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DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO
Madrid
Jueves, 16 de enero 2020, 12:09
Carlos Sainz está a un día de demostrar, una vez más, que la edad es un estado de la mente. A sus 57 años, el piloto que abrió telediarios por primera vez en la historia está a punto de conseguir su tercer trofeo touareg como ... ganador del rally Dakar. El madrileño, además, habrá ganado así el Dakar en tres continentes distintos. La penúltima etapa, segunda parte de la maratón, dejó la oportunidad perfecta para que saliera a relucir la capacidad estratégica de Carlos Sainz y Lucas Cruz, su inseparable escudero y al menos tan responsable como el piloto del buen Dakar que están cuajando.
Con 18 minutos de margen, tener claro dónde y cómo apretar era clave, toda vez que sabían que sus perseguidores son, posiblemente, los dos pilotos más en forma para disputarles la victoria. Sainz abría pista, pero pronto se echó atrás. Cuando un equipo va ganando 2-0, no se echa arriba: repliega, contemporiza e intenta que no le atrapen. Para dos apasionados del fútbol como la dupla española en el Mini del X-Raid usar esta táctica fue lo más lógico.
Así, en el trayecto de vuelta a Haradh, decidieron que fueran otros quienes atacaran. Un fallo, una avería o un camino mal tomado podía separarles de la gloria y en estas lides, Sainz y Cruz ya son veteranos. Los nervios bajo las dunas o un mal salto les podían costar muy caro, así que ni siquiera apretaron en los primeros kilómetros. Fueron Peterhansel y Al-Attiyah, obligados por las circunstancias, quienes afrontaron la etapa con el cuchillo entre los dientes, intentando asustar a la desesperada a un Sainz a quien a su edad no le da miedo nada que tenga cuatro ruedas.
El problema es que el ataque llegó tarde. Tanto Al-Attiyah como Peterhansel se resignaron ya en la primera parte de la maratón a que este jueves, salvo imprevisto de Sainz, poco o nada pudieran hacer. La octogésima victoria de etapa del legendario piloto francés, por sólo 10 segundos sobre el catarí, fue insuficiente para sus opciones, toda vez que aún tienen unos cuantos kilómetros para intentarlo.
La organización tampoco se lo puso fácil. Los 374 kilómetros previstos de especial se acortaron a sólo 166 finales, por lo que los 10 minutos de margen con los que afronta Sainz el último día se antojan más que suficientes. Además, Al-Attiyah ya se resigno a que este año no podrá repetir el éxito del pasado. «Ahora, vamos a pelar con Stéphane (Peterhansel) para mantener el segundo puesto. Está muy bien. Veremos qué nos depara el último día», comentaba el líder de Toyota.
Su compañero Fernando Alonso culminó su primera maratón dakariana en una buena octava plaza. Tras el espectacular accidente del día anterior, y pese a salir el 113º, pronto el expiloto de Fórmula 1 sacó toda la garra que lleva dentro. Acabó el día a apenas 17 minutos de Peterhansel, lo que le permite mantener la 13ª plaza de la general. El objetivo del 'top 10' está prácticamente imposible, pero puede sentirse satisfecho: a poco que tenga un día tranquilo, este viernes habrá acabado el primer Dakar de su vida.
Si en coches Sainz lo tiene casi hecho, mucho más Ricky Brabec en motos. El estadounidense está a 166 kilómetros de hacer historia para su país y, sobre todo, para el motociclismo 'offroad': va a acabar con 17 Dakares de reinado ininterrumpido de KTM. El de San Bernardino ni siquiera apretó, y confesó haber rodado en la penúltima etapa manejando los tiempos y al 70% para no caerse o tener un susto de última hora.
El chileno Pablo Quintanilla ganó la etapa, pero no fue suficiente para arrebatarle el colchón inmenso que tenía Brabec, que sucederá en el palmarés a Toby Price. El australiano y Matthias Walkner, ganador del raid en 2018, superaron en la general a Joan Barreda, al que abrir pista le destrozó. 'Bang-Bang' ha caído a la quinta plaza de la general tras perder casi 15 minutos. Tendrá muy difícil subirse al podio en el último día del raid más duro del mundo, y deberá esperar otro año a que su constante candidatura en las dos ruedas se confirme.
Fernando Alonso está a un día de completar su primer Dakar, algo que empezó como un reto divertido y se ha acabado convirtiendo en una competición en toda regla. Tras superar su primera etapa maratón, que el asturiano calificó de «entretenida», admitió que lo ocurrido en el primer kilómetro del miércoles marcó el devenir del resto. «La posición de salida dictó mucho cómo iba a ir la etapa, Salíamos el 113. Teníamos las dunas con la arena muy suelta por los camiones, y aun así hemos acabado octavos. Supercontento de estar aquí y sólo falta una para acabar este Dakar», sonreía Alonso, mientras los mecánicos revisaban su coche, menos maltrecho de lo que parecía en un principio tras el golpe del día anterior.
«Ayer (por el miércoles) volcamos en las dunas, pero no fue nada grave. Pudimos continuar con el coche intacto. Hoy no hemos tenido ningún percance, así que podemos decir que la etapa maratón ha sido buena pese al tiempo perdido ayer, algo que puede pasarle a cualquiera. La etapa de hoy ha sido bonita con tanta arena, pero salir desde tan atrás ha sido complicado. Estoy satisfecho. Pienso que cada día aprendo algo nuevo en mi primer Dakar», resumió, antes de irse a la caravana a descansar para coger fuerzas para el último arreón.
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