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david sánchez de castro
Madrid
Jueves, 31 de diciembre 2020, 09:13
«No va a ser un Dakar como los últimos, al menos fuera del coche», admitía Carlos Sainz en la presentación de su proyecto en Madrid. El 'Matador' afronta como vigente campeón uno de los retos más complejos a los que se ha enfrentado, ... no sólo porque el raid más duro del mundo llega en el contexto que llega, sino porque además hay un temor muy serio a que la pandemia se lo lleve todo por delante.
La ASO, la organización, ya ha dado muestras de debilidad organizativa en los prolegómenos. No tanto por culpa suya, sino por la decisión de Arabia Saudí de cerrar sus fronteras a falta de apenas dos semanas para el arranque de la cita más importante del motor fuera de los circuitos. Varios miembros inscritos en la expedición se han quedado en tierra, como el peruano David Chávez (único representante de su país inscrito inicialmente) o el argentino Carlos Veza (único participante de quads en la categoría 'Original by Motul', sin asistencia). Ambos son dos ejemplos de cómo el caos logístico para llegar desde Sudamérica a Arabia les ha dejado en tierra.
Más preocupante es lo que ha ocurrido con otros dos competidores. Tanto el gobierno saudí como la propia organización han establecido un protocolo para intentar controlar la entrada del coronavirus en el vivac del Dakar, para lo cual el primer paso es dar negativo en test PCR previos al aterrizaje en Yeda, donde tuvieron que pasar otro antes de obtener una suerte de pasaporte que les diera acceso. Tres españoles no han cumplido la primera premisa: Francesc Ester, piloto de camiones, Jordi Ballbé, navegante también de la categoría de los gigantes del desierto, y Dani Oliveras, copiloto de Nani Roma en coches. Los tres han dado positivo en coronavirus (en el caso de este último, arrastra la infección desde principios de diciembre) y no podrán estar en la salida de la gran cita con la que arrancará 2021.
Test constantes, una burbuja estricta para evitar contactos y por supuesto mascarillas serán los complementos a un Dakar en el que, por pura estadística, habrá alguna baja más de las previstas y no tendrá nada que ver con la disputa de la carrera en sí.
Dejando a un lado el elefante en el centro de la habitación, este Dakar va a ser todo un reto deportivo para los competidores. Como en 2020, los grandes favoritos serán los miembros de los equipos X-Raid y Toyota, con Carlos Sainz y Lucas Cruz como los defensores del título al volante del MINI JCW Buggy con el que ya saben lo que es ganar. Será una revisión del dos ruedas motrices que tan buen resultado dio el año pasado, y que pretende volver a ser el dominador frente al Hilux de Nasser Al-Attiyah y Giniel de Villiers, líderes de Toyota junto a alguna posible sorpresa.
Pero Sainz tendrá como primer rival a su compañero de equipo, el sempiterno Stéphane Peterhansel. 'Monsieur Dakar' vuelve a escena, y ya van 32 ediciones, con la firme intención de demostrar que es, como Sainz, un joven que ya ha pasado los 50 años con ganas de demostrar que se mantiene como el gran 'coco'. Si tiene la suerte que le faltaron en los años anteriores, será posiblemente la piedra más dura que tendrá que sortear el último Princesa de Asturias de los Deportes.
En esta edición entra en juego un nuevo actor que, presumiblemente, será candidato a todo. El potente preparador británico Prodrive ha creado el equipo Bahrain Raid Xtreme para el que ha fichado a dos leyendas: el todocampeón del WRC Sebastien Loeb y el único español ganador en motos y coches en el Dakar, Nani Roma. La baja de Oliveras como su navegante supone un serio contratiempo para el español, que contará con el galo Alex Winocq a su lado y con el que lleva trabajando a contrarreloj para intentar entenderse dentro del habitáculo donde pasarán las próximas semanas, salvo imprevisto.
Suena a tópico, pero un año más, Joan Barreda se presenta como un firme candidato al título en el Dakar en motos. El valenciano es la más firme opción española en las dos ruedas, si bien aún tiene que quitarse de encima el peso de no haber llegado a lo mas alto en ninguna de las 10 ediciones que ha disputado hasta el momento. Si no sufre un accidente que le lastre para el resto del raid, como en años anteriores, su objetivo no puede ser otro que el podio.
En el amplio ejército de pilotos españoles en Arabia, estará la ya clásica Laia Sanz, aunque este año tendrá un rival extra: la enfermedad de Lyme. La mejor rider de enduro de la historia contrajo esta extraña dolencia que provoca la picadura de una garrapata, y se encuentra en tratamiento desde mediados de otoño, cuando se la diagnosticaron. Será un reto más antes de dar el salto definitivo a las cuatro ruedas, primero en el proyecto del Acciona Xtreme (los buggies eléctricos cuyo campeonato se disputará por primera vez en 2021) y luego, quizá, en el propio Dakar.
De unos años a esta parte, desde su entrada en vigor, el Dakar quiso darle una vuelta de tuerca a las estrechas clases tradicionales: motos, coches y camiones. Introducir los quads permitió a muchos 'motards' encontrar un nuevo reto, pero fue la entrada de los 'Side by Side', SSV o UTV lo que realmente revolucionó el raid.
Mezcla entre quads, coches y motos (dicho muy en corto y de manera demasiado sucinta), una de sus principales virtudes es que su coste base es notablemente inferior al de los coches y permite una experiencia de conducción similar a la de las motos o los quads. Su corta autonomía y su manera de conducirlos permite a muchos corredores usarlo de trampolín, bien hacia las cuatro ruedas, bien hacia las dos.
Entre sus competidores hay de todo. Desde leyendas del Mundial de rallies como Kris Meeke, que se inicia en el Dakar, hasta el sórdido Thomas Enge, que disputó cuatro carreras de F1 a principios de este siglo con el equipo Prost pero que pasó a la historia como el primer piloto de automovilismo en ser suspendido por dar positivo en marihuana.
Además, hay dos españoles notables entre los inscritos: Gerard Farrés, que fue el primer ganador en esta clase, y Cristina Gutiérrez, que logró un asiento gracias al apoyo de Red Bull en el último instante y que se pasará a la aventura de los 'Side by Side' sin apenas experiencia tras varios años en coches al volante de un Mitshubishi Montero. Será una gran preparación para el año que le viene encima como compañera del mismísimo Sebastien Loeb en el equipo de Lewis Hamilton para el campeonato de Extreme E, el certamen de raids con coches eléctricos.
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