuito, y el consecuente coche de seguridad virtual pilló a contrapie a Sainz, que tuvo que dar una vuelta extra antes de hacer la parada que hicieron todos. menos Pérez. Aquí el mexicano ya se puso líder momentáneo, aunque los Mercedes seguían siendo los firmes candidatos a victoria en cuanto todos hicieran sus paradas.

El problema es que nadie esperaba que, con el segundo problema de los Williams, en este caso del sustituto de Russell ahí, Jack Aitken, perdió un alerón al darse contra el muro de la última curva. Para retirarlo con seguridad, los comisarios mandaron salir al coche de seguridad, con lo que los jefes de Mercedes ordenaron a sus pilotos entrar en 'boxes' para cubrirse y evitar un eventual pinchazo o problema con los neumáticos, ya muy gastados, para el final de la carrera. Iba a ser una parada sencilla y de seguridad y se convirtió en un vodevil, que debería haberse escuchado con la música de los hermanos Marx. Aunque parezca increíble, los responsables del equipo que domina la Fórmula 1 montaron las ruedas de Bottas en el coche de Russell, algo absolutamente ilegal, y cuando se dieron cuenta era tarde. Al finlandés tardaron un mundo en ponerle las suyas (al final fueron las mismas que le habían quitado) pero al joven británico le dijeron que tenía que volver a entrar.

La consecuencia fue que se vieron por detrás y obligados a remontar, con apenas 10 vueltas de margen, para llevarse un doblete que tenían en la mano antes de ese desastre. La labor de Bottas quedó en entredicho cuando fue incapaz no sólo de adelantar, sino de no perder posiciones, mientras que la de Russell quedó encumbrada cuando se empezó a quitar rivales hasta ponerse a rueda de Pérez a falta de unos pocos giros. La épica historia del piloto que era último en la clasificación general saltó por los aires con un pinchazo que le obligó a hacer una parada extra. El octavo puesto final no le podía saber más amargo.

Por delante, además del estreno de Pérez, Ocon (futuro compañero de Alonso, que lo vio en directo) consumaba su primer podio en Fórmula 1, con Lance Stroll privando a Sainz del tercer puesto, pese a que el madrileño lo luchó hasta los metros finales. En medio del caos, nuevamente, el español demostró que sabe sacar rédito, aunque esta vez se quedó ligeramente corto. Si después de todo lo ocurrido en esta carrera, también Sainz culmina un puesto en el cajón, algunos corazones no lo hubieran soportado.