Veintiún años después, España vuelve a ser campeona del mundo de waterpolo. El combinado dirigido por David Martín se impuso a Italia en la final disputada en Budapest y se colgó una medalla de oro que la coloca de nuevo como gran referente de este ... deporte.
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La muerte súbita en la tanda de penaltis resolvió un duelo volcánico entre grandes dos auténticas potencias, después de que Italia descontase dos goles en los últimos minutos, cuando España acariciaba ya la victoria, para rubricar el tiempo reglamentario con empate a nueve. Pero el guardameta Eduardo Lorrio detuvo el lanzamiento del transalpino Cannella y dio la gloria a España, toda vez que Granados si había convertido el que había ejecutado justo antes sin que le temblase el brazo.
Es la tercera vez que España se proclama campeona del mundo en waterpolo. Una gesta que sirve para coronar a una nueva generación de oro en la que la unión del vestuario y la mentalidad ganadora son algunas de las claves del éxito. El triunfo en Budapest se une a los que logró la selección española en los Mundiales de 1998, en Perth, y de 2001, en Fukuoka, ambos a la vera de Joan Jané.
Tres años atrás, en la ciudad surcoreana de Gwangju, Italia le doblaba la mano a España en una final resuelta a favor de los transalpinos por 5-10. Un triunfo de venía a refrendar la condición de los italianos de bestia negra de una España a la que habían derrotado también en la final de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y en la de los Mundiales de Roma 1994.
De esas dolorosas derrotas se tomó cumplida revancha este domingo el combinado español, que tuvo a Felipe Perrone y a Unai Aguirre como figuras más destacadas. En su noveno Mundial, el veterano jugador del Club Natació Atlètic-Barceloneta fue designado como mejor jugador de una final en la que España marcó el paso desde el principio, con un 0-3 de salida, pero en la que fue perdiendo fuelle en el último cuarto, donde Italia recortó terreno para pasar del 6-9 al 9-9 que condenó a ambas selecciones a jugarse el título en la tanda de penaltis.
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Aguirre, por su parte, se hizo acreedor del galardón al mejor portero del Mundial. Con apenas 19 años, y solo cuatro en la élite, el cancerbero catalán, que ni había nacido cuando España se colgó su última medalla de oro en un Mundial, ha completado un soberbio campeonato del mundo que le ha consolidado como uno de los puntales de la selección española, con soberbias actuaciones ante Montenegro en cuartos de final y frente a Croacia en semifinales, así como en la final contra Italia que vuelve a situar a España en el centro de la escena.
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