Bottas reina en un intenso día en el asfalto y los despachos

Y es que la victoria de Bottas estuvo encuadrada en un día marcado por lo que se ha venido a llamar el 'DRSGate'. El viernes acabó con Hamilton siendo investigado después de lograr el primer puesto de la clasificación para ayer porque el delegado técnico de la FIA detectó que el DRS del Mercedes del heptacampeón se abría por encima de los 85 milímetros que establece el reglamento (en concreto, el artículo 3.6.3). El castigo para esta infracción es claro, exclusión de la sesión en la que se detecta, pero las apelaciones del equipo alemán y del propio Hamilton hicieron que se hiciera de madrugada sin conocer una resolución.

Entre los argumentos que dio Mercedes se encontraba una inocente imagen que luego resultó no serlo tanto: Max Verstappen había pasado la mano por el alerón trasero del coche de Hamilton tras la clasificación. Al hacerlo en parque cerrado, donde nadie puede manipular de ninguna forma los coches, el equipo alemán intentó culpar al neerlandés para intentar explicar su problema. La FIA se vio en un serio problema: no hay en el eterno reglamento una norma que establezca qué hacer en estos casos.

Amaneció el sábado en Interlagos con una parrilla provisional ni mucho menos confirmada. Hamilton y Mercedes lo veían muy crudo y Verstappen y Red Bull se temían que la intervención de la FIA les perjudicase en un caso que, aunque flagrante, no estuvo claro para los comisarios hasta el final. Incluso se llegó a disputar la sesión de libres previa a la clasificación al esprint sin conocer qué iba a pasar con Hamilton. Para añadirle otro giro de guión a este fin de semana, Fernando Alonso fue el más rápido de esta tanda.

Justo antes del esprint, los comisarios dieron su dictamen: Verstappen era multado con 50.000 euros (una 'propina' para él) por tocar el coche de Hamilton y este era excluido de la clasificación del viernes, por lo que saldría último en el esprint. Una decisión que puede ser determinante para el devenir del Mundial, ya que Verstappen llegaba a Brasil con 19 puntos de ventaja y en caso de victoria hoy le valdrá con ser tercero en las últimas tres carreras que quedan. Eso sí: Hamilton no se lo pondrá fácil, y menos después de la espectacular remontada que hizo.

En este contexto se celebró una clasificación al esprint que demostró que es un formato que puede ser más espectacular que la habitual. Bottas le ganó la primera posición a Verstappen en la primera curva y no la soltó hasta el final. El finlandés tenía el reto de minimizar el éxito del neerlandés, que ya va con la calculadora pensando en el Mundial. El de Red Bull hizo un conato de ataque en la recta final de esta peculiar carrera, pero no se la jugó: el segundo puesto le da dos puntos y un puesto casi inmejorable para ir a por el premio gordo en carrera.

En el peculiar podio les acompañó Carlos Sainz, que estuvo brillante. En buena medida se debió a que no tuvo que entrar en boxes, y eso en el caso de Ferrari siempre es una ventaja, pero no solo por eso. Una salida memorable en la que se puso segundo, aunque cedió con Verstappen poco después, y sobre todo una defensa numantina frente a los envites de Sergio Pérez en las últimas vueltas le permitieron sumar el punto final y lograr una tercera posición más que deseable.

Fernando Alonso no tuvo una carrera tan brillante. No salió tan bien como acostumbra, se vio en medio de la pelea interna de los Alfa Romeo y acabó en una mejorable duodécima plaza. Hoy intentará puntuar, pero ni mucho menos será el favorito. El asturiano tendrá dos posiciones por delante a un Hamilton que, herido en su orgullo, intentará demostrar que aún tiene mucho que decir en la pelea por el título. Verstappen tendrá que luchar metro a metro si quiere acabar con su reinado.