Los Hispanos rompen el espejo esloveno para acceder a cuartos

Se da la circunstancia de que en los últimos años la selección balcánica supone para los Hispanos una especie de espejo. Pocos combinados apuestan tan decididamente por la magia de los centrales, el juego de continuidad y la pizarra táctica como españoles y eslovenos, por lo que sus duelos resultan una suerte de juegos de espejos en los que las virtudes comunes se solapan y son muy difíciles de contrarrestar.

La cosa iba de una particular partida de ajedrez entre los libretos de Jordi Ribera y el viejo conocido Uros Zorman, exjugador del Ciudad Real y el Ademar, con Bombac y Casado como virtuosos en la dirección de juego. Sin embargo, de partida impusieron su ley los centros de las defensas, muchos kilos con Mackovsev y Blagotinsek en Eslovenia y más piernas de Gedeón Guardiola y Peciña en España. Las dos torres de la muralla hispana fueron inexpugnables en el inicio y el vértigo al contraataque y el acierto de Álex Dujshebaev en el lanzamiento hicieron el resto para fabricar las primeras ventajas significativas (3-7).

Estaba en apuros el conjunto balcánico cuando emergió la figura del portero Urban Lesjak. El guardameta del Pelister macedonio se puso manos a la obra hasta acumular seis paradas, tres de ellas en una misma jugada, y Eslovenia igualó el partido en un visto y no visto con un parcial de 4-0 que obligó al tiempo muerto de Ribera.

El toque de atención del profesor reactivó las piernas españolas en defensa, lo que permitió robar el balón y correr, con el vertiginoso Kauldi Odriozola como estilete. Pese a todo la igualdad seguía imperando cuando el seleccionador español refrescó toda la primera línea con Cañellas, Pol Valera y Maqueda. El central del Granollers, sustituto de urgencia por la lesión de Ian Tarrafeta, entró en escena de forma notable, dándole mínimas ventajas a España, pero a Mackovsek y Bombac, guías eslovenos en ataque, se unió el rápido Ovnicek, otra recurso más en el dinámico sistema ofensivo de Zorman que mantuvo al descanso el empate en el marcador (15-15).

El intercambio de golpes se mantuvo tras la pausa, con el azulgrana Blaz Janc asumiendo ahora el peso goleador esloveno. Como España, Eslovenia también tiene un carácter coral en la faceta realizadora. Necesitaba un pasito más el combinado hispano en cuanto a su intensidad defensiva y en cuanto lo dio encontró rédito, pues pilló desprevenida a Eslovenia con portero-jugador y Ferran Solé y Maqueda anotaron a puerta vacía. Pequeño parcial, pero decisivo para llevar la iniciativa en el marcador con una renta de dos goles mínima pero importante (20-22).

Los Hispanos se vinieron arriba con el partido en franquía. Aparecieron las paradas de Gonzalo Pérez de Vargas, los pases a los extremos, la conexión con Figueras en el pivote y los lanzamientos de Dani Dujshebaev y Agustín Casado. Repertorio amplísimo que Eslovenia ya no pudo resistir. Demarró España para entrar en los últimos diez minutos con una sustanciosa ventaja de cinco goles (21-26) y ya no dio opción alguna a su rival.

Triunfo capital en el partido que España tenía grabado en rojo en su hoja de ruta previa a la fase final. Los dos puntos rubrican la presencia entre los ocho mejores del Mundial, un objetivo alcanzado en trece de las últimas catorce ediciones. El duelo ante Francia que cierra la ronda principal ya solo decidirá el primer y segundo puesto del grupo, pero será un excelente banco de pruebas antes de decir adiós a Cracovia y partir rumbo a Estocolmo, donde las más grandes del planeta se verán las caras a vida o muerte.