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La crisis del coronavirus está alterando también los biorritmos del deporte burgalés. El UBU Colina Clinic ha sido el primero de los equipos de la ciudad en presentar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Iñaki Sicilia, su presidente, asegura que esta ... es la manera de «no descapitalizar el club».
El ERTE, que ya está presentado, afecta a todos los miembros del club con contrato, puesto que un buen número de 'trabajadores' lo hacen de manera voluntaria. Este recurso ha sido necesario una vez que la situación de incertidumbre con respecto al devenir de la competición no termina de despejarse. «No sabemos si se terminará la liga o no», cuenta Sicilia.
Existe, además, un problema añadido. Si la temporada no finalizase dentro de las fechas establecidas al inicio de la misma (el 3 de mayo era la fecha asignada para el último partido de liga), podría darse la situación de tener nuevas fechas en el calendario pero no jugadores para disputarla. «Tendríamos un problema. Si se alarga la temporada estaríamos pagando por no trabajar, no tienes ingresos y te lleva a la quiebra. La Federación en este caso o el responsable de continuar. Nosotros tenemos dinero presupuestado para acabar la liga la primera semana de mayo, pero también teníamos una serie de ingresos que están paralizados», continúa el presidente.
Por este motivo, los equipos de División de Honor de rugby «no queríamos alargar sin sentido», a pesar de que los jugadores del UBU Colina Clinic «cobran muy poco».
«Con este ERTE lo que buscamos es salvaguardar la economía del club», añade Sicilia. La tardanza en saber qué pasará con la competición o no también ha supuesto un perjuicio a la hora de ayudar a sus jugadores extranjeros o de fuera de la ciudad a poder volver a sus hogares. «Los del hemisferio sur son los que lo tienen más complicado para que puedan volver a su casa. Están cancelando billetes, cambian los vuelos cada día, hay equipos de División de Honor que tienen jugadores tirados por aeropuertos de medio mundo, prefiero tenerlos en casa, aquí en Burgos», relata Iñaki Sicilia.
La mitad de la plantilla ya se encuentra en sus respectivas casas; otros, en cambio prefieren quedarse en Burgos y esperar a ver qué ocurre con la crisis del coronavirus y una liga de rugby que ha pasado a un segundo plano.
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