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FERNANDO J. PÉREZ.
Campo base manaslu
Sábado, 16 de enero 2021, 15:52
La tragedia vuelve a estar ligada al K2, la conocida como 'montaña maldita. El catalán Sergi Mingote, colíder de la expedición de Seven Summit y uno de los alpinistas que se habían marcado como objetivo hollar el K2 sin oxígeno, ha fallecido tras sufrir ... una caída. El alpinista, de 49 años y con once ochomiles a sus espaldas, descendía de completar su tercera y última rotación de aclimatación en el campo 3. Por causas que se desconocen, sufría una caída en las proximidades de ese C-1, situado a 6.000 de altitud que terminaba en el campo base avanzado (5.300 m). Inmediatamente, su racetracker, dispositivo que llevan los alpinistas para conocer su ubicación en tiempo real, señalaba un desplazamiento descendente y en recto de casi 700 metros.
Poco después del accidente, desde el CB del K2 se ponían en contacto con Simone Moro en el Manaslu, conocedores de la 'mano' del italiano con las autoridades nepalíes y pakistaníes en todo lo relacionado con los rescates en helicóptero en su condición de piloto. La petición era que agilizase en la medida de lo posible todas las gestiones para la evacuación de Sergi Mingote vía aérea. Las primeras informaciones indicaban que el alpinista catalán estaba inconsciente y con múltiples fracturas, pero seguía vivo.
Simone ha removido Roma con Santiago en esos primeros minutos, ha tocado todos sus contactos, incluidos los más altos del Ejército pakistaní. En Pakistán, los rescates son realizados por una empresa que depende del Ejército y siguen unas medidas de seguridad muy estrictas, como que siempre vuelan dos helicópteros al ser considerado el Karakorum zona de guerra. Mientras uno de los aparatos realiza el rescate, el otro sobrevuela en círculo la zona en previsión de posibles ataques del 'enemigo'.
Pero mientras realizaba las gestiones, desde el K2 le informaban de la peor de las noticias. Sergi Mingote no había soportado las graves lesiones producidas en la caída y acababa de fallecer. Por desgracia, la evacuación urgente de un herido pasaba a convertirse en la recuperación de un cadáver, aunque la noticia no se haría oficial hasta horas más tarde, por respeto a la familia.
Las reacciones al suceso no han tardado en llegar. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha lamentado el fallecimiento del alpinista. «Triste fallecimiento de Sergi Mingote en el K2. Quería seguir haciendo historia formando parte de la primera expedición en coronar esta montaña en pleno invierno y un trágico accidente ha acabado con su vida», ha señalado este sábado Sánchez en una publicación en su cuenta de Twitter. El presidente del Ejecutivo ha mandado un abrazo enorme para los seres queridos de este «grandísimo deportista» de Parets del Vallès, pueblo del que fue alcalde por el PSC entre 2011 y 2015.
Triste fallecimiento de Sergi Mingote en el K2. Quería seguir haciendo historia formando parte de la primera expedición en coronar esta montaña en pleno invierno y un trágico accidente ha acabado con su vida. Un abrazo enorme para los seres queridos de este grandísimo deportista. pic.twitter.com/UJKccWphG2
Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) January 16, 2021
Por su parte, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, amigo personal del alpinista, se ha mostrado «consternado» por la noticia del accidente que ha acabado con la vida de Mingote. Illa ha destacado que Mingote era «un magnífico deportista, exalcalde socialista de Parets y amigo personal». «Un abrazo y todo mi cariño a la familia y amigos de Sergi Mingote», ha tuiteado.
Consternado por la noticia del accidente que ha acabado con la vida de un magnífico deportista, exalcalde socialista de Parets y amigo personal.
Salvador Illa Roca/❤️ (@salvadorilla) January 16, 2021
Un abrazo y todo mi cariño a la familia y amigos de Sergi Mingote.
El fatal suceso ha coincidido con un día histórico al lograrse por primera vez conquistar esta cumbre en invierno. En los primeros años de la conquista de los ochomiles, ascender a las montañas más altas del mundo se convirtió en una cuestión de orgullo nacional. Los países se repartieron incluso los ochomiles tácitamente. El Everest para los ingleses, el K2 para los italianos, el Nanga Parbat para los alemanes, el Kangchenjunga para los norteamericanos… Conviene recordar que por aquel entonces -años cincuenta del siglo pasado- Nepal todavía ni existía y a los sherpas se les utilizaba por meros 'burros de carga' para portear material al campo base y a los campamentos de altura gracias a su excepcional aclimatación. Incluso en la década de los ochenta sucedió algo similar con el alpinismo polaco y los ochomiles invernales, cuando los mejores alpinistas polacos de la época se empeñaron en escalar las montañas más altas del mundo en la época más dura del año. Lo lograron en siete. Aunque en su caso no buscaban el orgullo nacional, sino todo lo contrario, escapar de un sistema político que le atenazaba y les privaba de aquello que consiguieron en las montañas, la libertad.
Setenta años después, la historia se repite. Aunque si aquellos primeros conquistadores de lo inútil levantasen la cabeza no darían crédito a lo que esta sucediendo en el K2. Son los sherpas, los herederos de aquellos 'burros de carga', los que han convertido en una cuestión de orgullo nacional la conquista invernal de la segunda montaña más alta -y difícil- del mundo, la única que quedaba por hollarse en la época más fría del año.
Y lo han conseguido. Un grupo de diez sherpas pertenecientes a tres de las expediciones que este año se han dado cita a los pies del K2 han alcanzado la cumbre a las cinco de la tarde, hora pakistaní. Para incidir aún más en su idea de logro nacional han hecho algo inaudito. Según iban aproximándose a la cima, han decidido esperar a diez metros de la cima para, una vez estar todos, recorrer los últimos metros de formar conjuntar y hollar la cumbre a la vez mientras cantaban el himno nepalí.
Los diez sherpas que lo han logrado, conviene recordar que con la ayuda de oxígeno, son una verdadera selección nacional de alpinistas nepalíes en los que están los mejores junto al inefable Nirmal Purja (prefiere que se refieran a él como Nims Dai), el ghurka que en 2019 logró ascender los 14 ochomiles en poco más de seis meses. Por el grupo de Seven Summit está Sona Sherpa; por el de Mingma Gyalje, el propio Mingma G, Dawa Tenzing y Kili Temba; y por el de Nims Dai, él mismo, Mingma David Sherpa, Dawa Temba, Pemchhiri, Gelje y Mingma Tenzi Sherpa. Comprobar su currículo abruma. Entre todos ellos suman más de 150 ochomiles.
La utilización de oxígeno a discreción en este logro ha sido el debate de este invierno en el mundo alpinístico. La crítica ha sido generalizada por su uso en una época en la que se le niega todo valor deportivo a los logros de quienes recurren a él y se aboga por un alpinismo lo más puro posible. Pero también están, y la mayoría son alpinistas, los que felicitan -y se felicitan- a los sherpas que lo han logrado, porque esta cumbre quita la presión que pesaba sobre el K2 como la única cima invernal pendiente y abre las puertas para aquellos que la quieran realizar a partir de ahora en un estilo más ético. Es el caso de los dos alpinistas que se encuentran en el Manaslu intentando su primera íntegramente invernal, Alex Txikon y Simone Moro.
El italiano lo había dicho en reiteradas ocasiones y se ha ratificado cuando ha recibido la noticia, tras bajar del campo 1, donde ha pasado la noche. «Me alegro de que hayan hecho cima y les felicito sinceramente. Además, viendo lo que han hecho pienso que es muy posible que en los próximos días alguno de los alpinistas que están en el CB lo pueda lograr sin oxígeno», explica. Los polacos abrieron la historia del himalayismo invernal. Luego yo la reabrí y ahora que hayan sido además los sherpas quienes la han cerrado es muy bonito», añade. «Además, esta cima quita presión a los que ahora quieran hacerlo en un estilo más limpio», concluye.
Alex Txikon es de la misma opinión. «Me alegra que lo hayan conseguido. Les felicito. No lo tenía muy claro tras los problemas que tuvieron en los campos de altura que les llevó el viento, pero está claro que han tenido una determinación a pruebas de bombas. A partir de ahora, ya no existirá tanta presión sobre el K2 ni sobre los que queramos intentarlo sin oxígeno».
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