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DAVID SÁNCheZ DE CASTRO
Madrid
Sábado, 4 de julio 2020, 16:14
Después de dominar con puño de hierro los tres entrenamientos libres disputados del GP de Austria, Lewis Hamilton se las prometía muy felices para comenzar el año con la pole… pero no contaba con su propio compañero. Valtteri Bottas, que no se había acercado a ... menos de una décima durante todo el fin de semana al hexacampeón, aprovechó una Q3 en la que acertó cuando debía y falló cuando mejor le venía.
Bottas acabó conquistando su duodécima pole gracias a que se salió de pista en su segundo intento de la tanda definitiva. El finlandés se salió de pista y su excursión provocó una bandera amarilla que impidió que todos los pilotos que le precedían en la vuelta mejorasen su crono. Y pese a ello, solo 12 milésimas separaron al 77 del 44, un Lewis Hamilton que se conformó a sabiendas de que tiene más ritmo en este circuito.
Hamilton tuvo que comparecer ante los comisarios después de no bajar la velocidad durante los momentos de bandera amarilla provocada por la salida de pista de Bottas y por salirse de pista en la curva 10. En la segunda infracción, argumentó que el polvo levantado por el Mercedes de su compañero no le permitió ver el aviso del comisario. En la primera tuvo menos excusa, pero dado que mejoró en su segundo intento, tampoco le importaba que se la quitaran. En ambos casos, quedó sin castigo. Le quitaron la vuelta por trazar por fuera de pista en su primer intento y en el segundo, dado que había avisos amarillos y verdes, al considerarlos contradictorios y dudosos para el piloto, le libraron de sanción.
Tras la dupla de los coches negros entró el protagonista de las dos últimas carreras en Spielberg. Max Verstappen dejó atrás las dudas del viernes, cuando estuvo comprobando diferentes configuraciones aerodinámicas que le adaptasen a las necesidades del Red Bull Ring. En ningún momento tuvo opciones de asaltar la pole, pero en carrera tiene muchas más esperanzas.
A su lado en la segunda fila de la parrilla partirá Lando Norris. En un circuito donde ya lo hizo muy bien el sábado de 2019, cuando arrancó quinto, el británico exprimió las virtudes del MCL35 con el que McLaren quiere volver al podio. El ritmo mostrado por él y por Carlos Sainz diluyó un poco el miedo que tenían a los Racing Point, esos 'Mercedes rosa' que han levantado tantas suspicacias en la parrilla. Con Sergio Pérez, su gran rival a priori, por detrás, Norris tiene una oportunidad de oro para arrancar la temporada reivindicándose, toda vez que en 2021 estrenará jefe de filas ante la salida del actual. Ese no es otro que Carlos Sainz, que no pudo pasar del octavo tiempo.
No está siendo un fin de semana sencillo para él, dado que admite que no encuentra el balance óptimo en su monoplaza, pero al menos se ve con fuerzas para luchar con «equipos que el año pasado nos ganaban fácilmente». Sainz confesaba tener problemas en las curvas rápidas que le hicieron perder confianza, pero es optimista de cara a la cita inaugural del Mundial este domingo. «Que haya hecho una Q3, un octavo, y haya hecho la vuelta con un juego (de neumáticos) usado, quiere decir que mañana podremos atacar», avanzó.
Se intuía en la pretemporada, se veía venir en los libres y se confirmó en la clasificación: el Ferrari SF1000 es un mal coche. Ni Charles Leclerc ni sobre todo Sebastian Vettel pudieron estar a la altura de lo que se espera de ellos. De ser firmes candidatos en 2019 (Leclerc hizo la pole), a clasificar en séptima y undécima posición, respectivamente, las sensaciones no pueden ser más negativas.
Especialmente destacable ha sido el mal resultado de Vettel. Sin contar con problemas técnicos, accidentes o similar, hay que remontarse al GP de Singapur de 2016 para ver la última vez que el tetracampeón no alcanzó la Q3. A un equipo ya enrarecido por su propia situación personal, se une un coche que ha nacido defectuoso. Aerodinámicamente no está a la altura, lo que se agrava porque deben compensar un motor menos potente de lo deseable, y en un trazado como el de Spielberg es una cuestión fundamental.
La mejor prueba de ello está en la tabla de velocidades máximas. En el punto de medición, a final de recta de meta, Leclerc alcanzó como máximo los 314.1 km/h y Vettel, 314 km/h exactos. Lewis Hamilton, que ni siquiera fue el más rápido (lo fue Giovinazzi, con un Alfa Romeo irónicamente motorizado por Ferrari), hizo 323 km/h.
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