La lluvia obliga a suspender la jornada en Augusta con Rahm en la batalla por la victoria

Algunos greenes, entre ellos en el que se encontraba el vizcaíno, habían empezado a encharcarse y en esas condiciones no se podía garantizar el buen rodar de las bolas. El de Barrika, penalizado con dos bogeys consecutivos en las banderas cuatro y cinco, está segundo en la clasificación con menos nueve, a cuatro golpes de un sólido Koepka.

Ambos parecen abocados a un cara a cara para dilucidar quién se enfundará este año la chaqueta verde porque su más inmediato perseguidor, el sorprendente Bennet, amateur procedente de Texas de un desparpajo insultante, está con menos seis. Cantlay, Morikawa y Fitzpatrick se mueven en menos cinco.

Los partes meteorológicos ya anunciaban un torneo de parones y suspensiones por un frente que iba a recorrer todo el Estado, pero lo que ha sucedido los dos últimos días ha sobrepasado las peores expectativas. El viernes sonó dos veces la sirena por riesgo de tormentas eléctricas y la caída de tres árboles arrancados de cuajo por el fuerte viento fue determinante para que los dirigentes del club también optaran por parar ese día.

Hay que saber gestionar estas intermitencias porque pueden tener un importante efecto desestabilizador y porque el escenario varía tanto que puede perjudicar a unos y beneficiar a otros. Un dato revelador: el termómetro ha pasado de superar los 30 grados a apenas llegar a 10 en menos de 24 horas.

Rahm tuvo que afrontar una doble sesión. Por la mañana debía acabar los nueve hoyos que le restaban de la segunda jornada. Y el de Barrika lo bordó a pesar del frío y de las incesantes precipitaciones. Convirtió los palos en letales instrumentos de precisión y limó poco a poco la diferencia que le separaba de Koepka hasta reducirla a dos golpes. Magia, talento para las recuperaciones y fortaleza mental para lanzar un claro mensaje al estadounidense: incluso en un ambiente infernal hay recursos para mantener la presión.

Casi sin descanso, poco más de dos horas después, el tercer mejor jugador del ranking mundial comparecía en el tee del 1 para compartir el partido estelar con Koepka y Bennett. Las condiciones eran similares pero, según declaró Rahm minutos después de la suspensión, se había levantado además un viento que dificultaba aún más si cabe el caminar por un campo ya de por sí exigente que además estaba pesado y castigado por la lluvia.´Koepka hizo un birdie en el hoyo 2 y guardó su tesoro hasta el 6, mientras que el vizcaíno sumó dos bogeys que ampliaron a cuatro golpes la ventaja del profesional de Florida. En el 7 tenía una clara posibilidad de reducir en un impacto o dos esa desventaja, pero el green estaba literalmente anegado en una de sus zonas y así era imposible seguir.

La organización quiere entregar la chaqueta verde hoy, así que se jugará lo que queda de ayer y la jornada decisiva completa. No se anuncian lluvias.