Bottas se salva del bochorno y saldrá desde la 'pole'

Por primera vez en su carrera en F1, Russell se vio superado por su compañero de equipo en una clasificación, y fue solo por 26 milésimas. El británico no acabó ninguna de las tres tandas de la sesión oficial de colocación de parrilla por delante de Bottas, que después del aluvión de críticas que recibió en la jornada anterior, se tomó muy en serio su labor de no dejarse pasar por el recién llegado. La presión, especialmente desde la prensa británica (que a efectos prácticos es la que cuenta en el 'paddock'), que recibió en las últimas 24 horas fue tal que no se podía permitir dejar ni una pulgada de espacio a su compañero.

Esas 26 milésimas, en un circuito de solo 53.377 en el tiempo de la 'pole', es un suspiro. Russell ha demostrado una competitividad espectacular en apenas dos días de conocimiento del coche, y tiene muy claro que este domingo tiene una oportunidad de oro para lograr no solo sus primeros puntos, sino también su primer podio en Fórmula 1. La primera curva del circuito será crítica, especialmente para un Bottas que no puede permitirse una mala salida como suele ser habitual en él. Una pifia en los primeros metros, y Russell no va a dejar escapar el botín de su primer (¿de muchos?) Gran Premio con el coche favorito.

La gran diferencia entre lo visto el viernes y lo visto este sábado es que Bottas no competió errores. Si en los libres del primer día se le vio más veces fuera de pista o colándose, este sábado apenas tuvo errores. Y en igualdad de condiciones, la veteranía sobre Russell es un punto a favor crítico.

El rival de ambos será Max Verstappen, que como siempre se convirtió en el picante de la clasificación. El neerlandés intentó poner a su favor la considerable mejoría de la pista conforme avanzaban los minutos de la sesión, si bien se quedó ligeramente por detrás. Tan ligeramente, que fueron solo 56 milésimas (media centésima) las que le separaron del mejor tiempo del sábado. Las condiciones de este circuito, o más bien de este trazado exterior del circuito bareiní, le invitan a ser optimista para la carrera, en especial porque los dos pilotos de Mercedes tienen la necesidad de reivindicarse sin Lewis Hamilton en pista.

Sea como fuera, Verstappen empieza a tomarse con resignación lo de ser tercero constantemente, esté Hamilton o no. «Creo que esta silla ya tiene mi nombre, me la voy a llevar después de la temporada», bromeaba en la rueda de prensa posterior.

Carlos Sainz sabía ya desde antes de empezar la clasificación que no iba a ser una sesión sencilla. El rendimiento del McLaren no es en este trazado exterior lo que fue en el habitual de Baréin, y prueba de ello es lo que sufrió para gestionar cuándo y cómo salir a pista.

El madrileño tuvo que pensar muy mucho en qué momento debía sacar los neumáticos blandos, que en su caso eran críticos para no caer en la Q2. De hecho, prueba de que no podía equivocarse fue que su compañero Lando Norris sí lo hizo y saldrá este domingo en una pobre decimoquinta posición que sabe a muy poco para un corredor que acabó cuarto hace apenas seis días. Fue una sesión en la que Sainz tiró de inteligencia. Contar con el rebufo de un buen amigo como Russell con el Mercedes le sirvió, por ejemplo, para acabar el sábado con el récord del primer sector del circuito. «Fue picaresca, porque el McLaren no está para récords. Ha habido que tirar de otras cosas, truquillos, más que de coche o talento», admitía tras la sesión.